México D.F. Martes 15 de julio de 2003
Impresionó su optimismo, su fe en la
vida y en la belleza, señaló el ministro de Cultura
Compay fue un hombre íntegro y gran figura
de la música cubana
El músico de Siboney unió a su fama su
temperamento, su gusto por las mujeres y su afición al tabaco y
al ron Fue velado en La Habana y trasladado a Santiago, donde será
sepultado
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 14 de julio. Francisco Repilado, Compay
Segundo, el trovador cubano que saltó a la fama mundial en la
novena década de su vida, fue "una especie de lección de
cómo envejecer" y "una muestra de cómo pasar la prueba del
éxito sin hacer concesiones en ningún momento", dijo hoy
Abel Prieto, ministro de Cultura de Cuba.
Compay murió el domingo por la noche a los
95 años de edad, en su domicilio de La Habana, víctima de
un paro cardiaco y en una fase avanzada de una insuficiencia renal vinculada
con un desajuste metabólico.
"Me
impresionó esa mezcla muy particular de autenticidad, desde el punto
de vista artístico, de sentido del optimismo, de fe en la vida,
de fe en la belleza", dijo Prieto. "Fue un hombre que mantuvo una especie
de frescura muy particular, una especie de lección de cómo
envejecer. Uno siente que murió realizado, con una gran obra y con
mucho reconocimiento".
El ministro de Cultura dijo que el autor de Chan chan
se distinguió por una peculiar forma de relacionarse con su país,
con sus raíces. "Creo que esa autenticidad que mantuvo es algo también
impresionante: su optimismo, su sentido afirmativo, su fe en la vida -hasta
hace poco dicen que quería tener otro hijo-, el humor, ese humor
cubano de profunda raíz popular que lo mantuvo siempre activo.
"Los mecanismos del éxito comercial a veces son
una maquinaria en que te piden repetir determinadas fórmulas; te
obligan sutilmente a repetir determinados estereotipos, determinadas caricaturas.
Yo creo que él se mantuvo intacto en su estatura de gran hombre,
de gran figura de la música cubana", dijo Prieto.
Siempre preocupado por el trabajo de su grupo
Consciente y optimista, preocupado por el trabajo de su
grupo, Compay agonizaba hace días. Su cuerpo fue velado esta
mañana en la capital y trasladado por la tarde a Santiago de Cuba,
967 kilómetros al este de aquí, donde sería sepultado.
Nacido en 1907 en Siboney, poblado del oriente profundo
cubano, raíz del son tradicional, Repilado ya hacía música
a los 12 años.
Muy joven se unió sucesivamente a dos grandes del
son cubano, Ñico Saquito y Miguel Matamoros, y a finales de los
años 40 formó con Lorenzo Hierrezuelo el dúo Los Compadres.
Cuando en los años 80 murió su compañero, Repilado
entró en un largo ostracismo, ausente de toda actividad profesional.
El golpe de timón vino en 1997. El guitarrista
estadunidense Ry Cooder viajó a Cuba a sacar del retiro a veteranos
del son, como Compay, Ibrahim Ferrer, Rubén González,
Juan de Marco y Eliades Ochoa, entre otros, para producir el disco Buenavista
Social Club, que dio nombre comercial al conglomerado y lo llevó
a la fama internacional, de la mano del premio Grammy del año siguiente.
Quiso llegar a los cien años
Repilado cantó con Charles Aznavour, con Cesaria
Evora y ante el Papa Juan Pablo II. Quiso llegar a los cien años
y "pedir prórroga". Compay se convirtió en figura
emblemática de Buenavista y del boom reciente de la
música cubana tradicional.
A la vista de todo el mundo, Repilado unió a su
fama su temperamento, su gusto por la vida y las mujeres, su afición
al tabaco y al ron y su estampa trazada con una sonrisa, un sombrero Panamá
y un puro a medio consumir.
Los muchachos de Compay, el grupo que lo acompañó
en el último lustro, se propone mantener el nombre y, sobre todo,
el entusiasmo de su líder. Tiene un disco en los primeros trazos,
que en las últimas semanas estaba en fase de ensayo, pero quedó
ya sin la voz de Repilado.
Parte de los proyectos de la banda es el rescate de temas
viejos poco conocidos, como piezas de Compay con Matamoros y de
Los Compadres, de Antonio Machín, de Louis Armstrong y otras provenientes
del jazz y el blues, géneros de especial afecto para el viejo trovador.
Su hijo Basilio entrará a suplir la segunda voz
y el guitarrista Félix Martí tomará el armónico.
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