Luis Javier Garrido

Las trampas

La campaña electoral de 2003 no va a conducir a que el PAN gane la mayoría en la Cámara de Diputados ni a que el gobierno se valga tras los comicios de que el electorado respaldó su desastrosa gestión, y esto ya es desde ahora un factor más que desnuda la naturaleza del régimen foxista.

1. La desesperación política no es buena consejera y los historiadores del futuro se interrogarán sobre lo que motivó al gobierno de Vicente Fox a querer trampear de manera tan obvia en las elecciones legislativas del 6 de julio y a recurrir a las prácticas fraudulentas del antiguo régimen priísta.

2. Fox cavó su descrédito en menos de tres años, con la misma celeridad con la que se encumbró no sólo por imponer un gobierno de empresarios reaccionarios y de empleados de empresarios neoliberales, reaccionarios y anacrónicos, caracterizados por su incompetencia y mala fe frente a los mexicanos, que buscan dar al país las mismas políticas antipopulares de sus predecesores priístas con métodos similares, al mismo tiempo que pretenden legitimarse con algunas de las políticas populistas del "antiguo régimen" y presentarse como "el cambio". El desastre de la actual gestión presidencial viene también del descrédito personal de Fox, quien con sus acciones se fue exhibiendo como lo que es.

3. Fox ha desprestigiado su administración con sus acciones irresponsables. Sus tentativas de ocultar el escándalo de los Amigos de Fox revelaron a los mexicanos que llegó a la silla presidencial con dinero oscuro procedente del extranjero y que era lo que siempre se había temido: un hombre corrupto y sin convicciones. Su actitud ante los acuerdos de San Andrés, firmados en 1996 por el EZLN con el gobierno de Zedillo, que ofreció llevar al rango de norma constitucional, hicieron ver que era un individuo poco confiable que no cumpliría sus promesas de campaña. La privatización subrepticia del sector energético y otras medidas lo hicieron ver como alguien con un desprecio enfermizo por la legalidad. La política exterior, y sobre todo el grave incidente en Monterrey con Fidel Castro, lo exhibió ante el mundo como un mentiroso. El "José Luis Borgues", pronunciado ese año en España ante la Real Academia, lo confirmó como un hombre zafio. El protagonismo de su esposa, a la que ha ocultado en vísperas de las elecciones, lo mostró como un hombre endeble incapaz de asumir solo el cargo. Su política de doble discurso ante la invasión de Irak evidenció que está doblegado a la administración Bush y que no tiene capacidad para defender los intereses de México. La pasividad ante la toma de Canal 40 por un comando armado de Tv Azteca, azuzado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, hicieron ver su ineptitud. "ƑY yo, por qué?", fue su célebre respuesta.

4. Los medios, a los que Fox tanto detesta, no ocultan lo que es, porque él se encarga de mostrarlo con su desaforado protagonismo: un megalómano sin capacidad para desempeñar el cargo ni autoridad moral, no se diga para gobernar, sino para impulsar un proceso de cambio.

5. La injerencia de Los Pinos para hacer campaña en favor del PAN, utilizando recursos públicos en transgresión a las leyes, ha desprestigiado aún más al gobierno y a quien lo encabeza, mostrando cuán poco han cambiado las cosas. La necedad mostrada por Fox para acatar el justo reclamo de los partidos y de amplios sectores de la sociedad, recurriendo a trampas en los espots difundidos por Presidencia con burdos mensajes subliminales, resulta un elemento más de preocupación para el futuro, pues muestra a un titular del Ejecutivo tramposo y desvergonzado, dispuesto a todo con tal de imponer sus intereses personales a los de la nación.

6. El hecho más significativo es que, como en el pasado, no existe una fuerza jurídica capaz de poner alto a las transgresiones del Ejecutivo a las leyes del país, como acontece en lo electoral. La jerarquía católica, azuzada por el foxismo, no ha detenido su propaganda pro panista, violatoria de la Constitución, a pesar de la comedia escenificada en Gobernación, y ahora Presidencia acepta poner fin a su propaganda ilegal a una semana del fin de campañas, lo cual es otra burla a la ciudadanía, y lo hace tras el ultimátum del IFE, el cual bien pudo darlo semanas atrás. Y ahora Fox pretende, a través de un mensaje radiotelevisado, que se le festeje que deje de violar la ley.

7. El caso de Fox es patético, pues en su campaña electoral preconizó que buscaba terminar con el presidencialismo, origen de todos los males, según dijo, y ya en el cargo busca gobernar sobre la legalidad, dilapida los recursos del pueblo en una propaganda personal sin precedentes, tratando de levantar su deteriorada imagen y de controlar por todos los medios al Congreso.

8. A los que creen que el cambio en México es una realidad, los acontecimientos recientes deberían hacerles ver la realidad. El "antiguo régimen" tuvo dos rasgos fundamentales: a) la simbiosis entre el aparato del partido y el aparato burocrático del Estado y b) la prevalencia del Ejecutivo sobre la legalidad del país, y el régimen foxista incurre en ambas perversiones políticas sin que los otros dos poderes puedan frenarlo.

9. El modelo neoliberal es profundamente autoritario, y quienes gobiernan en nombre de la derecha buscan que el poder sea más impune. No es coincidencia que el Parlamento italiano reformara la Constitución para dar inmunidad al presidente del Consejo de Ministros y evitar que Silvio Berlusconi sea conducido a los tribunales por sus delitos, ni que la derecha francesa planee modificar la Constitución de 1958 para blindar a Jacques Chirac ante los jueces y hacer casi imposible la destitución del presidente de la República, cuando lo que se requiere es que quienes gobiernan en un régimen representativo sean responsables ante quienes pretenden representar.

10. La segunda mitad del sexenio de Fox estará marcada por este intento fraudulento que arroja nuevas sombras sobre su deplorable gobierno y hace aparecer muchas certezas sobre lo que serán las elecciones presidenciales de 2006, las querellas y componendas de los grupos en el poder y la tentativa continuista del foxismo.