México D.F. Domingo 15 de junio de 2003
Denuncia irregularidades
Defensa de Lamadrid solicita intervención de la CIDH
OLIVIA ORTIZ MEJIA
Luego de agotar en México todas las instancias jurídicas, la defensa de Marco Antonio Lamadrid García solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) su intervención para estudiar el caso de ese joven, quien el 13 de marzo de 2002 fue sentenciado a 10 años de prisión por posesión de ocho kilogramos de mariguana, la cual supuestamente le fue sembrada por agentes federales que pretendieron extorsionarlo.
Los padres del sentenciado, Ludovico Lamadrid e Irma García, y sus defensores explican que el caso en el que Marco Antonio fue sentenciado estuvo plagado de irregularidades, mismas que se documentan en la relatoría enviada al organismo dependiente de la Organización de Estados Americanos.
Explican que todo comenzó el 24 de abril de 2001, cuando Marco Antonio, entonces de 19 años y estudiante de tercer trimestre de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, regresaba al Distrito Federal luego de visitar a su abuelos paternos en Teloloapan, Guerrero, cuando el autobús número económico 6902 en que viajaba fue detenido por la Policía Judicial Federal.
Después de la inspección, los policías pidieron a los pasajeros que se cambiaran a otro vehículo porque en el que viajaban presentaba una "avería", y en el proceso le sembraron a Marco Antonio la mariguana.
En un extenso documento entregado a La Jornada, que fue enviado a la CIDH, Marco Antonio explica con detalle la forma mediante la cual los agentes lo hicieron aparecer como propietario de una maleta azul, que él no llevaba, como se comprobó después, porque aparte de la droga que le sembraron, otros objetos que portaba dicho equipaje, como la ropa, no eran de su medida, de lo cual "tomó fe un juez".
En sus declaraciones, Marco Antonio rememora que le arrojaron a sus pies la maleta y lo obligaron, "bajo presiones", a levantarla. En el trayecto al Ministerio Público lo amedrentaron, le pegaron en el pecho -según consta en el dictamen médico- y le dijeron que aceptara que esa maleta era suya, y que si lo hacía podrían "arreglarse con su familia". Pero él se negó.
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