CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Sobre los partidos emergentes

ME PIDE un lector, espero que con las mejores intenciones, que se diga algo en este espacio acerca de los partidos emergentes, porque está harto de leer lo que sucede en el PAN, el PRD y el PRI.

Y EN verdad os digo que es difícil hablar de algo que aún no se concreta, pero en fin, habremos de satisfacer, en lo que se pueda, las inquietudes del lector. Para empezar debemos recordar que de todas las organizaciones que hoy compiten por obtener recursos del erario, sólo dos, el verde y el del Trabajo, han logrado su permanencia en el desconcierto político del DF.

EL VERDE, como es sabido, más que un partido político es un grupo familiar que invita a sus cuates a treparse en el carro de la política para dejar de trabajar a buena edad.

LO CREO un señor de nombre Jorge González Torres, ex priísta y fundador de otra organización llamada Partido Verde Mexicano. Allí tampoco cupo y entonces realizó su sueño más caro y se convirtió en el dueño del Partido Verde Ecologista de México, que presidió de 1987 al 2001; es decir, hasta que descubrió que su vástago (Jorge) no servía para nada -mostró vocación política- y decidió heredarle el trono esmeralda con todo y tucán.

JORGITO, COMO se conoce al niño verde, invitó a sus cuates de la vida a recomponer el sueño de papá y hacer del partido un ente joven y se alió de volada con el PAN, con el que rompió después de que al "tucán mayor" no le dieron la secretaría encargada de los asuntos ecológicos, pero no porque hubiera un desacuerdo en la manera de pensar. Tanto son de derecha los azules como los mismos verdes. Y bueno, ahí se van ahora medio aliados al PRI y en espera de que los votantes del país crean que ellos son los defensores de las causas ecológicas de México.

EL PARTIDO del Trabajo viene del norte del país, es un organismo con el que Carlos Salinas trató de disfrazar su desprecio hacia la izquierda. Igual que el verde ha hecho depender su crecimiento de las alianzas con las organizaciones grandes y, aunque en algún momento supuso una buena opción para quienes no se sentían identificados con el PRD, hasta ahora sigue estacionado en la marginalidad. En 1994, según sus propias cifras, logró obtener un millón de votos, y ese es su mejor indicador.

ES MENESTER señalar que este partido en sus comienzos estuvo formado por los comités de Defensa Popular de Chihuahua y Durango, además del frente popular Tierra y Libertad de Monterrey, entre otros.

TAL VEZ su política de alianzas no le ha permitido crecer lo suficiente, ni tener un rostro propio que le permita ser identificado plenamente por los votantes, que poco o nada saben de ellos. Esto no obstante que su presidente actual, Alberto Anaya, ha sido en dos ocasiones diputado federal y en otra senador.

DESDE LA perspectiva de algunos analistas, éste, como otros partidos, estarían dentro de los próximos años en la disyuntiva de crecer con propuestas sólidas y trabajo constante o bien mezclarse con alguna otra institución partidista que permitiera sobrevivir a buena parte de su burocracia.

EN LA actualidad ambos partidos se hallan fuera de la discusión de la agenda nacional y más bien son utilizados por las organizaciones partidistas llamadas "grandes" para obtener los votos que requieren dentro de las cámaras legislativas y cada uno, desde luego, tiene su precio. Así es la política.

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