México D.F. Viernes 18 de julio de 2003
En Nuevo Laredo encuentran fosa con dos asesinados
Ajuste de cuentas entre narcos, las ejecuciones en un autobús
JORGE CORNEJO, JESUS NARVAEZ Y MARTIN SANCHEZ CORRESPONSALES
El procurador de Justicia de Baja California, Antonio Martínez Luna, dio a conocer que la ejecución de cuatro personas en un autobús robado en Tijuana se debió a un ajuste de cuentas entre narcotraficantes por el extravío de un cargamento de mariguana.
Comentó que los occisos eran choferes de la empresa Autotransportes del Pacífico y fueron identificados como Rigoberto Quintero Arévalo, de 41 años; Miguel Angel Moreno Solís, de 33; Juan Gabriel Uzueta Lizárraga, de 35, y Jesús Ernesto Rodríguez Galván, de 20, oriundos de Rosario, Sinaloa, de donde partió el autobús.
Explicó que partes de piso y techo del autobús fueron desprendidas, por lo que hace suponer que esta acción se debió a un robo o gane de drogas.
Informó que los cuatro empleados fueron torturados "brutalmente". Los primeros dictámenes de la Dirección de Servicios Periciales presumen que dos de ellos fueron asesinados con arma de fuego y los otros dos estrangulados.
En tanto, la Procuraduría General de la República en Nayarit informó que en el municipio de Santiago Ixcuintla detuvieron al presunto narcotraficante Héctor González Becerra, El Güero Camelio, quien tendría el control de la venta de cocaína en esa localidad, segunda en importancia en la entidad por su economía y número de habitantes.
El Güero Camelio fue trasladado a Tepic, donde se le puso a disposición del juez que lo reclama por delitos contra la salud, en su variedad de comercio y posesión de estupefacientes.
Por otro lado, la mañana de este jueves, en el ejido La Esperanza de la ciudad de Nuevo Laredo, fueron desenterrados de una fosa clandestina los cuerpos de dos hombres no identificados que presentaban huellas de violencia y se presume que fueron ejecutados, con los que suman este año 37 crímenes relacionados con el narco en Tamaulipas.
La Policía Ministerial informó que las víctimas tenían los ojos vendados y presentan signos de tortura en diversas partes del cuerpo, por lo que se sospecha que el doble crimen fue un ajuste de cuentas de las bandas del narcotráfico que disputan territorio en esa frontera.
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