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México D.F. Lunes 21 de julio de 2003
Jamex y Emeline Michel llenaron el escenario
de sensualidad y ritmos espirituales
Nueva canción haitiana, reggae y rock, en el
Festival Afrocaribeño
El Gran Silencio se llevó la jornada; mezcló
hip hop, vallenato, ranchera y calipso, entre otros
Tamborileros de Nacajuca y Pantempers Steel Pan de
Belice, parte del programa de este lunes
MARIANA NORANDI ESPECIAL
Veracruz, 20 julio. Este sábado, el escenario
principal del Festival Internacional Afrocaribeño, contó
con la representación musical de dos de los países del Caribe
con mayor presencia africana: Jamaica y Haití. Los jamaicanos de
Jamex y la haitiana Emeline Michel, llenaron el escenario de colorido,
sensualidad y ritmos espirituales, en los que la línea entre la
alegría y la tristeza perdió definición. El encuentro
lo cerraron los regiomontanos de El Gran Silencio, una de las bandas nacionales
con más influencias afrocaribeñas.
Jamex es un grupo de reggae creado hace cinco años
por el guitarrista jamaicano David Baily. En su alineación cuenta
con tres músicos jamaicanos y tres mexicanos y hacen un reggae que,
debido a la convivencia con nuestra cultura, ha ido incorporando sonidos
latinos. El programa que presentaron se basó más en versiones
de temas clásicos de Bob Marley que en sus propias composiciones,
desaprovechando la oportunidad de dar a conocer su trabajo. Según
su fundador esto se debió "a falta de tiempo", pero los que estuvimos
allí nos quedamos con las ganas de saborear el nuevo reggae de la
isla.
Surge del corazón
Al
hablar con Baily acerca de este género comentó: "Es un ritmo
que no está escrito en un pentagrama, sino que surge del corazón
como algo espiritual. En Jamaica actualmente existen cantantes tan buenos
como Bob Marley, pero no tienen los medios ni la disquera para internacionalizarse,
como los tuvo él". Acerca de la relación que existe del reggae
con la mariguana dijo: "Bob Marley utilizaba la yerba para sentir la vibra
de la música, pero era algo de él, no del reggae. Nosotros
no fumamos, sentimos la vibra sin necesidad de mariguana".
Acabada la actuación de Jamex, el Foro Monumental
del Malecón, donde se realizan las principales actividades de este
festival, ya estaba totalmente lleno. Cientos de chavos que esperaban a
El Gran Silencio tomaban posiciones cercanas al escenario. Las filas en
los puestos de cervezas y en los baños se alargaban, y las sillas
se iban retirando.
Mientras el ambiente transformaba su aparente gusto africanista
por el de una noche de rocanrol, salió a escena una de las cantantes
con más talento que hemos podido disfrutar en los días que
lleva este festival: Emeline Michel. La llamada Reina de la Canción
Criolla se presentó acompañada de seis músicos
de gran calidad y nos introdujo en el mundo desconocido de la nueva canción
haitiana.
Emeline retoma la música tradicional de su país,
cuyas raíces más profundas se encuentran en los ritmos afrorreligiosos
del vudú y los mezcla con la música criolla contemporánea.
Canta en francés y en creole y sus letras reflejan la actualidad
política y social de Haití. "Mi país es formidable
y tenemos grandes músicos, pero tenemos mala reputación en
el mundo. El trabajo de nuestros inmigrantes no se reconoce, se nos relaciona
con sida, mala vida y cosas así. Con mis canciones quiero llamar
la atención de nuestros dirigentes y llegar con un mensaje positivo
a la gente".
Fuerte y volátil, Emeline cantaba con músicos
y a capella, mientras, en el fondo del escenario, un decorado natural
dejaba ver la llegada de un buque mercantil al puerto de Veracruz.
Casi a las once y media de la noche, ante un foro totalmente
lleno, El Gran Silencio salió al escenario. Hip hop, reggae, cumbia,
ranchera, vallenato, ska y calipso explotaron en una misma rola. Todo es
mezclable, todo es experimentable. Tras cantar Cumbia lunera y Prende
la vela, cierto personal de seguridad permitió a jóvenes
no acreditados pasar al área de prensa con lo que se disparó
el desorden.
Cuando la zona de prensa estaba totalmente invadida por
personas ajenas se armó el slam en el público y las endebles
vallas de contención empezaron a mostrar su fragilidad. Cuatro policías
intentaban desalojar la zona de prensa, pese a la resistencia de reporteros,
y los jóvenes elevaban la intensidad del slam. Mientras, el Gran
Silencio presentaba su más reciente trabajo discográfico,
Super riddim internacional, y anunciaba su próxima participación
en el Fujirock de Japón. Tras un rato caótico y de alto riego
de avalancha, el personal de seguridad subsanó sus errores de organización
con prepotencia, demostrando que la infraestructura de este festival está
preparada para un acto de música tropical, pero no para un concierto
de rock.
"Asumimos nuestra negritud"
Independientemente de ese incidente, El Gran Silencio
ofreció un excelente concierto, en el que los integrantes de la
banda constataron lo dicho en conferencia de prensa: "Nosotros asumimos
nuestra negritud, algo que muchos mexicanos quieren negar, y queremos que
la música de El Gran Silencio se relacione con la afrocaribeña,
que es de la que recibe sus mayores influencias".
Hoy lunes, el Festival Internacional Afrocaribeño
contará, entre otras, con las actuaciones de los tabasqueños
Tamborileros de Nacajuca y Pantempers Steeel Pan de Belice.
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