México D.F. Domingo 6 de julio de 2003
Las pupilas de Leonardo Cuéllar estuvieron
dos veces abajo en el marcador
El Tri rescató un empate 2-2 ante Japón,
con 85 mil aficionados
El duelo definitivo será el próximo sábado,
en Tokio, por el último boleto al Mundial Femenil
El público ovacionó el esfuerzo de las
jugadoras, quienes respondieron a las expectativas
ABRIL DEL RIO
La selección nacional de futbol femenil respondió
con gran entrega a las expectativas, ayer, traducidas en una entrada estimada
en 85 mil personas al estadio Azteca, frente al cuadro de Japón,
en juego de ida por el último pase disponible al Campeonato Mundial
de Estados Unidos 2003, aunque apenas ajustaron un empate a dos goles.
Las pupilas de Leonardo Cuéllar, un plantel compuesto
en su mayoría por jóvenes y algunas profesionales, llegaron
a la cita decididas a demostrar sus avances, y lo lograron con un desempeño
creciente a lo largo del partido, casi al ritmo del apoyo que desplegó
el público, que invitado de forma gratuita, también cubrió
las gradas paulatinamente.
Mientras se fueron llenando las zonas altas del Coloso
de Santa Ursula, que se abrían conforme la demanda del público
que llegaba tarde, transcurrió el primer tiempo con una lucha sin
cuartel en el medio campo.
No obstante, ese lapso fue suficiente para apreciar el
mayor dominio de balón y oficio del equipo que ostentan las japonesas,
esa superioridad técnica que las mexicanas contrarrestaron a fuerza
de corazón.
Sin cambios en ningún cuadro arrancó el
segundo tiempo, y Japón aprovechó un mínimo descuido
de la defensa mexicana para abrir el marcador. Fue un disparo de Emi Yamamoto,
que al rechace de la arquera Pamela Tajonar, quedó a modo para Yayoi
Kobayashi, quien remató con la cabeza cuando se cumplía el
minuto 50.
Lejos del desaliento, vino la reacción de México.
No sólo Pamela detuvo una nueva llegada al quedarse dos minutos
después con un balón de Mio Osani, que parecía el
segundo gol japonés, sino que las locales recuperaron el terreno,
y en el 59, Fátima Leyva realizó un saque de banda más
que preciso para Iris Mora. La delantera quintanarroense tomó su
tiempo, controló el balón y luego lo bombeó con fuerza
hacia el arco que defendía Nozomi Yamago.
El 1-1 hizo estallar a la afición en un rugido,
la gran ola y fuertes pisadas desde los asientos zarandeaban el estadio.
Pero la euforia se congeló al 73, cuando de nuevo
Japón, capitalizando la distracción defensiva que acusaron
las mexicanas, llegó otro rebote, después de un tiro de esquina,
justo para que Emi Yamamoto marcara la ventaja (2-1).
Apenas dos minutos después, con un tiro de esquina
a cargo de Mayra González, surgió la intervención
repentina de Marlene Sandoval, quien se hizo del balón y lo clavó
por el centro con la cabeza.
Maribel Domínguez, goleadora y capitana de la
selección, lució por sus constantes intentos, inclusive jugadas
individuales de garra, pero no pudo hacer mucho ante la férrea marca
de las japonesas, que más de una vez la derribaron, y que inclusive
mereció la amonestación de Hirominisozaki. Esa fue una de
las tres amarillas que sacó la silbante venezolana Martha Liliana
del Toro, todas para Japón.
Comportamiento ejemplar
Pese al empate, al silbatazo final los aficionados ovacionaron
el esfuerzo y la emoción del histórico partido femenil en
el Azteca después de 32 años, al que se dieron cita en su
mayoría familias con niños y adolescentes, cuyo comportamiento
y desalojo del estadio fueron ejemplares.
Y mientras algunos pequeños, sobre todo niñas,
peloteaban en el estacionamiento con sus padres y madres, las jugadoras
no escatimaron al firmar autógrafos para quienes arrojaban camisetas
y las alentaban hacia el segundo episodio de la calificación mundialista.
Anoche mismo viajaron a Los Angeles, donde pernoctarán,
y este domingo emprenderán el viaje hacia Tokio, sede de los 90
minutos definitorios, el próximo sábado en el estadio Nacional
de la capital japonesa.
SACA EMPATE EL TRI
FEMENIL El
2-2 en el estadio Azteca obliga al equipo a ganar el juego de vuelta
en Japón, para obtener así un boleto mundialista FOTO
JOSE CARLO GONZALEZ
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