México D.F. Martes 17 de junio de 2003
El papel de las distribuidoras privadas
A causa de la descentralización de los servicios de salud y de las licitaciones públicas para la adquisición de medicamentos surgieron, a mediados de la década de los ochenta, las empresas distribuidoras, que ahora son parte esencial de la cadena comercial.
Gerardo Morán Roel, presidente de la Asociación Nacional de Distribuidores de Insumos para la Salud (Andis), explica que el negocio de los laboratorios farmacéuticos es investigar y producir nuevas fórmulas. A fin de cumplir con todos los requerimientos del sector público se tienen que valer de los distribuidores. Es inevitable, dice.
Afirma, además, que estas empresas, que suman más de cien en todo el país, estarían en condiciones de resolver el problema del desabasto de medicinas del IMSS y, en general, de todas las instituciones del sistema nacional de salud. Sin embargo, antes tendrían que modernizarse las áreas respectivas de cada dependencia, en particular la del Instituto Mexicano del Seguro Social, que da servicio a la mitad de los mexicanos.
El empresario rechaza tajante que los distribuidores contribuyan al encarecimiento de los fármacos y menciona que el margen de ganancias oscila entre 10 y 12 por ciento. Su ventaja la encuentran en el volumen de ventas, dice.
Admite que la descentralización de los servicios favoreció el crecimiento de las empresas de distribución. Tan sólo la Andis, integrada por 13 firmas, genera 800 fuentes de empleo al año.
Los objetivos de la Andis se enfocan hacia complementar las actividades de la planta productora de medicamentos. Morán Roel asegura que las compañías distribuidoras representan la mejor alternativa para hacer más eficiente la entrega nacional de insumos médicos porque cuentan con la capacidad, infraestructura, logística y organización para atender y apoyar a los laboratorios farmacéuticos. ANGELES CRUZ
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