México D.F. Miércoles 9 de julio de 2003
La Iglesia aprovecha las oportunidades de un
régimen como el de Fox: Vanderwood
El actual gobierno, ejemplo de cómo se utiliza
la religión para fines propios
Autor del libro Del púlpito a la trinchera,
el levantamiento religioso de Tomochic
''Los mexicanos siempre dicen 'si Dios quiere', entonces
traté de acercarme al tema''
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
La Iglesia católica perdió todo su poder
político en el siglo XIX, pero ahora aprovecha las oportunidades
que le brinda la existencia de un gobierno como el de Vicente Fox, que
está en favor de trabajar con ella, y capitaliza la apertura que
no hubo con el régimen anterior, señala el historiador estadunidense
Paul J. Vanderwood, autor del libro Del púlpito a la trinchera,
el levantamiento religioso de Tomóchic (Taurus). En este texto,
el autor analiza lo que para algunos pudo ser el comienzo de la Revolución.
Un movimiento armado, motivado por cuestiones religiosas.
Y para comenzar dos advertencias. Subraya el autor en
la introducción que el levantamiento en Tomóchic, Chihuahua,
ocurrido en diciembre de 1891, ''tenía matices religiosos y exigía
mayor cuidado, ya que los movimientos religiosos pueden mover a multitudes
de manera espontánea y generar un fervor que no conoce límites".
La segunda: ''En estos tiempos, si nos atrevemos a ver
a nuestro alrededor, encontramos casi en todos lados el mismo tipo de enardecida
y promisoria religiosidad que caracteriza al mundo de aquellos que estamos
a punto de visitar. Me parece que los tomochitecos habían decidido
mantenerse firmes en nombre de toda la humanidad, tanto entonces como ahora".
Ambas advertencias caben dentro de un proceso político
mundial en el que la religión está revelándose como
el principal poder de movilización. ''Podemos ver lo que está
ocurriendo en Irak. Apenas empezamos a entender el poder de la religión
para unir gente para luchar por la vida que ellos quieren. Estoy seguro
que en 1891, cuando ocurrió lo de Tomóchic, se pudo unir
a mucha gente. La religión es una fuerza formidable para unir a
las personas. La revuelta motivada por cuestiones religiosas no le convenía
al gobierno de Porfirio Díaz, que trataba de atraer inversiones
al país. Es bien sabido que los inversionistas no entran a países
que son inestables".
Religión + nacionalismos = guerra
Regresando a nuestra época, baste ver la situación
y los conflictos que han sucedido en los Balcanes, Afganistán, Irak,
donde tienen una profunda motivación religiosa. Aquí el investigador
reitera que ''sólo ahora podemos darnos cabal cuenta del poder de
la religión. Esa es la raíz de la mayoría de los conflictos.
Con ello no estoy diciendo que no influyen la pobreza, las causas económicas
o políticas, pero en el fondo está la religión. Todo
está ligado a los pensamientos religiosos de las personas. Si unimos
la religión a los nacionalismos entonces tenemos guerras como la
de Irak".
En el caso de México y de otros países en
los que la separación Iglesia-Estado es tajante, romper con esa
delimitación podría crear problemas. ''La religión
en la política mexicana no tiene tanta fuerza, pero si gana podría
influir en la política del país, en particular en aspectos
internacionales. Pero no estoy muy seguro de eso", manifiesta el autor
de Los rurales mexicanos, Desorden y progreso: los bandidos la
policía y el desarrollo mexicano y Los rostros de la batalla:
furia en la frontera México-Estados Unidos 1910-1917, entre
otros, relacionados con la historia nacional.
El régimen mexicano, añade, es un ejemplo
de cómo ''un gobierno puede capturar ese algo espiritual, religioso,
para sus propósitos. No quiero decir que esté mal, sino que
es algo normal. En la mayoría de los países se da la división
Estado-iglesias. Ahora hay un choque entre estas fuerzas, no muy grave,
pero sí provoca que los gobiernos piensen en la forma de controlar
lo religioso".
Para Vanderwood los historiadores no se encuentran muy
cómodos hablando de aspectos religiosos, espirituales, porque de
eso no hay mucha información. ''De la Iglesia sí hay archivos,
pero cuando hablamos de fe es muy difícil documentar. Entonces hay
una tendencia de los historiadores a evitar esas cosas; pero advertí
que no se puede hablar de los mexicanos haciendo a un lado las cosas espirituales.
La religión es una parte de su vida cotidiana que está mezclada
con la manera de pensar y de vivir. Los mexicanos dicen todo el tiempo
'si Dios quiere'. Entonces traté de acercarme al tema."
En este libro acerca del levantamiento religioso de Tomóchic
''intenté capturar la parte religiosa". Fue un movimiento en el
que los tomochitecos, mejor dicho parte de ellos, decidieron que no iban
a obedecer más que a Dios y vieron a su madre espiritual en la Santa
de Caborca, una niña a la que se atribuían todos los milagros
posibles.
La respuesta a este levantamiento, calificado de ''rebelión",
por el gobierno de Díaz, fue enviar soldados para aplastarlo. Murieron
decenas de hombres, mujeres y niños. Quienes escaparon fueron ejecutados
después.
''En Tomóchic -expresa Vanderwood- no hubo una
rebelión. Esa fue la palabra del gobierno; ellos sólo querían
establecer su comunidad, de ésas que se llaman milenarias. Debió
ser fascinante ver llegar a decenas de personas al palacio de gobierno
local diciendo 'no vamos a obedecer más que a Dios y a Santa Teresa
de Caborca'. ¿Qué pasaría ahora si se presentara una
situación semejante? ¿Cómo respondería el gobierno?"
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