México D.F. Miércoles 18 de junio de 2003
REPORTAJE/ELECCIONES
EN JALISCO
Algunas encuestas lo sitúan abajo del PVEM
en Guadalajara
Escasas expectativas para el perredismo en la entidad
Una historia de conflictos internos, erráticos
procesos de postulación de candidatos, ausencia de proyecto de izquierda
para Jalisco, la hegemonía del grupo Universidad y el bipartidismo
PRI-PAN, que no deja terreno a otras propuestas, son las causas de su declive
CLAUDIA HERRERA BELTRAN ENVIADA
Guadalajara, Jal., 17 de junio. La crisis del Partido
de la Revolución Democrática (PRD), en Jalisco, es aguda.
Además de ser la franquicia del llamado grupo Universidad,
en Guadalajara la campaña electoral lo ha convertido en "tienda
de abarrotes".
Su abanderado a la presidencia municipal, Víctor
Urrea, sustituyó los tradicionales mítines por la venta de
arroz, frijoles y pescado a precios más baratos, en lo que bautizó
como Jornadas de Abasto Popular, que los críticos ven como compra
del voto.
Urrea, un ex priísta amigo de Roberto Campa Cifrián,
aprovecha los contactos que hizo como delegado de la Procuraduría
Federal del Consumidor en el gobierno de Ernesto Zedillo para impulsar
este proyecto que, asegura, es autofinaciable, porque no hay intermediarios.
La situación del PRD en Guadalajara es tan grave
que algunas encuestas han colocado a Urrea por debajo del Partido Verde
Ecologista de México (PVEM), cuyo candidato es Martín Márquez,
un abogado que defendió a las víctimas de las explosiones
de 1992 y que ha sacado ventaja de la intensa propaganda nacional del PVEM.
Todos en el PRD, hasta los más optimistas, reconocen
que en estas elecciones el partido "no pinta" en la mayoría de los
municipios, sobre todo en las grandes ciudades, donde imperan las preferencias
por el PAN y el PRI, aunque tienen esperanzas en ganar en municipios rurales
cercanos a Michoacán.
Las causas de los bajos números del partido son
diversas: una historia de conflictos internos, erráticos procesos
de postulación de candidatos, la ausencia de proyecto de izquierda
para Jalisco -estado que combina la modernidad con expresiones de conservadurismo-,
la hegemonía del grupo Universidad y el bipartidismo PRI-PAN que
no deja terreno a otras propuestas.
La franquicia
La posición marginal perredista en Jalisco la demuestran
las cifras. En las elecciones de 1995 sólo obtuvo 3.98 por ciento
de los votos, mientras que en los de 2000 obtuvo 5 por ciento, seis de
las 124 presidencias municipales en disputa y dos diputaciones por el principio
de representación proporcional.
Con la excepción de las elecciones intermedias
de 1997, cuando logró casi 16 por ciento de los votos y 11 presidencias
municipales, este partido se ha mantenido como tercera fuerza, pero muy
alejada del binomio PRI-PAN.
El investigador Andrés Valdez Zepeda, en su libro
Jalisco a siete años de la alternancia, ubica al PRD como
un "partido tan sólo testimonial, que no ha sabido diseñar
una estrategia que realmente le permita posicionarse de manera adecuada
entre el electorado jalisciense".
Algunos estudiosos del tema, como Jorge Alonso, investigador
del Centro de Investigación de Estudios Antropológicos y
Sociales (CIESAS), de Occidente, ubican esta crisis en el acendrado bipartidismo
y en que el grupo Universidad, encabezado por el ex rector de la Universidad
de Guadalajara, Raúl Padilla, se adueñó del partido.
"El PRD se dejó tomar por este grupo y desde
entonces no ha logrado recuperar los niveles de votación que la
izquierda obtuvo en 1988, cuando Cuauhtémoc Cárdenas alcanzó
22 por ciento", explica Alonso.
Padilla y su grupo llegaron al PRD de Jalisco en 1997,
a invitación de los llamados chuchos, cuyo líder nacional
es el senador Jesús Ortega, y hoy se les considera dueños
de las siglas. Controlan el Comité Directivo Estatal las candidaturas
importantes y las posiciones de partido en los congresos estatal y federal.
En las elecciones de 2000 para renovar alcaldes y gobernador
-cuando ganó Francisco Ramírez Acuña-, el aspirante
perredista a la gubernatura fue Rafael Vargas, rector del Centro de Ciencias
de la Salud de la Universidad de Guadalajara, y el candidato a la alcaldía
de Guadalajara, fue Samuel Romero Valle, ex dirigente de los académicos
y uno de los miembros del círculo cercano a Padilla.
Mario Saucedo, líder de una de las expresiones
del perredismo nacional, ha señalado que el grupo Universidad es
una mafia intelectual que se ha apoderado del partido, aprovechando su
atomización.
Zepeda apunta que en 2000 el PRD descuidó el proceso
de postulación de candidatos, al abanderar a muchos universitarios
que tenían poca ascendencia en sus militantes, y despreciar a líderes
sociales, empresarios y personajes carismáticos que le habrían
resultado electoralmente más rentables. Además, la postulación
de sus candidatos ha generado fracturas internas y divisiones.
Uno de los momentos más críticos que vivió
este partido fue hace tres años, cuando un grupo encabezado por
Mara Robles, quien había sido dirigen- te nacional de la juventud
del PRD y diputada federal, abandonó el partido. Luego Robles aceptó
la candidatura del Partido del Trabajo a la alcaldía de Guadalajara
ante la falta de espacios y oportunidades en su propio partido. Así
llega el PRD a 2003.
"Tu compra por la esperanza"
En una esquina de la populosa colonia Benito Juárez,
al oriente de Guadalajara, una larga hilera de señoras espera para
comprar arroz, frijoles, aceite, chocolate en polvo y pescado a precios
"muy bajos".
No se trata de una barata en supermercado: es el mitin
del candidato a diputado del PRD, el médico Arturo Lemus, que se
sumó al programa de Abasto Popular que ideó Víctor
Urrea con el apoyo de comerciantes del Mercado de Abastos.
Las bolsitas llevan impreso el logotipo del PRD, una vistosa
franja amarilla y la frase "Tu voto por la esperanza", que evoca el eslogan
del jefe de gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador.
Urrea está satisfecho porque en tres meses ha vendido
52 toneladas de frijol, 47 de arroz y 58 de pescado en beneficio de 50
mil familias, y "cada una de ellas representa por lo menos un voto".
-¿No están comprando el voto? -se le pregunta.
-No, es un programa innovador, porque en lugar de regalar
cachuchas estamos dando alimentos a precios más baratos. Por ejemplo,
el kilogramo de frijol peruano cuesta normalmente 12 pesos y el sol azteca
lo vende en cinco pesos; el arroz se consigue en 6.50 y los perredistas
lo expenden en 3.50, en el bagre el ahorro es mayor; el kilo se consigue
en 30 pesos en el mercado y aquí en 20 pesos.
En su campaña, el doctor Lemus, que trabaja en
el área de Urgencias del Hospital Civil de Guadalajara y de la Cruz
Verde, además de ofrecer viandas a precios módicos, brinda
otros servicios. Mide la presión arterial, gestiona descuentos en
el pago de predial y da pláticas sobre el neoliberalismo.
Tanto Lemus como Urrea están orgullosos de este
programa, porque es una "forma diferente de conseguir el voto" y enfrentar
la "campaña de Estado" que ha instrumentado el PAN para ganarse
al electorado.
Y Urrea también es un candidato que rompe con
el clásico perfil perredista. De 35 años de edad, es administrador
de empresas por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores
de Occidente (ITESO) proviene de la familia Urrea, dueña del importante
consorcio que fabrica grifos y válvulas, y militó en las
filas del PRI.
Electo por medio de un focus group -modalidad que
no está considerada en los estatutos del PRD-, reconoce que en estas
elecciones sus expectativas son bajas. "Tristemente digo que si nos fuera
muy bien podríamos alcanzar 8 por ciento, y si nos fuera bien, 5
por ciento."
Reconoce que resulta imposible conseguir una votación
más alta, porque "un partido político no se levanta en tres
meses", y porque tampoco ha recibi- do gran apoyo del Comité Ejecutivo
Nacional.
A decir de estudiosos del tema, como Valdez Zepeda, los
perredistas de Jalisco han padecido "el evidente abandono y desatención
de las estructuras y dirigentes nacionales".
En ese contexto, Urrea puso en marcha la Jornada de Abasto
Popular que ha generado críticas como la del investigador Jorge
Alonso, que la califica de "inmoral".
"Ni PRI ni PAN, vota por el Tucán"
Beneficiado por el desgaste de los partidos mayoritarios,
el PVEM comenzó a crecer en la preferencia electoral en el municipio
de Guadalajara y ahora se propone desbancar al PRD como tercera fuerza,
aunque en el ejercicio más reciente regresó al cuarto lugar
con una preferencia de 4.5 por ciento, dos por debajo del perredista.
Su carta fuerte es Martín Márquez, abogado
de las víctimas de las explosiones ocurridas en el sector Reforma
de esta capital en 1992, quien también ha defendido a zapatistas
y ex guerrilleros.
El lema de su campaña es "Ni PRI ni PAN, vota por
el Tucán", y su principal oferta es dejar que los ciudadanos
decidan por su cuenta cómo gastar el presupuesto, tal como lo ha
hecho el PRD en el Distrito Federal.
Se considera en ventaja frente a sus contendientes de
partidos tradicionales, porque su candidatura es externa y no motivó
los conflictos habituales en las otras agrupaciones políticas. Además
apuesta a ganarse la simpatía de los jaliscienses que "están
hartos de los partidos políticos".
-Por su perfil, parece que se propone volarle votos al
PRD.
-No le puedo quitar votos al PRD, porque no los tiene.
Mucha gente del PRD no vota, porque ve la cooptación del partido
por el grupo Universidad y su descomposición.
Al preguntarle si no es cómodo presentarse como
ciudadano y estar en la política, replica: "Aparentemente, pero
es difícil que alguien con trayectoria de sociedad civil cambie
su discurso". (CON INFORMACION DE JOSE DIAZ, CORRESPONSAL)
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