Alertan sobre signos dolorosos de muerte en la sociedad

Instan obispos a rechazar los experimentos genéticos

Demandan leyes en favor de los derechos de la familia

JOSE ANTONIO ROMAN

En la sociedad mexicana se han desarrollado "signos dolorosos de muerte" que amenazan con ahogar a la familia. Violencia intrafamiliar, aborto, machismo, alcoholismo, miseria, desempleo, narcotráfico, prostitución y pornografía, inclusive infantil, son algunos de ellos, "graves y brutales", señalan los obispos de la región sur de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Resultado de una reunión grupal realizada hace unos días en la diócesis de Tlapa, Guerrero, donde reflexionaron sobre la familia y la bioética, en este mensaje pastoral los prelados exhortan a los legisladores a impulsar la creación y aprobación de leyes que promuevan y defiendan los derechos de la familia y la dignidad del ser humano, desde la fecundación del óvulo hasta la muerte natural, "como lo establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos".

De igual forma, expresan su seria preocupación ante la sola idea de realizar experimentos genéticos en los que esté en juego la dignidad humana; los obispos rechazaron esta postura y lamentaron que esa mentalidad esté ganando terreno en el ánimo gubernamental y social.

"Como pastores -se lee en el mensaje- estamos convencidos del valor fundamental de la familia, que es un patrimonio humano tan indispensable para el desarrollo de las personas y de las sanas relaciones sociales. Reconocemos y valoramos los esfuerzos realizados en el ámbito de tantas familias por conservar su identidad, sus valores y sus tareas propias recibidos de generación en generación; pero también nos percatamos de los sufrimientos y pruebas a las que están expuestas muchas familias, que habiendo perdido su fortaleza humana y espiritual, están siendo victimas de la cultura de la muerte."

El mensaje de los obispos del sur, que incluye Guerrero y parte de Michoacán, está suscrito por Felipe Aguirre Franco, de Acapulco; Efrén Ramos Salazar, de Chilapa-Chilpancingo; Carlos Garfias Merlos, de Ciudad Altamirano; Alejo Zavala Castro, de Tlapa; Salvador Flores Huerta, de Lázaro Cárdenas, y Rafael Bello, arzobispo emérito de Acapulco.

Junto con sus equipos de pastoral familiar, los obispos piden a los medios de comunicación social, que cuentan con una gran influencia en la sociedad, que con responsabilidad transmitan los valores que pueden sostener a las familias y los matrimonios, y defender el valor de la vida de manera indiscriminada. "En esta lucha estaremos siempre presentes los obispos de la región pastoral sur, no por oportunismo ocasional, sino por fidelidad a nuestra vocación profética al servicio del Evangelio."