México D.F. Martes 15 de julio de 2003
Era capaz de manejar las culturas liberal y
del poder, expresa en su biografía
Porfirio Díaz fue el verdadero fundador del
PRI, dice Paul Garner
Considera que con Fox en la Presidencia podría
darse la reconciliación con ese personaje
CESAR GÜEMES
El historiador inglés Paul Garner, autor de la
biografía Porfirio Díaz, del héroe al dictador,
publicada por Planeta, sostiene que tanto los porfiristas de su época
como los actuales antiporfiristas y neoporfiristas ofrecen una lectura
errónea de la realidad histórica de Díaz.
Señala,
además, que el político oaxaqueño fue el verdadero
fundador del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Y si bien en su
libro aparecen mencionados Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, pero no Vicente
Fox, Garner afirma que lo mejor que podría ocurrir en el presente
del país es una reconciliación con la figura concreta de
Díaz.
''La sabiduría política de Díaz -expresa
Garner- estribaba en que era muy capaz de manejar las dos herencias políticas
que coexisten en México desde su nacimiento como nación:
por una parte la cultura liberal definida dentro de un marco constitucionalista,
y por otra la cultura de la pirámide, del poder personal, que en
México se remonta a tiempos prehispánicos. Díaz supo
manipular muy bien esos dos elementos y en ese sentido es el verdadero
fundador del PRI, que se sustenta precisamente en las dos vertientes señaladas."
Distorsión de la historia
El problema que presenta la figura de Díaz, como
objeto de estudio, apunta el historiador, es la estigmatización.
Y explica:
''México no ha podido acercarse al porfiriato debido
a la satanización del periodo por las más recientes tres
generaciones. Es explicable la actitud, pero eso implica un problema muy
serio: la distorsión de la historia. Tanto el porfirismo que se
da en los años previos a la Revolución, cuando se genera
un culto a la personalidad de Díaz, como el antiporfirismo que en
el México actual campea en las escuelas, y el neoporfirismo que
nace en los años ochenta en el país, ofrecen una lectura
errónea, sesgada, de la realidad histórica.
''El propósito de mi estudio es ampliar la perspectiva
y ofrecer una visión desde fuera, que es mi ventaja como historiador
extranjero."
-En su libro aparecen citados Carlos Salinas y Ernesto
Zedillo, pero no Vicente Fox. ¿Se trata de una omisión voluntaria?
-El volumen salió hace un par de años en
Inglaterra; para entonces era muy pronto para incluir el presente. Sin
embargo, puedo decir que hoy podría darse la reconciliación
histórica con la llegada a la presidencia de Vicente Fox, pero él
se aferra a Francisco I. Madero, lo cual hace que el rencuentro sea muy
complejo. El problema entre las figuras de Madero y Díaz queda muy
bien expresado en La sucesión presidencial en 1910, libro
en el que el primero pinta muy bien cuáles eran los logros y las
limitantes de Porfirio Díaz.
De radical a vendepatrias
Doctorado
desde hace 20 años en historia de México, Paul Garner relata
que cuando accedió por primera vez al archivo de Díaz advirtió
que ''no había nadie trabajando sobre el acervo; parecía
que todos en México estaban al tanto de quién era y qué
hizo Porfirio Díaz, pero eso no es real salvo en la historiografía
profesional. A escala popular, definitivamente Díaz era y quizá
es un desconocido. Entonces quise desmitificar la figura y ese fue el proyecto
que luego originó el libro".
A propósito de la relación con Benito Juárez,
quien confirió a Díaz su primer rango militar, dice Garner:
''Compartieron muchas visiones, aunque cuando Díaz entró
a la política como radical puro, junto con Ignacio Ramírez
e Irineo Paz, criticó a Juárez por haber querido permanecer
en el poder. Las rebeliones importantes de Díaz fueron, irónicamente,
en contra de la relección. El propio don Porfirio dice que tenía
vínculos muy fuertes con Juárez, pero que las razones políticas
los separaron. Y ahora vemos que no había que descontar la ambición
personal de Díaz".
En la actualidad existe en México una lucha entre
el antiporfirismo y el neoporfirismo, afirma el historiador, y propone
un ejemplo: ''Como vimos el año pasado, cuando se celebró
el centenario de las obras portuarias de Veracruz, con mucho escándalo
se dijo que no se develaría ninguna estatua de Porfirio Díaz
porque era un tirano y vendepatrias. Eso demuestra que todavía la
satanización del personaje está vigente".
El mayor provecho que el país obtendría
de un cabal entendimiento de la figura de Díaz estriba, dice Garner,
''en una suerte de reconciliación histórica para observar
aciertos y errores del porfirismo, trabajo que de algún modo quise
hacer con este libro".
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