México D.F. Martes 15 de julio de 2003
Los disidentes cubanos sí asistieron
a la celebración por la toma de La Bastilla
Desaire de Castro a festejo de Francia
La UE anuncia para el próximo lunes una nueva
declaración sobre la isla
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 14 de julio. El gobierno de Cuba y la
Unión Europea (UE) cruzaron hoy el rubicón de una contienda
diplomática de alcances impredecibles, al calor de la mayor crisis
en sus relaciones bilaterales.
El día nacional de Francia fue recordado por las
autoridades locales en una ceremonia propia y luego en un concierto. Al
mismo tiempo, el presidente Fidel Castro, funcionarios públicos
e intelectuales cubanos desairaron en pleno la invitación del embajador
francés, Jean Levy, a la recepción que en la noche ofreció
en su residencia, a la que en cambio acudieron decenas de activistas opositores
y familiares de disidentes presos.
La
espiral se había incubado en marzo, con una protesta de la UE por
la detención y enjuiciamiento masivo de 75 opositores. La tensión
siguió escalando y derivó en una segunda renuncia cubana
a ingresar al acuerdo de Cotonú, plan europeo de cooperación
con las ex colonias; el 5 de junio la UE decidió limitar sus viajes
de primer nivel a Cuba, bajar el rango de su representación en actos
culturales comunes e invitar a los disidentes cubanos a la celebración
de sus fiestas nacionales.
Seis días después, la cancillería
cubana dijo que con la inclusión de opositores en los cocteles diplomáticos
europeos la UE "formaliza su decisión de desafiar al pueblo cubano"
y advirtió elípticamente que los disidentes que acudan a
esas reuniones se arriesgan a ir a la cárcel.
El mismo día por la noche, hablando ante la televisión,
Castro anunció que si alguna embajada convidaba a la disidencia
a una celebración, ningún funcionario del gobierno cubano
asistiría a actos oficiales comunitarios y ningún embajador
europeo sería invitado a actos oficiales del gobierno de Cuba. Los
diplomáticos quedarían anulados en La Habana, salvo para
desahogar trámites indispensables.
"Si su misión es tener relaciones con mercenarios,
realmente sobran", dijo Castro horas antes de que cientos de miles de personas
salieran en La Habana en una marcha de protesta contra la UE, en la que
se hizo escarnio de los jefes de gobierno de España, José
María Aznar, y de Italia, Silvio Berlusconi.
Levy cumplió hoy sus instrucciones. Además
de los opositores, sólo brindaron con él sus colegas del
cuerpo diplomático, dignatarios de la Iglesia católica y
periodistas y empresarios extranjeros.
Sabiendo lo que pasaría, por la mañana las
autoridades rindieron homenaje a la toma de La Bastilla, ante la efigie
en piedra del escritor Víctor Hugo, en un parque de la capital.
"El 14 de julio es una fecha que nos pertenece. Es una fecha cuyo significado
tiene mucho que ver con las luchas de independencia, con la plataforma
ideológica que llevaron a nuestros mambises (campesinos insurgentes)
a la guerra", aseveró el ministro de Cultura, Abel Prieto.
"Esta es una forma en la que exaltamos lo mejor de Francia",
expresó a su vez el poeta Roberto Fernández Retamar, orador
oficial y presidente de la Casa de las Américas. "La Francia que
no se quiere congraciar con potencias imperiales."
La UE anuncia para el lunes próximo una nueva declaración,
endurecida, sobre Cuba, y nadie aquí se atreve a pronosticar el
curso del conflicto.
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