Antonio Gershenson

Ningún partido tendrá mayoría en la Cámara

Si en algo funcionaron las encuestas publicadas, en el plano nacional el PAN estaría declinando en votos y en diputados y otros puestos de elección, aunque podría ganarle al PRI algunos más. El PRD estaría aumentando su votación, aunque podría quedar en el orden de 20 por ciento del total. El PRI ganaría posiciones importantes, y tal vez mayoría relativa en la Cámara de Diputados, aunque en el Distrito Federal, donde ganaría ampliamente el PRD, el PRI quedaría con el menor porcentaje de votos en su historia.

Como ahora, ningún partido tendría mayoría en la Cámara, y posiblemente de los tres partidos principales, dos, los que fueran, harían mayoría. El Verde Ecologista conservaría su registro, y el del Trabajo estaría cerca de la línea límite, el 2 por ciento de la votación, para conservar o no el registro. Los otros partidos desaparecerían, con la posible excepción de Convergencia, en caso de cambios de las últimas semanas o de un margen de error en las encuestas que lo consideraron.

Durante la campaña se dieron hechos y surgieron polémicas que posiblemente den lugar a modificaciones en la ley electoral. Los famosos espots, y en general la participación del gobierno federal en el proceso electoral, muy posiblemente generen una legislación más preventiva. Casos como el de uno de los pequeños partidos, al que se aplicó una fuerte multa por uso indebido del subsidio, revive una discusión que ya venía de antes: la forma actual de distribución de los subsidios hace rentable la formación de partidos chicos, no necesariamente con fines políticos sino económicos. Aunque saquen 0.1 por ciento de la votación, se quedan con el dinero del subsidio. Ya el PAN y el PRD habían propuesto cambiar esta situación.

Hubo en la campaña aspectos lamentables. El que se llenaran las calles de retratos fue lo que dio una imagen de la elección, ante la cual quedaron arrinconados los pocos planteamientos de programa que se llegaron a hacer. Sin embargo, no debemos subestimar esta elección como tal. Aunque, como suele suceder en las elecciones de mediados de sexenio, se espera una menor participación de votantes, los resultados sentarán las bases para un nuevo cuadro político. De una u otra manera, las fuerzas políticas tendrán que negociar por lo menos en torno a algunas cuestiones básicas. Por ejemplo, si no hubo ya algo antes, a la hora de la discusión del presupuesto para 2004, como el PAN estará en minoría, tendrá que llegar a acuerdos con otro u otros partidos.

Además, esta elección es un paso más en un proceso. En cuanto al Distrito Federal, es muy posible que haya un cambio en relación con la actual Asamblea, en la que, también en este caso, ningún partido tiene mayoría. Encuestas de origen muy variado apuntan a que ahora el PRD tenga mayoría. Y en este proceso, antes de las elecciones de 2006, hay elecciones locales, algunas muy importantes. Todo este proceso irá conformando el cuadro inicial del proceso de 2006, que puede ser decisivo, tal vez no para quien gane, sino para quienes compitan. La campaña de Cárdenas en 2000 movilizó contingentes impresionantes; sin embargo, cuando ésta se inició, ya mucha gente estaba decidiendo entre Labastida y Fox, y consideraba que Fox era la posibilidad real de sacar al PRI. Después de esta experiencia, cabe esperar que, sin llegar a extremos como el de Amigos de Fox, haya posicionamientos anteriores al principio del proceso electoral y, en general, fenómenos políticos que no necesariamente van a dejar a las estructuras políticas como están ahora.