México D.F. Lunes 21 de julio de 2003
Existe un subregistro del fenómeno porque los padres son los principales agresores
La violencia intrafamiliar es "la única consentida por la ley", considera experta
Asegura investigadora del CIESAS que el castigo físico es algo culturalmente aceptado
Elena Azaola, consejera de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), alertó sobre la problemática de la violencia intrafamiliar, la cual, aseguró, "es la única forma de violencia interpersonal consentida por la ley.
"De hecho el castigo físico es una forma legal y culturalmente aceptada de ejercer la disciplina parental", estableció la experta del Centro de Investigaciones y Estudios sobre Antropología Social (CIESAS), durante la conferencia promovida por la CDHDF.
En este sentido la funcionaria de la CDHDF mencionó que varios autores y estudiosos del tema han establecido a la familia como "un lugar de paradojas", ya que el núcleo familiar, sin dejar de ser el refugio natural del individuo y centro de afecto, es también el ámbito privilegiado para la violencia.
"Gritar, insultar, humillar, ridiculizar, amenazar, intimidar, mostrar al niño indiferencia, rechazo o someterlo al silencio son expresiones de violencia que dejan graves secuelas en los niños", advirtió la conferencista.
Para Azaola, es difícil conocer y medir el maltrato infantil que se presenta en el país, ya que se carece de registros a nivel nacional que reporten y sistematicen los casos sucedidos, y los informes de los que se dispone se dan de manera aislada: "sabemos que los datos que arroja el sistema de salud no coinciden, por ejemplo, con los que arrojan los sistemas de justicia o de protección a la infancia".
Otra de las razones por las que el fenómeno se encuentra subregistrado es que los padres son quienes normalmente ejercen la violencia, tanto física como mental, y por lo tanto son los principales interesados en ocultarla, afirmó.
Durante su conferencia Elena Azaola explicó que el maltrato dentro del ámbito familiar "deja huellas que obstaculizan, coartan, limitan y, en ocasiones extremas, paralizan el desarrollo de los niños e inhiben su capacidad de aprendizaje".
Por último la investigadora del CIESAS señaló que en el país todavía no se diseña una política que permita atender de manera integral el problema, pero haber hecho público el Informe Mundial Sobre la Violencia de la Organización Mundial de la Salud ha permitido una discusión en torno a esta situación.
Entre los datos que maneja dicho informe internacional se establece que únicamente en el año 2000 se registraron 57 mil muertes por homicidio en menores de 15 años a escala mundial (cabe advertir que esta cifra no se refiere exclusivamente a los sucedidos en el ámbito familiar) y para la consejera de la CDHDF: "muchas más ocurrieron, sólo que permanecen ocultas tras haber sido etiquetadas como casos de muerte súbita o bien por accidentes". AGUSTIN SALGADO
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