El organismo civil presenta un manual para prevenir ese delito recurrente

Sólo con voluntad política se acabará la tortura: Amnistía Internacional

Indispensable, reforzar la lucha contra esa práctica en estos tiempos de conflicto: ONU

KYRA NUÑEZ CORRESPONSAL

Ginebra, 26 de junio. En el contexto del Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura, que se conmemoró este jueves, Amnistía Internacional (AI) presentó un manual para prevenir y denunciar esta recurrente violación a los derechos humanos.

Combatiendo la tortura es el título del material de AI que tiene como objetivos denunciar que la tortura es el mayor ultraje contra los derechos humanos y una práctica común en el mundo, y ofrecer elementos para combatirla, explica Judith Arenas, integrante de la organización.

''No es un repertorio de casos concretos, sino un plan de acción a largo plazo'', explicaron activistas de la organización.

Tanto para Amnistía Internacional como para el relator especial de Naciones Unidas para casos de tortura y otros tratos inhumanos y degradantes, esas prácticas ''se pueden detener con voluntad política''.

Por ejemplo Eric Prokosch, coordinador del manual, indicó en rueda de prensa que los gobiernos tienen la obligación de no tolerar, permitir o encubrir este delito, así como juzgar a quienes incurran en ellos.

En comunicado conjunto, titulares de mecanismos de Naciones Unidas contra la tortura subrayaron que en momentos como éstos, ''profundamente afectados por los conflictos y la violencia, resulta esencial insistir en que es obligación del Estado prevenir, prohibir, investigar y castigar los actos de tortura y maltratos''.

AI procurará que el manual llegue a quienes se encuentren vulnerables o en riesgo, mediante organismos no gubernamentales y visitas a centros de detención temporal, cárceles y juzgados.

AI comenzó su lucha sin cuartel contra la tortura en 1993. Desde entonces ha denunciado las técnicas empleadas por los verdugos y hasta el momento lleva documentados más de 50 años de permanencia ese delito. Sus nuevas formas confirman que la lucha es ''tan vital como siempre'', comenta Arenas.

El organismo gubernamental ha comprobado la presencia de esa práctica en 150 países, en 80 de ellos con saldos mortales.

Pocos son los países que han adoptado medidas enérgicas para erradicar la tortura, y peor aún, cierran los ojos ante la recurrencia de ese delito en otras naciones. Estados Unidos ha mostrado una falta de responsabilidad que lamentamos, expresa Arenas.

Una diferencia es digna de atención: el combate ha tenido resultados; hay experiencias que lo demuestran en América, Africa, Asia y Europa.

El manual es único en su tipo: integra ideas, técnicas, logros, estándares de conducta gubernamental y procedimientos para promover instrumentos jurídicos internacionales producto de 25 años de experiencia de los activistas contra la tortura.

Sus capítulos presentan la evolución de la lucha contra la tortura y el maltrato; los mecanismos internacionales de combate; los casos que ilustran los diversos caminos tomados por ciertos países para eliminar el delito; la definición y evolución de los instrumentos jurídicos internacionales al respecto; los abusos contra detenidos y prisioneros; la ocurrencia de maltratos en escuelas e instituciones mentales; las penas corporales; la tortura en conflictos armados; la violencia en la comunidad y en la familia; el combate contra la impunidad, y la creación de mecanismos de jurisprudencia universal, como los tribunales penales internacionales para Yugoslavia y Ruanda.