Ingieren drogas seis horas antes del delito, revela estudio en prisiones de tres estados

Secuestramos por $5 mil, dicen reos entrevistados por el CIDE

SUSANA GONZALEZ G.

Unas seis horas antes de cometer un robo o una violación, cuatro de cada 10 delincuentes recluidos actualmente en prisiones del Distrito Federal, estado de México y Morelos por dichos delitos, ingirieron alcohol, cocaína o crack, pero el porcentaje más alto de consumo lo concentraron aquellos que perpetraron algún delito sexual.

Casi en la misma proporción, cuatro de cada 10 delincuentes admitieron haber utilizado algún arma para cometer un robo a transeúnte, vehículo, casa habitación o ataque sexual, mientras que en los homicidios 92 por ciento de los procesados aseguró que no se trató de un acto premeditado, aunque casi la mitad admitió conocer a su víctima por ser familiar, amigo, conocido o vecino, y dicho porcentaje se incrementa hasta 69 por ciento en el caso de quienes cometieron delitos sexuales.

Todo lo anterior quedó establecido en una investigación del Centro de Investigación y Docencia Económica sobre Delincuencia, Marginalidad y Desempeño Institucional, donde se dedica un capítulo entero a los patrones delictivos registrados en los tres estados citados a partir de 1643 entrevistas a reclusos por diversos delitos.

El informe revela que los ilícitos, incluidos los violentos, se cometen casi con la misma frecuencia en la tarde, mañana o noche, mientras que la calle se ubica como el lugar más vulnerable, al grado que 58 por ciento de los delitos contra la propiedad ocurrieron en vía pública y sólo 17 por ciento en hogares u oficinas; en esos mismos delitos violentos hubo ocho hombres heridos por cada dos mujeres.

Del 37 por ciento de los internos que admitieron haber consumido algún tipo de droga o alcohol seis horas antes de cometer un delito -la cifra varía entre 34 por ciento para los homicidas y 40 por ciento en los violadores-, 80 por ciento dijeron que tomaron alcohol, mientras 6 por ciento dijo haber ingerido mariguana y otro porcentaje similar crack o cocaína. El resto confesó haber utilizado inhalantes.

En general, los violadores representan 10 por ciento de la población penitenciaria y sus víctimas fueron menores de edad en cuatro de cada 10 casos, además de que sólo la quinta parte utilizó un arma para cometer su crimen y 48 por ciento de los inculpados admitió que causaron daños físicos adicionales a quienes agredieron.

La investigación del CIDE muestra que sólo 8 por ciento de los reos cumplen una sentencia por delitos contra la salud pero en su mayoría se trata de consumidores y pequeños traficantes que purgan sentencias de baja cuantía por poseer mercancía que no superaba los 175 pesos. Más de la mitad fueron detenidos por posesión de mariguana y la tercera parte por tener cocaína en su poder.

En cuanto a los secuestros, los presos entrevistados representan apenas 4.5 por ciento de la población penitenciaria y la mitad admitió que trabajó en colaboración con cuatro o más personas por lo que este delito es ubicado como perteneciente a la delincuencia organizada. En promedio recibieron 131 mil pesos cada uno por secuestro cometido y la media fue de 33 mil 500 pesos, pero en 75 por ciento de los casos las ganancias dejadas por cada plagio fueron de apenas cinco mil pesos.

Situación contraria ocurre en los robos, puesto que la investigación concluye que aunque la mayoría de los presos enfrentan acusaciones por ese delito, la mitad de ellos obtuvo menos de 6 mil pesos como botín y la cuarta parte apenas mil pesos.

"El robo es un delito recurrente entre la población que no puede acceder a buenos salarios... mientras los delitos contra la salud son, en su mayoría, de muy poco significado comercial", sentencia el estudio.