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México D.F. Lunes 21 de julio de 2003
Expresan preocupación por la presencia
del Ejército y paramilitares en la zona
Se gesta nueva ola represiva contra huastecos, denuncia
grupo campesino
La entrada de Pemex al área, detonante de temores
Niegan nexos con presunta guerrilla
ROSA ROJAS /I ENVIADA
Tohuaco III, Huautla, hidalgo. La dirigencia del
Frente Democrático Oriental de México Emiliano Zapata (FDOMEZ)
advierte que se gesta una nueva represión contra sus militantes,
distribuidos en una docena de municipios de esta entidad y de Veracruz,
que estaría ligada al anuncio del presidente Vicente Fox -el pasado
27 de mayo- de que se invertirán 310 mil millones de pesos en 15
años en el Proyecto Integral Chicontepec, que prevé la perforación
en la zona de 13 mil 500 pozos e "impulsará el regreso al crecimiento
de Petróleos Mexicanos (Pemex) y a generar gran cantidad de empleos".
Durante un recorrido de La Jornada por comunidades
de las Huastecas hidalguense y veracruzana, se recogieron testimonios de
los pobladores -indígenas nahuas, algunos de los cuales, sobre todo
mujeres, hablan poco o nada español- quienes explican el temor expresado:
en el marco de una militarización que en ocasiones aumenta y en
otras disminuye pero está siempre aquí, se ha detectado la
presencia de hombres encapuchados armados; se han difundido volantes de
un autodenominado Frente Indígena Reivindicador Zapatista de la
Huasteca -cuya base nadie sabe dónde está- que acusa a los
miembros del FDOMEZ de "delincuentes" y "asesinos", y en medios de comunicación
locales han reaparecido las acusaciones que los tildan de guerrilleros.
Incursiones
Ramiro
Díaz Baltazar y Gabriel Hernández Martínez, dirigentes
de FDOMEZ; Pedro Hernández Flores, ex dirigente de dicha organización
y presidente del Comité de Derechos Humanos de las Huastecas y Sierra
Oriental (Codhhso); María Isabel Hernández Hernández,
presidenta de la Unión de Mujeres de las Huastecas Humberta Hernández
Tovar AC, así como una treintena de representantes -hombres y algunas
mujeres- de 14 comunidades de los alrededores, tanto de Hidalgo como de
Veracruz, se dieron cita aquí para denunciar la creciente militarización
que se vive en la región, al igual que las incursiones en las comunidades
de agentes judiciales, policías a caballo y en helicóptero,
y demandar, de nuevo, el retiro del Ejército de las Huastecas.
Se reiteraron las quejas por la falta de medicinas en
las unidades médicas rurales; de la división que crea en
las comunidades la entrega selectiva de las ayudas del programa Oportunidades;
la falta de respuesta oficial a las demandas de apoyo a proyectos productivos,
construcción de aulas, caminos, apoyo a las tiendas comunitarias...
Uno a uno expusieron su caso los representantes de 14
de Mayo, Tepetitla, Lindero Metlaltepetl, Tohuaco Amatitla, Tohuaco I,
II y III , y Chiliteco, municipio de Huautla; de la comunidad de Oxale,
municipio de Huejutla, y de Emiliano Zapata, municipio de Atlapexco, Hidalgo.
De Veracruz llegaron representantes de las comunidades Lázaro Cárdenas,
Chalma, Francisco Javier Mina y 21 de julio, del municipio de Chalma. Asistieron
tres cooperantes españolas de la organización Solidaridad
para el Desarrollo y la Paz, invitadas por la Liga Mexicana de Defensa
de los Derechos Humanos (Limeddh) "para conocer la situación que
se vive en las comunidades y convivir con la gente".
Díaz Baltasar y Hernández Martínez
-éste además presidente de la Unión por la Defensa
de los Derechos Indígenas- señalaron que la revista Lux
Crónica Potosina ha publicado dos veces un informe sobre la
presunta existencia de guerrilla en Hidalgo, denominado "Carpeta Azul,
Clave DDPVM:055", que sería un reporte elaborado en 1995 por la
Dirección General de Gobernación del Estado de Hidalgo. La
revista lo retomó del diario Zu Noticia.
El informe vincula a la Organización Independiente
de Pueblos Unidos de las Huastecas (OIPUH) con la guerrilla de Lucio Cabañas.
Entre otros datos afirma que en el FDOMEZ -integrado por la OIPUH, el CUSO
(Campesinos Unidos de la Sierra Oriental) y Canvez (Comités Agrarios
del Norte de Veracruz e Hidalgo)- existe un grupo ejecutor denominado comando
de la muerte que "elimina a los disidentes de la organización";
que la OIPUH cuenta con 5 mil 30 militantes, "gran parte de ellos cuenta
con armas AK-47 y rifles R-15" y que las armas está enterradas en
los cementerios de las comunidades de Tohuaco, Amatzintla y Metlaltépetl.
En Chiliteco, narra, los campesinos entierran las armas "en el quicio de
la puerta principal de sus viviendas".
Afirma el reporte que la OIPUH recibe financiamiento y
apoyo de sacerdotes, como José Barón Larios, de la parroquia
de Macoxtepetla; de monjas, miembros del sindicato magisterial, y de la
extinta Ruta-100, y que su líder es -como se sabe- Alejandro Hernández
Dolores.
Díaz Baltasar y Hernández Martínez
negaron rotundamente veracidad del informe, subrayaron que el FDOMEZ es
una organización social surgida en la lucha de hace 25 años
por la recuperación de las tierras comunales y ejidales que acaparaban
terratenientes y caciques. "Esta es una campaña de difamaciones
y calumnias contra el FDOMEZ preparada desde el gobierno. Pensamos que
Núñez Soto [Manuel Angel, gobernador de Hidalgo] quiere acabar
con el FDOMEZ porque estorba el plan de exploración y explotación
de petróleo que vino a anunciar Fox con Miguel Alemán [gobernador
de Veracruz]; piensan que mientras esté el FDOMEZ se puede generalizar
un movimiento social fuerte [contra ese plan] pero con FDOMEZ o sin él
la gente va a defender sus parcelas", aseveraron.
Agregaron que en algunas comunidades ha entrado el Programa
de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares
Urbanos, individualizando las parcelas para facilitar su afectación
por Pemex, "pero la gente ya se está manifestando en Veracruz, porque
Pemex se había comprometido a meter servicios a las comunidades
donde va a pasar y no ha cumplido", apuntaron. Detallaron que entre las
comunidades integrantes del FDOMEZ afectadas están Benito Juárez,
Ixhuatlán de Madero, Tzontecomatlán y Coatzintla, "ahí
ya están trabajando y ya se reclaman las obras a que se comprometió
Pemex".
Daños y silencio oficial
En uno de los volantes distribuidos por el FDOMEZ se señala
que este proyecto "ocasionará graves daños por contaminación
de suelo y aguas, las parcelas se volverán improductivas y será
nocivo para la fauna y la flora". De eso, afirma, ni la paraestatal ni
los gobiernos dicen nada. "Inclusive algunas comunidades quedarán
desintegradas o desplazadas; sus habitantes emigrarán a las ciudades
cercanas llevando consigo la miserable paga que hará Pemex por las
tierras afectadas, dinero que de nada servirá y los convertirá
en miserables. Pues tampoco es cierto, como dicen, que Pemex generará
fuentes de trabajo para los huastecos; esa es una gran mentira."
Añade que en todo caso la paraestatal contratará
"algunos jóvenes con escasos estudios de nivel secundaria, pero
para mozos, barrenderos, cocineros y para servicios de vigilancia, pero
no para un empleo de planta, pues lo más triste y peor es que no
es México el que va a explorar y explotar el petróleo, sino
los que van a saquear nuestro petróleo son los grandes capitalistas
gringos los millonarios japoneses, Canadá y Holanda, porque
a ellos les sobran los dólares para invertir, lo que México
no tiene".
Tras subrayar que los contratos "adquiridos por el gobierno
mexicano con los empresarios extranjeros han sido al margen de la Constitución",
el FDOMEZ -cuyo lema es "zapatismo y socialismo"- llama a campesinos e
indígenas, "citricultores, agricultores, pequeños productores
de ganado: reflexiona, analiza y decide lo que tienes que hacer. A defender
tu único patrimonio para tus hijos: la tierra".
El frente no ha sido la única organización
que ha expresado su inquietud sobre "lo que viene": en el municipio de
Benito Juárez, Veracruz, el presidente de la Unión Campesina
Indígena Popular Cuauhtémoc, Francisco Hernández Santiago,
informó que desde el 21 de enero pasado se entregó a la Oficina
de Representación de los Pueblos Indígenas, dirigida por
Xóchitl Gálvez, una minuta con la demanda de un programa
de desarrollo regional de la Huasteca, en el que se exige, entre otras
cosas, que "50 por ciento de la explotación petrolera del paleocanal
se conceda a los pueblos indígenas de la región para conseguir
los medios de producción, servicios público y vivienda".
Además, que se les capacite para emplearlos en la explotación
petrolera.
A su vez, el dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias
y diputado local priísta, Constantino Aguilar Aguilar, así
como la diputada Alicia González Cerecedo, informaron que titulares
de comisariados ejidales y campesinos cuyas tierras serían afectadas
anunciaron que "impedirán a la paraestatal trabajar en el paleocanal
hasta que consolide un acuerdo con ellos" (La Jornada, 4 de mayo
de 2003).
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