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México D.F. Miércoles 16 de julio de 2003

Fructifica en Cuba el combate al Parkinson

Más de 15 mil personas con trastornos del movimiento se han rehabilitado en el Ciren

ANGELES CRUZ /I ENVIADA

La Habana. Durante casi siete años, Alejandro González perdió la movilidad de su mano izquierda. Prefería estar sentado porque de pie perdía el equilibrio, tenía movimientos involuntarios y casi dejó de hablar a causa de la rigidez de sus músculos faciales. Ningún médico de su país de origen, Colombia, le pudo ayudar contra el mal de Parkinson.

En ese tiempo, el hombre de 68 años, abogado de profesión, perdió el interés por vivir. "Luego supe que no tenía cura. Me desesperaba nada más de pensar en eso y en las noches no dormía por lo mismo, porque el temblor no me dejaba", recuerda.

Alejandro González es uno de los cientos de personas de 73 países que cada año acuden al Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren) de Cuba, al que ven como última esperanza para recuperar la salud. En ningún otro lugar del mundo existe un programa de neurorrehabilitación como ese, basado en trabajo intensivo de siete horas, de lunes a sábado, en el cual resulta fundamental el buen estado anímico y emocional de los enfermos.

El primer objetivo de médicos, enfermeras y rehabilitadores es lograr que el paciente recupere el entusiasmo por vivir. En todo momento lo acompañan e impulsan a participar en su recuperación. Eso lo vivió Alejandro desde el primer día que llegó: "Me siento como nuevo". El se incorporó al Programa de Neurorrehabilitación Multifactorial Intensiva y en menos de 10 días empezó a recuperar sus capacidades físicas. Ahora camina casi sin problemas, habla de manera fluida y, sobre todo, ya puede tocar otra vez el acordeón, actividad en la que el uso coordinado de las manos es indispensable.

Más de 15 mil personas han acudido a esta institución desde que empezó a funcionar, en 1989, en busca de alivio al Parkinson y otros trastornos del movimiento. La neurovilla, localizada en el municipio Playa de La Habana, cuenta con 11 casas en las que se alojan 104 pacientes. Temprano desayunan y a las ocho de la mañana reciben al equipo de doctores responsable del tratamiento.

Después salen en sus sillas de ruedas y los que pueden caminan rumbo al gimnasio o a alguna de las clínicas donde tengan cita, ya sea para recibir masaje o alguna terapia física o de lenguaje, que se inician a las nueve.

Toman un almuerzo entre las 12 y 14 horas y luego reinician su rehabilitación, hasta las 18 horas, en que regresan a la casa.

"Aquí la prioridad son los pacientes, no las enfermedades", explica Armando Sentmanat Belison, subdirector de Rehabilitación del Ciren. Con metodología precisa, el equipo multidisciplinario de médicos y técnicos logra que las personas recuperen la movilidad perdida a causa del Parkinson, infartos cerebrovasculares, accidentes, demencias o enfermedades malformativas de la médula espinal, entre otros males. Dentro de poco tiempo, el centro introducirá técnicas novedosas para la cura del Alzheimer y la epilepsia.

"Invasión" en el cerebro

Hugo es de origen portugués y tiene 28 años. Llegó al Ciren en 2001, prácticamente inmóvil. Un accidente de motocicleta le provocó graves lesiones en todo el cuerpo. Aunque con cierta dificultad, hoy ya camina. Todavía no puede mover el brazo izquierdo y apenas si se entiende lo que habla, pero dice estar contento.

La terapia cubana conjuga el conocimiento científico sobre la plasticidad del cerebro, es decir, su capacidad para recobrar algunas de lasestereoflex-2 funciones perdidas, con los principios básicos internacionales de la neurorrehabilitación, el ya tradicional entrenamiento deportivo de la isla y el trabajo en equipo.

Es el único centro médico donde se realiza una cirugía de mínima invasión en el cerebro para revertir los daños ocasionados por el Parkinson con 90 por ciento de éxito.

El Ciren ocupa una parte del espacio del polo científico cubano, en el municipio Playa. Ahí se ubicaba la zona residencial en los años de la dictadura de Fulgencio Batista. Al término de la revolución de 1959, esa clase opulenta abandonó la isla y sus casas fueron ocupadas primero como aulas para la formación de investigadores, y después se convirtieron en clínicas y espacios de alojamiento para los enfermos.

En los primeros años, recuerda Emilio Villa, subdirector del Ciren, el gobierno otorgó una alta prioridad a la educación y la salud. Desde entonces nunca se han escatimado recursos para esos fines. De ahí que Cuba, pese a ser un país pobre, con una población que apenas logra sobrevivir, cuenta con un sistema de salud al nivel de los países más desarrollados del mundo.

Sentmanat Belison explica que el secreto de la terapia se basa en el trabajo coordinado de especialistas de diversas áreas con el paciente y su familia. De hecho, explica, el enfermo tiene tareas específicas, como hacer cada hora anotaciones sobre lo que observa o percibe en su organismo. A diario reporta todos los incidentes a los médicos, y juntos determinan los ajustes del tratamiento.

El programa de neurorrehabilitación consta de 28 días y está organizado en dos etapas. La primera dura una semana, en la que el enfermo es sometido a una evaluación clínica para determinar el daño neurológico. La segunda consiste en la terapia física.

Mediante técnicas específicas de rehabilitación, primero se da una preparación física al paciente, después el foco de atención son los segmentos corporales más afectados y se preparan aquellos que no tienen gran daño, para que el enfermo pueda ganar independencia.

Con ejercicio físico se restauran los patrones del movimiento en diferentes partes del cuerpo y en la última fase se aplica todo lo aprendido para lograr que el enfermo camine solo, recupere el habla e inclusive pueda alimentarse sin ayuda.

Estas acciones se realizan durante siete horas diarias. Sentmanat resalta que en cualquier otro centro de rehabilitación, estas sesiones son imposibles. Cuando mucho, dice, los pacientes se someten a terapias de 45 minutos tres veces a la semana. De ahí que los resultados sean mínimos y de largo plazo.

En el Ciren los avances son evidentes en los primeros 20 días, aunque definitivamente se requiere de cuando menos cuatro ciclos más, de 28 días cada uno, para que la persona afectada obtenga mayores beneficios, explica el especialista.

La representación del Ciren en México está en Luz Saviñón número 13-202, colonia del Valle. Teléfono 5682-9100.

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