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México D.F. Domingo 15 de junio de 2003

El 3-1 del partido de ida en La Sultana resultó suficiente

Monterrey empató sin goles con Morelia; logró el título tras una sequía de 17 años

Los Rayados dieron cátedra de juego defensivo; Rubén Omar Romano, otra vez subcampeón

MARLENE SANTOS A. ENVIADA

Morelia, Mich., 14 de junio. Después de 17 años, el Monterrey volvió a saborear las mieles del título. Rayados redondeó su obra, aprovechó la necesidad de su descontrolado y presionado rival para dar cátedra de juego defensivo en busca de un contragolpe letal que nunca llegó; no hubo necesidad. La noche concluyó con un desangelado 0-0, global de 1-3, y los festejos estallaron muy lejos del estadio Morelos.

De la mano del argentino Daniel Alberto Passarella, la Pandilla llevó a las vitrinas del Tecnológico de Monterrey su segundo cetro, tras el conseguido en 1986, mientras el timonel Rubén Omar Romano se hundió en la tristeza de quedar reducido a la eterna promesa... otra vez como subcampeón, mientras que sus pupilos estallaban en amargo llanto.

A minutos del silbatazo final los fotógrafos rodearon a Passarella, cuya experiencia resultó fundamental, al punto de convertirse en el primer técnico formado en el extranjero, que tras 15 años vino a adueñarse del cetro. Y luego de algunos conatos de bronca, debido al enojo y frustración de los jugadores michoacanos, las playeras con la leyenda "Monterrey campeón" salieron a relucir entre brincos y cantos. Los verdaderos monarcas corrieron hasta una esquina para compartir la alegría con las porras rayadas. Pese a todo, la afición generosa -que abarrotó el estadio- rindió tributo a su equipo, con un nutrido aplauso cuando acudieron a recibir su cetro y medallas de manos de los directivos Alberto de la Torre y Víctor Garcés. También brindó su reconocimiento a los norteños cuando Jesús Arellano elevó el trofeo. El técnico Pasarella mantuvo su papel de absoluto control y señaló: "Es un sentimiento inmenso, creo que merecidamente lo logramos, nosotros jugamos muy bien, y todo se definió allá".

Descontrolado, impulsivo y nervioso

En efecto, Morelia no mereció la corona, pues saltó a la cancha descontrolado, impulsivo y nervioso. En el primer tiempo desperdició dos claras opciones, una por conducto de Aldolfo Bofo Bautista, al minuto nueve, y la otra por Javier Saavedra (30), quien prefirió dar el esférico a un Reinaldo Navia, que ni siquiera tenía ángulo de disparo.

El silencio del público fue señal de inconformidad con el equipo de casa, que inútilmente tuvo el control del balón, pero cada llegada hacía estallar las exclamaciones de frustración por la mala definición en el tiro a gol, o porque eran despojados del esférico por la atenta defensa visitante. Monarcas se cansó de llegar, pero le faltaron variantes e inteligencia para penetrar el área chica regia. El Bofo estuvo muy estático, parecía más concentrado en buscar la falta, que en estallar con alguna genialidad.

El grito de "¡Sí se puede, sí se puede...!", retumbó esporádicamente en las gradas, sin convicción, en plena sincronía con el errático equipo anfitrión. En las tribunas, la gente encauzó su enojo hacia el ex jugador de Morelia, el brasileño Alex Fernandes, al que silbó y abucheó a cada contacto con el balón, y cuya foto apareció en las tribunas, de cabeza y con la leyenda de "Judas".

Si Monterrey se parapetó en su propio terreno durante el primer tiempo, para el complemento acentuó la estrategia; con sangre fría aguantó a pie firme con la intención de explotar en latigazos sorpresivos, vía Jesús Cabrito Arellano; no obstante, la mayor parte del tiempo el delantero fue frenado por la férrea marca que le aplicó Carlos Morales, de los pocos michoacanos con buena labor.

Conforme avanzó el reloj, la desesperación se apoderó de Monarcas, la presión aumentó el margen de error entre los atacantes de un equipo ávido de un héroe que nunca surgió. Rayados definió el partido desde el juego de ida, en forma cerebral manejó el resultado a su antojo y conveniencia, hasta el grado de la mezquindad, pues ya ni siquiera buscó incrementar su cuenta y conforme se consumió el tiempo acarició el anhelado cetro.

Buena labor del silbante Rodríguez, quien amonestó por los locales a Mario Ruiz, Jorge Almirón, Reinaldo Navia y Humberto González. Por Rayados, a Ricardo Martínez y Alex Fernandes.

Alinearon por Morelia: Moisés Muñoz, Javier Saavedra, Darío Franco, Humberto González, Mario Ruiz (Ismael Iñiguez‚ 45), Jorge Almirón, Carlos Morales, Roberto Palacios, Damián Alvarez (Martín Gómez‚ 50), Reinaldo Navia y Adolfo Bautista. Por Monterrey: Ricardo Martínez Ismael Rodríguez, Flavio Rogeiro, Pablo Rotchen, Paulo César Chávez, Héctor Castro, Walter Erviti (Eliot Huitrón‚ 65), Luis Pérez, Jesús Arellano (Jesús Mendoza‚ 88), Alex Fernandes (Omar Avilán‚ 55) y Guillermo Franco.

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