México D.F. Miércoles 18 de junio de 2003
Desencanto en las comunidades por el incumplimiento de promesas, dice el relator de la ONU
Urgente, reformar la ley indígena: Stavenhagen
Advertirá en su informe sobre el riesgo de violencia por la desatención de demandas
VICTOR BALLINAS
Rodolfo Stavenhagen, relator especial de la Organización de Naciones Unidas para la defensa de los pueblos indígenas, urgió ayer a realizar la reforma a la llamada ley indígena, ante la insatisfacción que ésta provocó en las comunidades nativas. Hay desencanto con el gobierno del presidente Fox porque sienten que "no tiene voluntad política para atender las cuestiones que les afectan, y además le falta claridad para estructurar su programas y políticas sociales", dijo.
En conferencia de prensa, el relator de la ONU hizo un balance de su visita de 16 días al país. Resaltó que el encargado de la zona militar de Chiapas le manifestó que en ese estado hay 14 mil soldados para mantener la paz social, y dijo que son preocupantes las actividades del narcotráfico en diversas comunidades indígenas del país.
Stavenhagen, quien visitó comunidades indígenas de Sonora, Chihuahua, Jalisco, Chiapas, Guerrero, Oaxaca y el Distrito Federal, señaló que en el informe que presentará ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU incluirá entre sus recomendaciones al gobierno mexicano que se realice los más pronto posible la reforma a la ley indígena, porque no atender las demandas indígenas podría generar violencia en el país, "hay grupos que podrían pensar en optar por la vía política, y al no ser atendidos se inclinarían por la violencia, y también habría otras organizaciones que los estarían impulsando, con otros intereses".
En breve conferencia, el relator resaltó que luego de reunirse con huicholes, tarahumaras, yaquis, mayos, seris, mixtecos, mixes, guaves, tzetzales, tzotziles y lacandones, entre muchas otras etnias, percibió que en diferentes partes del país persisten serios conflictos agrarios que llevan a la violencia entre comunidades y diversos grupos, por linderos, invasiones y explotación de recursos.
Resaltó que la Secretaría de la Reforma Agraria le informó que hay 14 focos rojos agrarios en el país, todos ubicados en zonas indígenas; pero en total, esa dependencia le señaló que son más de 400 los conflictos agrarios existentes.
400 foquitos rojos: Fox
El enviado de la ONU manifestó que el presidente Fox denomina "foquitos rojos" a los 400 conflictos agrarios, y subrayó la recurrencia de violaciones a derechos humanos en la selva Lancadona, donde está la reserva de Montes Azules, pero que son problemas no resueltos desde la época colonial, que hay desplazados en Chiapas, que hay violencia entre comunidades por demandas de tierra y esto genera más violencia.
De igual forma, el relator dijo que persiste la discriminación contra los indígenas, sobre todo contra las mujeres, principalmente en los ministerios públicos del fuero común y en los estados y municipios; es ahí, subrayó, donde se advierten denuncias de negación al debido proceso cuando son acusados de algún delito, no tienen derecho a la defensa, no cuentan con intérpretes y traductores suficientes y hay abusos.
Stavenhagen hizo notar su preocupación por la "criminilización de la protesta", porque a los indígenas que luchan por beneficios sociales se les acusa, se les juzga en el derecho penal y sus demandas no se ven como un problema social. Esto, demandó, debe ser motivo de preocupación para la autoridad.
Insistió en que la exclusión social y la extrema pobreza siguen estando presentes en las regiones indígenas, las cuales están muy por debajo de los promedios nacionales. "Estos rezagos son preocupantes, hay distinciones entre el acceso a la infraestructura, a los créditos, a los apoyos y al bienestar social."
Parece que para la sociedad los indígenas son elementos prescindibles y que no merecen la primerísima atención para mejorar sus condiciones de vida, expuso el relator.
También refirió que los nativos migrantes requieren atención inmediata, y subrayó que la migración por motivos económicos es muy preocupante desde el punto de vista de los derechos humanos. Dijo que recibió testimonios de indígenas jornaleros que trabajan en el país y Estados Unidos.
También subrayó que entre los indígenas y las organizaciones no gubernamentales (ONG) percibió el sentimiento de decepción y desencanto de los pueblos nativos hacia la reforma constitucional en la materia, porque consideran truncadas sus aspiraciones, que los resultados son insuficientes y que no se logró cumplir sus aspiraciones expresadas en los acuerdos de San Andrés.
Stavenhagen anotó que recibió la demanda de que se reabra el debate para llevar a cabo lo que denominan "la reforma de la reforma". Incluso, abundó, hay quienes dicen que si no hay cambio no hay nada que hacer.
Dijo que los indígenas quieren reconocimiento jurídico y político, como base esencial para su desarrollo. Esto, dijo, es una asignatura pendiente, e insistió en el hecho de que hay una fuerte decepción ante la reforma constitucional.
"Reforma de la reforma", condición para evitar la violencia
El relator advirtió que si no se atienden las propuestas y las demanda de los nativos habrá mayores focos rojos y más violencia si no hay decisión para llevar a cabo la "reforma de la reforma".
En la sesión de preguntas y respuestas, dijo que en su reunión con el presidente Vicente Fox Quesada, que fue apenas de 35 minutos, comentó sobre el punto de la "reforma de la reforma". Al respecto, dijo, el Presidente manifestó que está "consciente de que es necesario revisar la reforma ante la situación de inconformidad", pero que él considera que había momentos y tiempos políticos para ello, porque ahora "no están dadas las condiciones en la Cámara".
Stavenhagen insistió en que recogió el sentimiento de los indígenas de que se ha perdido la confianza en el mandatario porque el Estado no les ha cumplido, y explicó que "aunque es muy difícil resarcir en dos años el abandono acumulado", no hay que confundir la retórica política con lo que se puede hacer, con las políticas que se aplican para atender las necesidades ingentes".
Los indígenas perciben que no hay voluntad del gobierno, porque una cosa es decir que van a hacer programas y otra es que se traduzca en estrategias políticas coherentes, sostenidas y de cambio definido. "Se habla mucho del cambio, pero el única cambio real que perciben es la reforma que no les satisface", dijo.
Stavenhagen dijo que en su reunión del año pasado con legisladores, éstos le manifestaron que no estaban satisfechos con la reforma constitucional en materia indígena, y que por tanto llevarían a cabo las "reformas de la reforma".
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