México D.F. Martes 15 de julio de 2003
El premier creó confusión al adelantar conclusiones inexistentes tras la cumbre
Líderes progresistas rechazan apoyar el derecho de injerencia, como quería Blair
Los 14 gobernantes de centroizquierda refrendan en Bagshot el apoyo a Naciones Unidas
AFP, DPA Y REUTERS
Bagshot, Inglaterra, 14 de julio. El primer ministro británico, Tony Blair, no logró imponer una mención del derecho de injerencia en la declaración final de la cumbre de líderes progresistas que hoy concluyó en esta localidad del sur de Londres, durante la cual se mantuvieron vigentes las hondas discrepancias por la guerra de Irak.
Los 14 jefes de gobierno de centroizquierda que participaron en la reunión de dos días se pronunciaron, en la declaración final distribuida hoy, por un reforzamiento de la Organización de Naciones Unidas y contra el unilateralismo.
La cumbre de Gobernabilidad progresista, nuevo nombre del movimiento de la tercera vía que lidera Blair, concluyó en medio de la confusión: en la conferencia de prensa posterior a la clausura el premier presentó varios puntos de la declaración final, precisando que el texto iba a ser entregado más tarde.
En sus declaraciones, el gobernante británico, cuyo país participó en la invasión a Irak al lado de Estados Unidos, mencionó como tercer punto de la declaración el derecho a la injerencia para "defender a las víctimas de un régimen represivo.
"Es nuestro deseo proteger a la gente cuando es víctima de una represión brutal por su propio régimen o gobierno", declaró. El único problema fue que la declaración final entregada después a los periodistas no mencionaba dicho aspecto.
Un vocero de Blair reconoció que la frase tuvo que ser retirada del comunicado -que sí habló de la necesidad de enfrentar la amenaza de las armas de exterminio-, poniendo de manifiesto la división de los dirigentes presentes, de los cuales unos apoyaron a Estados Unidos en la invasión, como el presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, y otros se opusieron, como el primer ministro de Canadá Jean Chrétien, o Lula, presidente de Brasil.
Discrepancias
Las discrepancias entre los líderes progresistas ya habían salido a la luz en los debates de la conferencia previa a la cumbre.
El documento final, por otro lado, instó a "todos los estados a reconocer la autoridad de la Corte Penal Internacional", la cual ha sido rechazada por Estados Unidos.
"Como gobiernos progresistas subrayamos la importancia decisiva de la cooperación internacional en la reacción a crisis humanitarias. Todos estamos de acuerdo en que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debe seguir siendo el único organismo que pueda autorizar acciones en todo el mundo para el manejo de crisis humanitarias."
Los 14 líderes políticos -entre los que se encontraban el canciller federal alemán, Gerhard Schroeder, y el primer ministro sueco, Goran Persson- defendieron una mayor justicia en el comercio internacional, principalmente en el sector agrario, y reclamaron mayores esfuerzos tanto de la Unión Europea como de Estados Unidos en la reducción de las subvenciones agrícolas.
Aceptaron la necesidad de reformar los servicios públicos y el llamado Estado de bienestar, "pero en una forma plenamente consistente con la solidaridad, la justicia social y la protección de los más débiles de nuestra sociedad", según indicó Blair.
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