México D.F. Martes 24 de junio de 2003
RUMBO AL 6 DE JULIO
Investigador de la UAM examina el desarrollo político en el estado
En Guanajuato, pugna de grupos de poder más que entre partidos
Antes de la década de los noventa eran contados los municipios del estado de Guanajuato que contaban con una verdadera presencia panista. Sólo León y San Francisco del Rincón tenían antecedentes de preferencia política por el Partido Acción Nacional (PAN), afirmó Mario Alejandro Carrillo, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Xochimilco (UAM-X).
Es a raíz de las elecciones de 1991, destacó el académico, cuando de manera exógena a las propias fuerzas del estado empieza a crecer el número de municipios gobernados por el PAN. "Ya para 1994 vemos un efecto cascada que se consolida con la llegada a la gubernatura de Vicente Fox, quien comienza a hacer un trabajo político muy fuerte con los municipios", añadió.
Antes, dijo, Carlos Medina Plascencia, cuando era gobernador, impulsó el Centro de Desarrollo Municipal y más tarde la Coordinación de Desarrollo Regional del estado de Guanajuato, que "fue empleada por el gobierno estatal para tejer una serie de acciones políticas y administrativas con los municipios.
"A partir de este momento, con el gobierno de Fox, muchos municipios comienzan a sumarse a la causa panista, pero en ellos comienzan a darse rupturas. En el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), algunos salen de ahí y se van al PAN; otros, que no quieren irse con Acción Nacional, se afilian al Partido Verde Ecologista de México o al Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), y ganan con esos partidos; todo esto dio como resultado un debilitamiento a nivel municipal de la estructura priísta tradicional", subrayó el especialista en gestión estatal y sistemas políticos.
Indicó que otro de los fenómenos que afectó a algunos de los 46 municipios del estado de Guanajuato "es que en muchos no había ganado nunca el PAN, hasta hace tres años, como es el caso de Pénjamo, donde las dirigencias panistas estaban conformadas por viejos militantes que no estaban acostumbrados a una competencia política moderna, pero al renovar la dirigencia ganó el PAN".
Sin embargo, dijo, "ningún municipio, salvo León, se puede considerar siempre panista, priísta o perredista. Las diversas contingencias y el flujo de las alianzas que hay impactan de manera diferente a los municipios".
Un ejemplo de lo anterior, señaló, es el municipio de San José Iturbide, el cual tiene una larga trayectoria alternando diversos partidos en el poder. "En los años ochenta presentaba una alta preferencia priísta, superior a 90 por ciento. Después lo gobernaría el PAN, le sucedería PA-RM, PRD y nuevamente el PAN. De lejos uno pensaría que ahí está la consolidación de la democracia, pero de cerca se ve que es un juego de alternancia de grupos de poder y de caciques que se están acomodando y que se llevan las clientelas políticas a un partido u a otro".
Paralelamente a estos procesos de alternancia política, destacó, "se pudo comprobar que a nivel ciudadano existe un muy bajo manejo de lo político, reafirmando que dentro de los municipios todavía hay mecanismos de control caciquiles y que no necesariamente la alternancia está correspondiendo a una cultura política desarrollada". LP
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