Lo positivo es que ahora los habitantes de Contreras votan libremente, afirma

Don José añora el ambiente rural, que fue avasallado por autos y pavimento

Señala que en algunas zonas de la demarcación se desperdicia el agua y en otras falta

RAUL LLANOS SAMANIEGO

Así como ha ido desapareciendo la propiedad ejidal y comunal, lo mismo ha ocurrido con aquellos líderes que durante muchos años indujeron a nuestros pueblos y comunidades a votar por el PRI, asegura José Romero García, dirigente comunal de la delegación Magdalena Contreras.

Dice que añora el ruido de los cascos de los caballos, la quietud de las calles empedradas, la cercanía entre la gente. De eso ya nada queda.

Con 70 años a cuestas, don José -como se le conoce en la comunidad- ha escrito mucha de la historia local. Recién terminó La historia de los cuatro pueblos indígenas de Magdalena Contreras; elaboró y donó la historia de la iglesia de San Nicolás Totolapan.

También reseñó la historia de la primera clínica del Seguro Social, establecida aquí en 1944, y de la primera escuela secundaria, levantada en 1951, entre otros escritos.

Don José también está al cuidado, desde 1960, del monumento a la Santa Cruz, que fue erigido en 1814 en la calle Soledad .

"Es claro que antes no había ningún otro partido más que el PRI y no nos quedaba otra opción. Antes llegaba gente que ni era de aquí y nos gobernaba. Ahora es muy distinto. En estas votaciones, por ejemplo, 90 por ciento de los candidatos son contrerenses." Pero la forma de elegir también era otra, expresa. "De 1950 a 1985 el presidente de bienes comunales manejaba a todo el núcleo poblacional. El nos decía: -Miren, ya vienen las elecciones y ya saben por quién tenemos que votar. Y también nos organizaba para recibir al candidato y todo eso."

Ahora ellos nos buscan

Hoy -contrasta- "ya no tenemos que ir a buscar a los candidatos. Ellos van a las casas, a las colonias, a los barrios o pueblos y se acercan a la gente, a los presidentes de bienes comunales o ejidales.

"Y a la gente ya no la engañan tan fácil, ya no tiene los ojos cerrados, y si quiere votar por el PRI pues vota por el PRI, y si no, pues lo hace por otro partido, como el PRD, el PAN, el Verde o Convergencia.

"Por ejemplo, en San Nicolás la comunidad vota por quien quiere, ya no aparece el líder que dice eso de que vamos todos a votar por tal o cual partido o candidato. Tampoco vienen a organizarnos para apoyar. ¡No!, ahora los líderes ejidales o comunales hacen asambleas y toman ahí una decisión".

Una de las cosas que más añora don José es el aire provinciano de Contreras, ese ambiente rural que es avasallado por el pavimento y los automóviles; el insoportable pero necesario transporte público, las fachadas modernistas de las casas.

Recuerda que antes de las invasiones de zonas verdes "había pueblos fuertes, con ganado, caballos, toros, borregos, chivos, sobre todo en San Bernabé y San Nicolás. La gente sembraba frijol, maíz, nopales, quelites, y luego los transportaba en sus caballos, en sus burros, de un lado a otro; a La Conchita, a Santa Teresa".

Pero llegaron los asentamientos irregulares, los paracaidistas, y aquello se acabó. Don José comenta que uno de los principales problemas es el de la vialidad. Las calles son tan estrechas que por todos lados se hacen "cuellos de botella" y ya no se puede avanzar.

Otro problema es el del agua, pues a pesar de que es alta la precipitación pluvial y Magdalena Contreras tiene el único río vivo del Distrito Federal (el Magdalena), hay zonas donde se desperdicia en demasía, y otros donde falta. Entre las causas está el boom de unidades habitacionales, que absorben grandes cantidades del líquido.

Frente a la problemática, pide mayor conciencia de la gente: "si vemos que nuestro delegado o nuestros funcionarios no hacen bien las cosas, en lugar de hacer destrozos y gritar majaderías, tenemos que ver la manera de acercanos a ellos para decirles qué es lo que no nos gusta. Exigir, preguntarle al delegado por qué no cumple.

"Yo creo que nosotros también somos responsables de todo eso".