Promete al ACNUR consultar la solicitud con gobiernos estatales y el Congreso

Acepta Creel analizar la posibilidad de otorgar empleo a refugiados políticos

En ceremonia conmemorativa, la administración de Quintana Roo entrega tierras a guatemaltecos

ALONSO URRUTIA ENVIADO

Maya Balam, QR, 20 de junio. En esta comunidad fundada por mil 373 familias guatemaltecas que pidieron refugio hace más de dos décadas, el secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, aceptó una solicitud del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para que México analice la posibilidad de retirar las reservas que tiene frente a la convención internacional sobre el tema, relacionadas con el ámbito laboral y darle plena vigencia a este instrumento en nuestro país.

La conmemoración del Día Mundial del Refugiado en Maya Balam -antaño campamento de guatemaltecos que huyeron de la guerra y la persecución y ahora considerada plenamente como una comunidad mexicana-, sirvió de contexto para la donación de tierras que hiciera el gobierno de Quintana Roo, como parte del proceso de inserción social de los guatemaltecos naturalizados mexicanos.

Hace 20 años, recordó el representante adjunto de ACNUR, Rodolfo Quintero, "ustedes llegaron huyendo de la guerra y la persecución a esta tierra de asilo y refugio que es México". Decenas de guatemaltecos escucharon una vez más su historia reciente y la forma como llegaron a esta comunidad.

A pesar de que el flujo de perseguidos que llega a México ha descendido, tan sólo de marzo de 2001 a la fecha, según informó la responsable de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, nuestro país ha otorgado calidad de refugiados a cerca de 3 mil latinoamericanos, la mayoría, de Colombia. Esta cifra se suma a los 3 mil 500 que ya estaban con esa característica.

Este ya no es el caso de las comunidades de Maya Balam, Kuchumatán y San Isidro la Laguna, conformados originalmente como campos de refugiados en la década de los 80, cuando la represión del régimen castrense en Guatemala obligó el éxodo a nuestro país. Hoy la mayoría de las casi 2 mil personas que aún residen aquí son naturalizados mexicanos. Centenares de niños de padres llegados de las tierras de Huehuetenango y El Quiché en aquellos años.

Hay algunos -dice Jacinto Zepeda, quien llegó de niño a esta tierra- que aún aguardan su naturalización porque fueron de aquellas familias que optaron por regresar a Guatemala para luego arrepentirse y volver a esta comunidad del municipio quintanarroense Othón P. Blanco.

El centro del poblado fue acondicionado para que la gente escuchara los discursos oficiales, entre ellos, el del gobernador Joaquín Hendricks, diciéndoles que los refugiados "no son parias ni delincuentes, como tampoco pueden ser objeto de la caridad institucional, porque quien busca refugio ha sufrido al dejarlo todo en sus tierras, producto de la persecución".

Por lo pronto, la entrega de los primeros certificados de tierra donados por el Ejecutivo estatal forman parte de las 3 mil 678 hectáreas que se otorgarán a las 360 familias que residen en estas tres comunidades.

Poco después, Quintero solicitaría al gobierno mexicano que revise las reservas que tiene México en materia laboral, petición que sería de inmediato respondida por Creel, quien señaló que sería consultada con los gobiernos estatales y las fuerzas políticas en el Congreso para determinar la viabilidad de impulsar el retiro de las limitaciones que tienen los refugiados para obtener empleo en el país.

Prevención contra huracanes

Por la tarde, Creel se trasladó a Mérida, Yucatán, para encabezar la reunión donde presentaron el nuevo sistema de alerta temprana para enfrentar ciclones. En la reunión se dio a conocer que esta temporada de huracanes será "ligeramente alta", pues se esperan 14, lo cual supera los 12.6 que se tienen en promedio anualmente.

Sin embargo, de acuerdo con las proyecciones de la Coordinación de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación dos de ellos podrían alcanzar la máxima intensidad, lo que implicará el nivel cinco en la escala de medición. Asimismo, se esperan otros cinco, cuya intensidad podría oscilar entre tres y cuatro en la escala.

La reunión sirvió para dar a conocer la tabla de alerta, que se divide en cinco fases: azul, verde, amarillo, naranja y roja. De acuerdo con esta nueva tabla de alertamiento, la instrumentación de cada una de las fases se dará en función de la cercanía del huracán, que va desde 72 horas, en la alerta azul, hasta tres horas, en la alerta roja. Esto implica, desde el mero alertamiento y preparación de instancias de coordinación hasta la evacuación de la población, instalación de refugios temporales y la instrumentación de programas de abasto para enfrentar la emergencia.