Sólo uno por ciento de los casos recibe atención especial, asegura especialista

Sufre algún tipo de maltrato alrededor de 10 por ciento de los menores del país

CAROLINA GOMEZ MENA

A veces es porque no reúnen las expectativas que de ellos tienen los padres o cuidadores, porque nacieron con una malformación congénita, tienen alguna enfermedad crónica, retraso mental, o bien porque son el menor de más de tres hermanos o por el simple hecho de ser niña o ser varón... las razones para el maltratato infantil sobran, y aunque en México no existen estadísticas precisas sobre el fenómeno, se estima que alrededor de "10 por ciento de cualquier comunidad pediátrica es víctima de malos tratos", pero es aún más preocupante que "sólo se diagnostique y trate adecuadamente a uno por ciento de los casos".

El hecho de que la mayoría de los menores maltratados no sean atendidos, sobre todo en el aspecto sicológico, implica que aumenten las posibilidades de que se repita el patrón de violencia en su vida adulta.

"Sabemos que de 55 a 85 por ciento de los niños maltratados van a ser maltratadores cuando les toque desempeñar el papel de padres de familia", adviritó el doctor Arturo Loredo Abdalá, coordinador de la Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado del Instituto Nacional de Pediatría (INP) y presidente de la Academia Mexicana de Pediatría.

En entrevista con La Jornada, Loredo Abdalá resaltó que aunque en cualquier edad los menores son susceptibles de ser víctimas de los malos tratos, la tendencia es que la violencia física se dé con mayor frecuencia en los menores de cuatro años, y agregó que las lesiones físicas van desde los moretones, pasando por las fracturas y lesiones por quemaduras, hasta hemorragias intracraneales a consecuencia de traumatismos o sacudimientos bruscos cuando son menores de dos años.

La clínica del INP atiende en promedio al año 35 nuevos casos. A cada uno se le da un seguimiento de entre tres y cinco años. Un último seguimiento de 300 casos "nos permitió saber que, en promedio, en dos de tres ya no se repite el fenómeno".

En dicha clínica la atención no sólo se da al menor, sino también al adulto que maltrata. Una vez que sanan las lesiones físicas, se abordan los aspectos sicológicos y siquiátricos de víctima y agresor.

En cuanto al que maltrata, Loredo Abdalá sostuvo que en el área urbana es la madre -entre 70 y 80 por ciento de los casos- la que más recurre al castigo físico, y cuando el abuso es de corte sexual, es el varón el agresor, por lo general el padrastro. Sin embargo, existen indicios de que en las áreas suburbana y en la rural el patrón cambia.

En la zona suburbana de Nezahualcóyotl "el maltratador físico más frecuente es el padre", comentó Loredo Abdalá al informar que pronto "comenzaremos una investigación que esperamos tenga resultados el próximo año" sobre causantes de violencia contra infantes en las zonas poco urbanizadas.

Según datos del Informe mundial sobre la violencia y la salud, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), presentado la semana pasada, "la violencia física que causa lesiones graves o mortales es más frecuente que la hayan perpetrado hombres", y revela que "en la mayor parte de los países los niños sufren golpes y castigos físicos" infligidos por sus progenitores en la búsqueda de imponer la "disciplina".

Pero a veces las situaciones se salen de control, al grado que la OMS reporta que durante el año 2000 se produjeron "57 mil homicidios de niños menores de 15 años en el mundo". Fueron los infantes pequeños los que corrieron mayor riesgo, pues "en la población de entre cero y cuatro años las tasas de homicidios son más de dos veces superiores a las registradas en los niños de entre cinco y 14 años (5.2, frente a 2.1 por cada 100 mil)".

Los motivos más frecuentes de la muerte fueron los traumatismos craneales, los traumatismos abdominales y por último la asfixia intencional".

No hay cifras confiables de los daños que los castigos parentales no mortales producen en los pequeños, advierte la OMS. No obstante, revela que estudios realizados en diversos países indican que los "menores de 15 años sufren a menudo malos tratos o abandono, que hacen necesaria la atención médica y la intervención de los servicios sociales". En países como la República de Corea, 45 por ciento de los padres admitieron que "les pegaban, daban patadas o golpeaban a sus hijos" con el objetivo de disciplinarlos.

En el ámbito de la violencia sexual hacia los infantes, investigaciones de la OMS indican que a nivel global la experimentan "aproximadamente 20 por ciento de las niñas y entre 5 y 10 por ciento de los niños", y por lo general el abuso se da cuando han alcanzado la pubertad o la adolescencia.

Son los varones los que más sufren los castigos físicos, mientras que las niñas son las que corren mayor "riesgo de infanticidio, abusos sexuales y abandono, así como verse obligadas a prostituirse".

Pero no sólo las características individuales del menor motivan a los padres o cuidadores a maltratarlos, sino también están presentes factores como "el escaso control de los impulsos, el estrés o el aislamiento social.

Estudios señalan también que la violencia contra los menores está relacionada con "la pobreza" y con la carencia de "capital social" , es decir, de redes sociales y relaciones vecinales que la experiencia ha demostrado "protegen a los niños".