México D.F. Miércoles 18 de junio de 2003
Se opone a la creación de un comité conservacionista
Japón declara boicot parcial contra la Comisión Ballenera Internacional
REUTERS Y AFP
Berlin, 17 de junio. Japón lanzó este martes un boicot parcial contra una reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), luego que las naciones opuestas a la caza del mamífero marino respaldaron medidas de protección que podrían desarticular la ya profundamente dividida organización.
En un brusco giro de la comisión, fundada hace 57 años, los miembros polarizados votaron 25 a 20 en favor de crear un comité conservacionista que pueda hacer recomendaciones sobre los problemas que confrontan los cetáceos.
Japón y otros países en favor de la caza dicen que esto alterará irrevocablemente la naturaleza de la CBI, establecida originalmente para administrar la captura de esos mamíferos marinos Funcionarios japoneses dijeron el martes que Tokio consideraría retirarse permanentemente de la CBI o no pagar sus cuotas.
La delegación japonesa boicoteó sesiones de las conversaciones de Berlín dedicadas a las reservas de ballenas y los métodos de sacrificio de los cetáceos, alegando que los miembros sólo deberían discutir cómo dividir las reservas.
"Nos hemos retirado antes, pero este año es en mucha mayor escala", dijo a Reuters el delegado Masayuki Komatsu, y añadió que Japón también podría marginar a la CBI expandiendo los esquemas regionales marinos que tiene con sus vecinos. "Tenemos muchas más opciones que antes", dijo.
"Es un revés muy serio" (la prohibición de caza), comentó el portavoz de la delegación japonesas, Joji Morishita. Japón propuso inclusive que se retirara la iniciativa del orden del día de la reunión.
"Ante todo, esto transforma totalmente la naturaleza de esta organización, que no tiene ya como objetivo la gestión de recursos, sino la prohibición total" de la caza de ballenas, agregó Morishita.
Otro funcionario japonés, Minoru Morimoto, declaró que esa decisión "obliga a Japón a plantearse todas las opciones posibles respecto a su futura participación" en la CBI y puede optar por seguir en la organización, pero reanudando la caza comercial, no pagar su contribución, que representa 8 por ciento del presupuesto de la CBI, o retirarse directamente de la misma, medida con la que ha amenazado reiteradas veces.
Japón y sus principales aliados, Islandia y Noruega, son partidarios del levantamiento de la moratoria sobre la caza de ballenas, que rige desde 1986.
Noruega es el único país miembro de la CBI que sigue autorizando la caza comercial. Japón mata unas 700 ballenas por año oficialmente para fines científicos, pero sus adversarios lo acusan de utilizar la ciencia como pretexto para practicar la caza comercial.
La votación del lunes expuso las profundas divisiones en la CBI entre los países que promueven la caza de ballenas, encabezados por Japón y Noruega, que quieren la pesca limitada. y países como Estados Unidos y muchas naciones europeas, que favorecen más restricciones.
La comisión podría hacer recomendaciones sobre la manera de lidiar con las amenazas que enfrentan ballenas, delfines y marsopas, como las redes de pesca que, según ambientalistas, atrapan y ahogan a unos 300 mil ejemplares cada año.
Japón cree que las especies de ballena en peligro deberían ser más protegidas que otras que no están en riesgo de extinguirse. Ese país detuvo la caza comercial de ballenas en 1986, siguiendo la moratoria de la CBI, pero captura unas 700 al año en lo que llama "caza para investigaciones científicas". Gran parte de la carne termina en tiendas y restaurantes.
Mientras, la CBI rechazó dos proyectos de creación de dos santuarios de ballenas: uno en el Atlántico sur, propuesto por Argentina y Brasil, y otro en el Pacífico sur. La propuesta, presentada por Argentina y Brasil, fue aprobada por 24 países y rechazada por 19, pero para que fuera adoptada necesitaba el apoyo de tres cuartas partes de las 49 naciones miembros. "El Atlántico sur ha sido un lugar de masacre desenfrenada para la mayoría de las especies de ballenas de gran tamaño", alegaron las delegaciones argentina y brasileña, que propusieron crear un santuario desde la línea del Ecuador hasta el límite de los 40 grados de latitud sur, donde comienza el santuario de la Antártida. La región definida engloba, además de alta mar, las costas de Brasil y de Africa.
En segundo lugar, formulada por Australia y Nueva Zelanda, la creación de un santuario en el sur del Pacífico fue aprobada por 24 países y rechazada por 17 de un total de 49. Para que fuera adoptada hacían falta también los votos en favor de tres cuartas partes de los países miembros.
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