México D.F. Martes 15 de julio de 2003
Tony Blair y Ariel Sharon, irritados por las
coberturas; Tel Aviv ya le impuso un boicot
En la mira, la independencia informativa de la cadena
BBC
La radiotelevisora reveló que GB y EU usaron
informes falsos para justificar la invasión a Irak
DE LA REDACCION
La cadena BBC está en la mira del gobierno del
primer ministro británico Tony Blair. El detonante de esta situación
fue la controversia sobre las armas de destrucción masiva de Saddam
Hussein, cuya supuesta existencia argumentaron Estados Unidos y Gran Bretaña,
utilizando datos que ahora se sabe que son falsos, para justificar la invasión
a Irak.
Todo
comenzó cuando la radiotelevisora estatal de Gran Bretaña,
que además enfrenta un boicot del gobierno de Israel, informó
a finales de mayo que el director de Comunicación de Blair, Alastair
Campbell, había ordenado ciertos cambios en un informe elaborado
por los servicios de inteligencia para exagerar la amenaza representada
por Hussein.
Al informe de septiembre de 2002 se agregó, según
el periodista de la BBC que divulgó la información, la aseveración
de que el ahora derrocado gobernante iraquí estaba en condiciones
de lanzar un ataque con armas de destrucción masiva en "sólo
45 minutos".
Dos semanas después de esta acusación contra
Campbell, quien además es un cercano asesor del primer ministro
británico, el periodista Andrew Gilligan compareció en la
Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes,
ante la cual aseguró que la fuente anónima que citó
en su trabajo estaba "bien situada" en los servicios secretos londinenses
y era "creíble".
Pero el 25 de junio Campbell exigió excusas a la
BBC por la acusación de haber "inflado" el informe de Blair, y advirtió
que "no cederé hasta que obtenga las disculpas".
El director de Comunicación incluso manifestó
que las excusas debían presentarse "de aquí al final de la
jornada", lo que la cadena estatal consideró una "presión
sin precedentes".
Luego
fue Blair quien estimó que "lo que ha hecho la BBC es el más
grave ataque posible contra mi integridad. La acusación es falsa
y espero que lo reconozca".
En cambio, el denominado consejo de gobernadores de la
BBC, órgano de control compuesto por 12 miembros independientes
y encargado de velar por el respeto del interés del auditorio de
la cadena, estimó que la información de Gilligan era de "interés
público", aunque reconoció que su programa radial Today
podía haber pedido una reacción del servicio de prensa
de Downing Street antes de que empezara la emisión.
Una comisión parlamentaria, integrada en su mayoría
por diputados del Partido Laborista de Blair, exculpó a Campbell
de la acusación de hacer más "sexy" el informe de septiembre,
diciendo que no tenía pruebas de ello.
Sin embargo, admitió que el lapso de 45 minutos
para que Bagdad pudiera lanzar un ataque con armas de destrucción
masiva era una fórmula demasiado "afirmativa", que se basó
"en una sola fuente y no fue corroborada". También reconoció
que el gobierno utilizó un trabajo estudiantil publicado en Internet
"sin mencionar la fuente, modificándolo sin referir cambios y sin
pedir permiso al autor".
Campbell ha acusado a la BBC de tener una agenda "antiguerra",
mientras el consejo de gobernadores sostiene que la cobertura del conflicto
en Irak había sido "completamente imparcial".
Se desmoronan las acusaciones contra la cadena
Pero un reciente informe de la Universidad de Cardiff
indica que la BBC, comparada con otras tres cadenas de televisión
británicas, fue la que más espacio brindó a las posturas
del gobierno.
Muchos llegaron a criticar a la BBC por su cobertura previa
a la invasión y durante el avance de las fuerzas estadunidenses
y británicas en Irak. En una ocasión la BBC prohibió
que el cantante pop George Michael apareciera en un programa con una playera
que tenía la leyenda "No a la guerra, fuera Blair". Días
después del inicio de la invasión, la BBC realizó
algunos cambios en su programación al decidir que antes y después
de los bloques noticiosos se emitieran "piezas melódicas ligeras".
En abril el enviado especial del diario británico
The Independent en el país árabe, Robert Fisk, revelaba
en sus crónicas desde Bagdad que cuando la BBC y otras cadenas reportaban
"encarnizados combates" en el aeropuerto de la capital iraquí, nada
sucedía.
En el campo de la guerra de palabras, para la cadena
estatal, las tropas estadunidenses y británicas eran las "fuerzas
de la coalición".
Fisk llegó a citar el caso de un reportero de la
BBC incrustado -como se llamó a los periodistas que viajaban
con las tropas y cuya información era revisada por un militar para
evitar que difundieran datos que pusieran en peligro a las "fuerzas de
la coalición"- que transmitía "desde Basora". Pero su reporte
no pareció muy creíble cuando luego reconoció que
no estaba "precisamente en Basora". El presentador de noticias de la cadena
en Londres se limitó entonces a clasificarlo como corresponsal "en
el sureste de Irak".
En otra oportunidad, destacó Fisk, la BBC reportó
que los estadunidenses habían utilizado aviones A-10 para
hacer frente a "focos de resistencia" en el sur de Irak, sin mencionar
que esos aviones utilizan municiones de DU, es decir, aerosoles
de uranio.
Sin embargo, la cadena también fue criticada entonces
por el gobierno británico por incluir en su cobertura informaciones
del gobierno de Saddam Hussein. También fue de las pocas que desmintieron
informaciones de algunas agencias, según las cuales siete reporteros
italianos habían sido víctimas de un ataque de las tropas
iraquíes. Asimismo desmintió, junto con Tv France, que los
misiles lanzados por las fuerzas estadunidenses contra el edificio de Bagdad
donde se concentraban los periodistas no incrustados hubieran sido
una respuesta a un presunto francotirador apostado en los pisos superiores
del hotel Palestina, como intentó hacer creer Washington.
En
mayo fue la BBC la que destapó el show montado por el Pentágono
en el rescate de la soldado estadunidense Jessica Lynch, elevada
al rango de heroína por haber resistido supuestamente hasta el final,
antes de ser capturada por soldados iraquíes que la hirieron y posteriormente
la recluyeron en un hospital como prisionera.
El rescate fue mostrado en un video editado por
el Pentágono, que se negó a entregar a la BBC. Una investigación
del propio Pentágono divulgada esta semana reconoció que
la joven había resultado herida al volcar su camión.
Pero la independencia informativa de la BBC no está
amenazada sólo en casa. La semana pasada salió a la luz que
el gobierno del primer ministro israelí Ariel Sharon decidió
boicotear a la cadena, ordenando a los portavoces oficiales no transmitirle
información.
Esto por su "cobertura antisraelí". Al parecer
la decisión se tomó por un documental de la emisora que cuestionaba
las armas nucleares y biológicas no declaradas por Israel. La oficina
de prensa del gobierno sostuvo que, aun cuando las imágenes fueran
"auténticas, fue el tono lo que nos ocupó". Por ello, a partir
de ahora, los equipos de la BBC -amenazó- "encontrarán mucho
más difícil realizar su trabajo" en Israel.
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