México D.F. Martes 24 de junio de 2003
Afirma que la recesión en México llegó a su fin y convoca a reiniciar la inversión productiva
Slim: sin ningún cariz político o económico, el rescate del centro
"No tengo aspiraciones políticas; ni muchas, ni pocas", dice Mi participación en el proyecto, por invitación del jefe de Gobierno del Distrito Federal y del Presidente, asegura
VICTOR CARDOSO Y BERTHA TERESA RAMIREZ
El empresario Carlos Slim Helú afirmó ayer, durante una reunión con más de medio centenar de periodistas, que la recesión económica en México llegó a su fin y es el momento -dijo- de reiniciar la inversión productiva en el mercado interno.
También habló del rescate del Centro Histórico de la ciudad de México, de nuevas inversiones, sobre la conducción de la política económica del país, de la apertura del sector energético y otras reformas estructurales, y hasta de la búsqueda de un penthouse en el primer cuadro para que el ex presidente español, Felipe González, "con quien llevamos una buena amistad, tenga dónde llegar".
Un buen trecho de la plática la dedicó al programa de rescate de la zona centro del Distrito Federal, durante la cual señaló que la sociedad Centro Histórico de la Ciudad de México, con 66 por ciento de acciones propiedad del Grupo Carso, Inbursa y una compañía de bienes raíces filial de Teléfonos de México (Telmex), ha invertido hasta el momento 906 millones 359 mil 300 pesos en la compra de 46 inmuebles.
Mencionó que en la segunda mitad del año dicha sociedad hará una colocación de bonos para financiar la compra de más inmuebles, la cual en principio se planeaba que fuera de mil millones de pesos, pero para acelerar la aprobación de las autoridades hacendarias y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores tendrá que ser sólo de 500 millones.
Durante la conferencia de prensa que ofreció ayer en las oficinas de Inbursa, dijo que "notas amarillistas se han referido a que la sociedad está comprando todo el Centro Histórico, y aunque aceptó la especie, aclaró que sólo es parte del programa de rescate y no con fines políticos o económicos.
"Nadie puede oponerse o decir que es un error apoyar al Centro Histórico, que debe diferirse o que no se debe hacer, o que es un trabajo exclusivamente del gobierno de la ciudad o del gobierno federal. Yo creo que es un trabajo de todos y todos estamos participando muy activamente en el proyecto", agregó el empresario.
Indicó que el Banco de México ha restaurado muchos edificios; la Universidad Nacional Autónoma de México ha realizado diversas actividades para rescatar los inmuebles que posee en esa zona, y el Claustro de Sor Juana se está ampliando para llegar a gran número de alumnos; "yo creo que el Centro Histórico es un proyecto de interés nacional para darle fuerza y revitalizar el corazón del país, no le veo ningún cariz político".
Al inquirirle si su colaboración en el rescate del Centro Histórico tiene algún motivo político, dijo que su participación en este proyecto se da por invitación del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, y del presidente Vicente Fox. "Son los dos los que convocan, invitan y estimulan".
Empero, insistió, el Centro Histórico convoca a todos; no es un proyecto de gobierno a corto plazo, ni siquiera es sexenal, y de hecho ha habido apoyo importante de ambos gobiernos. Y remató: "no tengo aspiraciones políticas; ni muchas, ni pocas".
Al abundar sobre el proyecto comentó que entre los propósitos de rescatar el Centro Histórico está repoblarlo y que los estudiantes vayan a vivir ahí; la idea es que en esta zona ocurra un tanto lo que pasó en la colonia Condesa, agregó, y dijo que se busca que los edificios del centro estén vivos, que no sean inmuebles que a las cinco de la tarde estén cerrados.
El tema económico
En otro orden, el empresario afirmó que la recesión económica en México llegó a su fin. Es el momento -dijo- de reiniciar la inversión productiva en el mercado interno con los recursos acumulados en los fondos de pensiones; los generados por el superávit comercial; el dinero acumulado en las empresas de seguros y fianzas y hasta las reservas del país para financiar proyectos generadores de empleo, como la construcción de vivienda, y de alta rentabilidad, como los petroleros, que tienen un retorno de la inversión de 50 por ciento anual.
Estos proyectos, desde su punto de vista, son fundamentales para lograr un desarrollo sostenido, que a partir del fin de la recesión económica pueda llegar este año a 5 por ciento.
Al mismo tiempo advirtió al gobierno federal sobre la necesidad de transparentar aún más los informes sobre las finanzas públicas para determinar el impacto real, hasta ahora negativo, del pasivo laboral de los trabajadores al servicio del Estado, el cual alcanzaría 70 por ciento del producto interno bruto (PIB) a mediano plazo, y de los Pidiregas (proyectos de inversión productiva con impacto diferido en el gasto), mecanismo que podría ser financiado con las reservas del país.
"Tener reservas en los niveles que las tenemos nos cuesta más caro que invertirlas en el país; nos dejan intereses de uno por ciento, cuando aquí podrían reducir el costo de proyectos que, como los Pidiregas, tienen que pagar al extranjero tasas de 8 por ciento, o impulsar la perforación de pozos de gas, cuya importación nos cuesta alrededor de 2 mil millones de dólares anuales", comentó.
Slim Helú, empresario desde cuya visión una parte del problema de la pobreza es la falta de capacidad de compra de la población marginada, derivada de la falta de ingresos por el desempleo, también habló de las recientes cifras dadas a conocer por el presidente Vicente Fox en cuanto a que hubo una mejoría en 2002.
El presidente del consejo de administración de Telmex, la empresa privada más grande de América Latina, aceptó que esa mejoría en los índices de pobreza pueden ser ciertos, aunque aclaró: "no tengo los datos". Consideró que se puede aceptar la información presidencial tomando en consideración que hubo un importante crecimiento en el envío de remesas de los mexicanos en el extranjero y ese dinero se va a la población más marginada, así como un mejor año agrícola, que permitió mayores ingresos, entre otros factores.
Inversiones productivas con capital nacional
-ƑEs hora de "soltarse el pelo" en materia de control del gasto público? -se le preguntó.
-No tanto como soltarse el pelo, pero sí liberar recursos que actualmente se encuentran improductivos o se utilizan para financiar al gobierno federal para aplicarlos en inversión productiva y hacer más transparentes las cuentas públicas para determinar el costo exacto de, por ejemplo, los pasivos laborales o los Pidiregas.
El pasivo laboral del gobierno federal, afirmó, puede llegar a convertirse en un problema oneroso en unos cuantos años y alcanzar hasta 70 por ciento del PIB. Eso podría resolverse con algunas adecuaciones legales y negociaciones con los sindicatos para evitar que la gente se jubile a los 45 años con experiencia y capacidad productiva, pero sobre todo con pensiones que no les permiten vivir dignamente y que se tienen que pagar durante 25 o 30 años.
Sobre las finanzas públicas exigió mayor transparencia. "Este gobierno ha transparentado esto, pero se inventan cosas como los Pidiregas, o los Adefas, donde cabe todo y nada más dices cuál es el monto, pero no el costo."
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