México D.F. Domingo 6 de julio de 2003
"La tragedia de Chechenia dista mucho de haber terminado": líder derechista ruso
Doble atentado suicida en Moscú deja al menos 18 jóvenes muertos
Dos mujeres detonaron explosivos que llevaban adheridos a su cuerpo; más de 100, los heridos
Las autoridades minimizaron el ataque para mantener la visión de una supuesta "normalidad"
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 5 de julio. La guerra que los separatistas libran en Chechenia, y que el Kremlin insiste en dar por terminada con declaraciones triunfalistas y divorciadas de la realidad, tuvo este sábado un cruento episodio en plena capital de Rusia.
Un doble atentado suicida -el primero de este tipo aquí, pero todo indica que no el último- conmocionó Moscú, apenas un día después de que el presidente Vladimir Putin, acorde con la política-ficción que practica con relación a la rebelde república caucásica, puso fecha a unos comicios presidenciales que sólo buscan legitimar la imposición de un cuestionado go-bernante pro ruso en Chechenia.
La pretendida "normalización" chechena cobró la vida de al menos 18 jóvenes rusos y dejó más de cien heridos, cuando dos mujeres -una de ellas plenamente identificada por los servicios de seguridad: Zulijan Lijadzhieva, de 20 años de edad y originaria de Kurchaloi, al sureste de Grozny, capital de la república independentista- detonaron los explosivos que llevaban adheridos a su cuerpo.
A la luz de los atentados de hoy, los políticos rusos, en función de su cercanía con el Kremlin o su distancia del mismo, ofrecieron lecturas diametralmente opuestas de la situación en Chechenia.
Así, el presidente del Consejo de la Federación, Serguei Mironov, funcionario venido a Moscú de San Petersburgo y muy identificado con Putin, declaró: "El terrorismo internacional, una vez más, mostró su reacción agresiva a los esfuerzos de paz que lleva a cabo la dirigencia rusa para impulsar un arreglo en Chechenia".
En cambio, para el líder de la Unión de Fuerzas de Derecha, Bo-ris Nemtsov, "la tragedia chechena dista de haber terminado", y "en ese contexto convocar a elecciones presidenciales (allá) es una burla. Mientras el poder federal no se proponga de verdad negociar una solución política en Chechenia, difícilmente habrá paz en esa república y en el resto de nuestro país".
Valeria Novodvorskaya, una de las voces más independientes y radicales de Rusia, coincide con Nemtsov, aunque su lenguaje es más directo: "Todo esto va a se-guir ocurriendo mientras no en-tendamos que tenemos que salirnos de Chechenia, por cuanto ya perdimos el derecho de participar en el destino de ese país".
Explosiones en Tushino
El número de víctimas pudo haber sido mucho mayor, pero por fortuna las suicidas no se atrevieron a pasar los controles policiales para entrar al campo de aviación de Tushino, donde cerca de 20 mil jóvenes asistían a un tradicional festival de rock.
El primer atentado ocurrió junto a las taquillas, donde no menos de 200 personas hacían fila para ad-quirir los boletos para entrar.
Según los testimonios que ha sido posible obtener, cuando la mujer atacante accionó los cables de su llamado cinturón de mártir, sólo detonó la carga de 500 gramos de TNT y los elementos de acero no llegaron a convertirse en metralla. Murió la atacante y hubo tres heridos.
Quince minutos después, en uno de los accesos que comunican la estación del Metro con el aeródromo, en el momento en que pasaba gran cantidad de jóvenes que se dirigían al festival de rock, la se-gunda suicida hizo explotar su bomba, de equivalente potencia.
La metralla, que en esta ocasión se produjo con devastadora fuerza, mató en el acto a las 13 personas que se encontraban más cerca de la atacante suicida y causó entre 50 y 60 heridos -de acuerdo con distintas fuentes-, muchos de ellos de gravedad.
Hasta la hora de cierre de esta edición otras cinco personas ha-bían muerto en los hospitales.
La explosión, conforme relataron testigos de la tragedia, dejó un panorama dantesco con enormes manchas de sangre y fragmentos de cuerpos humanos esparcidos en un área muy amplia.
Después del segundo estallido, el campo de aviación fue acordonado por la policía, que recibió refuerzos de la unidad de elite del Ministerio del Interior, al tiempo que unas 40 ambulancias y dos helicópteros recogían a los heridos.
La mayoría de los jóvenes que estaban dentro del aeródromo, aunque vieron movimientos raros, no se enteraron de la tragedia que acababa de suceder.
Para evitar reacciones de pánico y una estampida, las autoridades, como argumentaron más tarde, decidieron no suspender el en-cuentro de rock.
Los grupos, como si nada hubiera ocurrido, después de la segunda explosión siguieron tocando du-rante cinco horas más.
Muchos padres de familia, que conocieron la lamentable noticia por la radio y la televisión, vivieron horas de verdadera angustia al no saber nada de sus hijos, debido a que la policía impidió que el público pudiera franquear los cordones de seguridad, sin poder aproximarse, ya no digamos en-trar, al aeródromo.
Para colmo, por una fatídica coincidencia o una deliberada interferencia técnica, dos de las tres principales compañías de telefonía celular tuvieron muchas fallas este sábado en Moscú, y durante varias horas dejaron de funcionar en la zona de Tushino.
Las autoridades, insensibles
En lo que parece un intento de minimizar la tragedia, en la medida en que ésta echa por tierra su versión oficial de la situación en Chechenia, el Kremlin ordenó que los principales canales de televisión -todos, en mayor o menor grado, supeditados al poder político-, mantuvieran sin cambios su festiva programación para la no-che de este sábado.
Por su lado, y en el mismo tenor de que todo está bajo control, el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, no consideró necesario suspender el apoteósico festival de la cerveza, que este domingo congregará a decenas de miles de personas junto al estadio Luzhniky.
El afán de las autoridades por transmitir una supuesta calma en la capital pone en evidencia que son insensibles para mostrar una mínima solidaridad con las familias que este sábado perdieron a sus hijos y a otros seres queridos en los atentados suicidas.
Esa insensibilidad, junto con el hecho de estar involucrados en ambos casos atacantes chechenos, hizo recordar hoy a muchos moscovitas el secuestro masivo en el teatro Dubrovka, en octubre del año pasado, y sobre todo su trágico desenlace con empleo de gas letal, el cual acabó con la pesadilla y también con la vida de por lo menos 129 rehenes.
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