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México D.F. Miércoles 25 de junio de 2003
Deja atrás cuatro oleadas de barbarie, afirma
Aplaude José Iturriaga el "rescate de la ciudad"
Entregó el GDF reconocimientos al historiador, al inversionista Paul Reichmann y a la hija del trabajador que murió en las obras de San Antonio
LAURA GOMEZ FLORES
La reconstrucción del centro de la ciudad deja atrás cuatro oleadas de barbarie que tanto la dañaron y representaron la imposición de estilos, la destrucción de iglesias, conventos y hospitales, para dar paso a nuevas edificaciones y la construcción de "rascacielitos de bolsillo", señaló el historiador y presidente honorario del Consejo Consultivo del Centro Histórico, José Ezequiel Iturriaga Sauco, al recibir el Reconocimiento Ciudad de México.
En la ceremonia en la que se entregó esta distinción, la cual será anual para quienes destaquen en los ámbitos social, cultural, económico, comercial, urbanístico o industrial de la ciudad, y que también se entregó a Paul Reichmann, director ejecutivo de Reichmann International, y a la familia de Saúl Cornejo Hernández, quien perdió la vida en las obras del distribuidor vial San Antonio, Iturriaga agradeció "realizar hasta ahora lo que parecía utópico a los escépticos".
Recordó que a 50 años de luchar con tenacidad y en muchos frentes como "monomaniaco" para convencer a sus interlocutores de rescatar lo rescatable de una ciudad, que hace cuatro siglos y medio fue el mayor asiento de la cultura occidental en el continente, de las cuatro oleadas de la barbarie, se inició ya este proceso con la colaboración de la sociedad civil y el gobierno.
"Así se logrará domiciliar en él a una población errabunda en otras colonias y devolver al Centro Histórico su perdida animación y alegría al corazón de la ciudad, porque aquí de las nueve de la noche en adelante espantan. "Sí, multitudes de fantasmas juegan futbol con los montones de basura tirada en las calles, sin respeto alguno para nada ni para nadie", dijo ante miembros del gabinete en pleno y el empresario Carlos Slim.
En la tercera ocasión que se realiza un evento en el Salón de Cabildos, mencionó que la primera oleada destructora consistió en la imposición del estilo neoclásico por Carlos III de Nueva España para desvalorar el barroco; la segunda fue la ejecutada por el liberalismo triunfante sobre el conservatismo decimonónico, que destruyó iglesias y conventos para descatolizar al pueblo.
La siguiente la perpetró el porfiriato, no por pasión partidista, sino por un afrancesamiento frente a un desdén por la arquitectura hispánica heredada, que representó la demolición de varios edificios y la construcción de nuevos inmuebles; y la cuarta, que llevó a cabo el "aguaprietismo" (el gobierno de Alvaro Obregón), representó la colocación de palmeras, la conversión de palacios dieciochescos en vecindades y la edificación de "rascacielitos de bolsillo", de tres o cuatro pisos. Pero también "se enseñó a los capitalinos a bañarse diario y no cada semana, lo necesitaran o no", explicó.
Luego de recibir su reconocimiento -una estatuilla de plata de un águila del Códice Mendocino-, el creador de la Torre Mayor, Paul Reichmann, agradeció la oportunidad de participar en el futuro de esta gran ciudad.
En su turno Brenda, la hija del trabajador que murió en las obras del distribuidor vial San Antonio, hizo lo propio por el apoyo brindado después de la pérdida de su padre, así como por la casa y la beca que recibirá del gobierno capitalino para concluir sus estudios.
En el Salón de Cabildos, ante los miembros del gabinete y otros invitados, leyó un pequeño texto que, junto con su familia, elaboró en memoria de su padre, que al mencionarlo provocó que le brotaran las lágrimas.
"Su ausencia, a unas semanas de distancia, ha sido difícil de aceptar, aunque el amor, el apoyo moral y económico que nos ha dado el Gobierno del Distrito Federal nos ha consolado de la partida de mi papá, porque sabemos que él vela por nosotras, por mí y por mi mamá, señaló al recibir el Reconocimiento Ciudad de México.
"Lo voy a extrañar mucho, pero le seguiré demostrando que soy una buena hija y estudiante, para que siempre esté orgulloso de mí, aunque estemos separados", dijo.
Al término de la ceremonia encabezada por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, mencionó que la casa que ocupará en unos días en el estado de Hidalgo "es bonita, pero hubiera sido mejor que fuera para los tres; no se pudo y ahora me toca quedarme con mi mamá y seguir adelante y sacar buenas calificaciones", lo cual dice María, su madre, no es difícil porque es estudiante "de puros dieces, una buena niña que tiene el mundo por delante".
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