México D.F. Lunes 14 de julio de 2003
Penetra en profesores y alumnos; peligran la capacidad de reflexión y de discusión
Catedrática alerta sobre embestida de la ultraderecha en la UNAM
El Opus Dei intenta consolidarse como grupo de poder en la institución educativa, señala
Durante la década pasada, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recibió uno de los embates más fuertes de los grupos de ultraderecha -que deseaban tener mayor influencia en la institución-, entre los cuales destaca la organización católica Opus Dei (Obra de Dios), "que ha intentado, con mucha constancia, consolidarse como grupo de poder en la universidad", afirma la historiadora Virginia Avila, catedrática de la máxima casa de estudios, especialista en el análisis de agrupaciones de ese tipo.
"La penetración del Opus Dei en la universidad siempre es un riesgo de rezago hacia los logros alcanzados. En esta universidad no sólo hay profesores, también estudiantes que tratan de penetrar las instancias de poder; esa es una de las metas del Opus Dei desde los años 50, cuando llegó la primera avanzada a la UNAM."
Pionera en el campo de la investigación sobre grupos de ultraderecha en los círculos universitarios, tema en el que ha realizado sus principales investigaciones, Avila destaca que el fenómeno ha sido poco estudiado en México, de ahí que exista la dificultad de evaluar el impacto en todas las áreas de la vida de las instituciones de educación superior.
Sin embargo, "se percibe o se rumora que tal persona es del Opus Dei, y en el mismo sentido se conoce que existen grupos que buscan consolidarse en determinadas facultades o institutos y que se pueden considerar cercanos a grupos como el Opus Dei o, por el contrario, a tradiciones más liberales, pero que se ven enfrentados; en tal situación podríamos mencionar al Instituto de Investigaciones Jurídicas".
Agregó: "veo una derechización de la universidad, entre los profesores y los alumnos; por ejemplo, en la facultad de Filosofía y Letras y en la de Derecho se está dando de manera muy fuerte, aunque este embate no sólo sea producto de la presencia del Opus Dei".
El riesgo fundamental de este fenómeno, añadió, es dejar a un lado la capacidad de reflexión, la discusión amplia y diversa. "Se perderían también los espacios para la investigación en todos los ámbitos. En el campo social, por ejemplo, se eliminaría la crítica, evitando la generación de un pensamiento reflexivo."
La académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM destacó que se percibe "un aumento en los espacios que se están abriendo a esas formas de educación de derecha en las universidades, pero esto se debe no sólo a la acción del Opus Dei, sino a todo un empuje de la derecha, que se mueve con suma agresividad en otras áreas para conseguir sus metas, y saben que los lugares ideales para difundir su obra son las universidades".
Especializada además en historia del México contemporáneo, la catedrática consideró que el individualismo, la ruptura del tejido social y la falta de comprensión y solidaridad con los movimientos sociales "está generando actitudes de egoísmo, de considerar que la universidad no es un espacio social, sino particular, donde cada quien tiene que sobrevivir".
Nuestra casa de estudios, enfatizó, no está ajena a los "acomodos" y acercamientos con el nuevo gobierno, lo que empieza a ocurrir en ciertos sectores universitarios, no sólo directivos y profesores, sino también alumnos.
No obstante, añadió, "la diversidad de grupos sociales y de enfoques ideológicos en esta universidad es variada, pero por lo mismo se ve que la ultraderecha sí está penetrando, se percibe en el salón de clases, en la falta de comprensión e interés de los fenómenos que se están dando socialmente".
Una de las estrategias que el Opus Dei ha empleado para captar jóvenes universitarios es el uso de un discurso moderno, relacionado con ciertos avances de la tecnología y la política, pero con estructuras muy conservadoras que rayan en la intolerancia, añadió.
"Eso atrae a los jóvenes, sobre todo a aquéllos de tradición muy conservadora, que van a encontrar las formas de vida en las cuales están formados en su hogar, y los van a repetir en el mundo académico, político o de negocios, donde ellos se desarrollarán más tarde."
Señaló que otro grupo al que pretende penetrar el Opus Dei es el de los profesores. "Buscan a las elites, aunque no necesariamente económicas. Los maestros es uno de los espacios que les interesa".
Según la óptica ultraderechista, los integrantes de cada estrato social deben permanecer en él y hacer lo mejor que puedan su trabajo, pero sin pretender cambiar las cosas; por eso se relacionan con todos los actores sociales, ricos y pobres, maestros y alumnos.
Hay que recordar, abundó, que los miembros del Opus Dei no pretenden cambiar al mundo, sólo quieren que la Iglesia recupere el papel que perdió hace ya varios siglos y que "la sociedad viva de acuerdo con una moral cristiana; claro, lo que ellos entienden por cristiano, bajo una Iglesia ortodoxa y conservadora".
La investigadora indicó que fue a principios de los años 50 cuando las tres primeras numerarias, de origen español, se asentaron en México para realizar sus estudios en la UNAM.
"Una de ellas, Guadalupe Ortiz de Landázuri, a quien ya le iniciaron un proceso para su canonización, encabezaba este primer grupo de mujeres. Ella llegó a la Facultad de Química y las otras dos a Filosofía y Letras, donde estudiaron historia y antropología."
Desde sus primeros meses en México, narró, "tuvieron un éxito inmediato, porque la primera numeraria mexicana, Amparo Arteaga, estudiante de Letras, será quien solicite oficialmente la admisión de la obra en México". (LPS)
|