México D.F. Domingo 15 de junio de 2003
"El que haya agricultores mexicanos que tienen
problemas no es razón válida": Kolbe
Rechazan legisladores de EU revisar el tema agropecuario
del TLCAN
Sobre un acuerdo migratorio asegura que "nadie debe
hacerse ilusiones; no va a ser fácil"
ANDREA BECERRIL ENVIADA
Nashville, 14 de junio. Jim Kolbe, presidente de
la delegación parlamentaria estadunidense, rechazó la posibilidad
de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN) en materia agropecuaria, y cuando se le preguntó sobre la
probabilidad real de un acuerdo migratorio entre México y Estados
Unidos fue muy claro: "nadie debe hacerse ilusiones; esto no va a ser rápido
o fácil; el debate en el Congreso será muy complejo y se
tardará mucho tiempo".
Fue su respuesta a los reporteros durante uno de los recesos
de los trabajos de la 42 Reunión Interparlamentaria México-Estados
Unidos. En ambos temas, migración y libre comercio, la postura de
los congresistas estadunidenses fue inamovible; inclusive, según
reveló en conferencia la presidenta de la delegación mexicana,
Silvia Hernández, les plantearon que mejor "no le movieran", porque
en términos generales el TLCAN ha funcionado bien para ambos países
y de reabrirse su discusión podría venirse abajo.
"En
términos generales, México se ha beneficiado del TLCAN, aunque
nos damos cuenta que hay pequeños agricultores mexicanos que tienen
problemas por eso, que han sufrido, pero creo que todos estamos de acuerdo
en que eso no sería una razón válida para invalidar
el tratado de libre comercio", sostuvo Kolbe.
Aun así, el presidente del Senado, Enrique Jackson
Ramírez; la presidenta de la delegación mexicana, Silvia
Hernández, y el diputado panista Alejandro Zapata Perogordo consideraron
que el encuentro fue muy positivo, ya que se decidió seguir discutiendo,
de Congreso a Congreso, las alternativas de solución a los problemas
torales de la relación bilateral.
En el caso de la migración, Kolbe y los texanos
Silvestre Reyes y John Cornyn señalaron que analizan medidas tendentes
a aligerar el problema, entre ellas legalizar permisos de trabajo temporales.
El presidente del Senado de Estados Unidos, Bill Frist,
sólo participó por la mañana en la discusión
del primer punto, referido a un tema que le interesa de manera particular,
el de la salud, ya que él es un prestigiado cardiólogo, cuya
familia tiene fuertes inversiones en la industria hospitalaria de Nashville.
Cerca de las 11 de la mañana, Frist dejó
las instalaciones de la Universidad de Vanderbilt, donde se lleva a cabo
la reunión interparlamentaria. Acompañado de su par mexicano,
Enrique Jackson, declaró que se abre la posibilidad de "una cooperación
sin precedente" entre ambos países, e incluso de mejorar el intercambio
comercial.
Frist se mostró complacido de establecer una relación
personal con su contraparte en el Congreso mexicano, para trabajar de manera
conjunta en temas importantes, entre ellos cómo mejorar la atención
médica de los mexicanos que viven en Estados Unidos.
A pesar de las diferencias
Aunque hay diferencias entre los integrantes de la delegación
de Estados Unidos, durante las discusiones los 12 senadores y representantes
coincidieron en rechazar la reapertura del TLCAN en materia agropecuaria,
que les planteó el senador Jesús Ortega, del PRD.
Ni la advertencia del diputado priísta Gustavo
Carvajal, en el sentido de que el campo mexicano está a punto de
estallar y eso repercutirá también en la seguridad de Estados
Unidos, lo que obliga a revisar el acuerdo comercial, porque de lo contrario
aumentará el número de campesinos indocumentados que traten
de cruzar a Estados Unidos, hizo cambiar de opinión a los congresistas
anfitriones.
"Para nosotros no es asunto de seguridad nacional", le
respondió Donald Manzullo, representante republicano por Illinois.
El senador perredista Jesús Ortega, quien encabezó la discusión
-por el lado mexicano- en torno al TLCAN, insistió en que el deterioro
de la producción en el campo mexicano tiene como consecuencia inmediata
el aumento del desempleo, lo que implica automáticamente presiones
migratorias hacia Estados Unidos.
Por lo tanto, dijo Ortega, tomar medidas conjuntas para
salvar al campo mexicano apuntala también el desarrollo de Estados
Unidos. Igualmente, el diputado priísta Carvajal insistió
en el efecto de los fuertes subsidios de Washington a sus productores.
Mientras en Estados Unidos producir un kilo de carne de cerdo cuesta 60
centavos de dólar, en México el costo es de 4 dólares,
lo que tiene en crisis a esa industria.
No ayudó mucho a la delegación mexicana
el hecho de que hubiera diferencias en torno a ese punto, y los panistas
señalaron en la mesa de discusión que no están en
favor de la reapertura del TLCAN, sino exclusivamente por que se revisen
los aspectos agropecuarios en que hay problemas.
Durante el receso, el representante Jim Kolbe, que refrendó
su fama de ser "uno de los duros de Arizona", hizo un balance de lo discutido
en torno al tema del TLCAN -en la segunda ronda de negociaciones- y sostuvo
que "fue una discusión muy constructiva y sana sobre los problemas
que tenemos en cuanto al establecimiento del acuerdo comercial".
Kolbe precisó que aunque muchos de los mexicanos
hablaron de sus inquietudes en materia de cuestiones agrícolas,
"los estadunidenses dijimos que no era oportuno volver a abrir el TLCAN,
porque traería una serie interminable de problemas y yo recalqué
que México se ha visto beneficiado del acuerdo comercial, porque
han aumentado sus exportaciones agrícolas, más que las de
Estados Unidos".
Minimizó los problemas por los que atraviesan los
campesinos mexicanos, y advirtió que también del lado de
Estados Unidos hay inconformidad y quejas, porque, dijo, "México
ha impuesto infinidad de barreras arancelarias contra productos estadunidenses;
ha presentado muchas quejas por dumping, y a nuestro entender está
utilizando las disposiciones sanitarias y fitosanitarias de manera inapropiada,
por lo que ha socavado el TLCAN".
La única opción que Kolbe ofreció
es encontrar una manera más eficaz de resolver las disputas en materia
agropecuaria entre ambas naciones, las que plantean los productores estadunidenses
y aquellas, como el caso del atún y los transportistas de carga,
que ha llevado México a controversia. "No estoy hablando de cambiar
el TLCAN, sino de encontrar una manera más pronta de resolver nuestras
diferencias".
El otro tema de discusión fue el migratorio, y
tampoco hubo avance concreto. Kolbe, el representante Silvestre Reyes y
el senador John Cornyn -los dos últimos del fronterizo estado de
Texas- plantearon que trabajan sobre una propuesta legislativa para paliar
el problema migratorio, por medio de lograr que se otorguen permisos temporales
de trabajo a indocumentados mexicanos, pero pidió no hacerse ilusiones.
"Nadie debe hacerse ilusiones; ni los medios de comunicación
mexicanos ni nadie debe guardar la ilusión de que llegar a un acuerdo
migratorio entre Estados Unidos y México va a ser algo fácil
o rápido. El debate en el Congreso va a ser muy complejo y se va
a tardar mucho, pero desde luego ya pasó mucho tiempo desde el 11
de septiembre de 2001".
Un tercer punto en la agenda fue el de salud, que se incluyó
a petición del líder del Senado estadunidense, Bill Frist.
El cardiólogo y político republicano -de gran cercanía
con el presidente George W. Bush- formuló una amplia exposición
sobre las condiciones de atención médico-sanitaria en la
frontera y abrió la discusión.
El representante Kolbe intervino de nuevo e hizo notar
que en Arizona tienen fuertes problemas para el pago de servicios de salud
a los migrantes, ya que el costo es muy alto. En iguales términos
se manifestó su compañero, Ed Pastor -también representante
por Arizona-, pero el diputado priísta Eddie Varón paró
las quejas, al hacer notar que en los sistemas de seguridad de Estados
Unidos hay 28 mil millones de dólares de aportaciones de migrantes
en las décadas recientes. Pidió revisar dónde quedó
esa cifra millonaria.
El encuentro entre los legisladores concluirá este
domingo. El líder senatorial Frist regresó ayer mismo a Washington.
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