México D.F. Miércoles 23 de julio de 2003
No lamento la guerra contra Irak ni tengo dudas
de que fue lo correcto: Blair
El ministro de Defensa autorizó revelar que
Kelly era la fuente de la BBC
Fuertes presiones sobre Geoff Hoon para que presente
su renuncia, dice la prensa local
DPA, PL, REUTERS Y AFP
Londres, 22 de julio. El ministro de Defensa de
Gran Bretaña, Geoff Hoon, autorizó a sus voceros dar a conocer
el nombre del científico David Kelly como responsable de la filtración
a la BBC de información secreta sobre Irak, aseguró este
martes el diario The Financial Times.
Kelly se vio sometido a una fuerte presión por
el hecho de que su nombre fue mencionado públicamente como fuente
de la información en que la BBC acusó al gobierno de Blair
de haber inflado un informe secreto sobre las armas de destrucción
masiva supuestamente en poder de Saddam Hussein.
Se cree que esta presión contribuyó a que
Kelly se suicidara la semana pasada. "La participación directa de
Hoon en el trato dado a Kelly significa que podría verse obligado
a renunciar en caso de que la investigación independiente de Brian
Hutton llegara a criticar el trato que recibió Kelly por parte de
funcionarios de gobierno", indicó el Financial Times.
Por su parte, el Daily Mirror aseguró que
Hoon está aislado en el seno del gobierno británico y que
el equipo de colaboradores de Blair intenta descargar en el ministro de
Defensa la culpa por el suicidio del experto en armas de destrucción
masiva.
Un vocero del primer ministro, citado por el Daily
Mirror, señaló que el trato dado a Kelly fue aprobado
por "la cúpula del Ministerio de Defensa". Hoon está sometido
a "creciente presión" para que renuncie, sostuvo el diario.
Kelly, quien trabajaba como asesor del Ministerio de
Defensa en Londres, se suicidó el jueves pasado tras aparecer su
nombre en los medios de comunicación como la persona que facilitó
a la BBC las informaciones en las que la cadena radiotelevisiva basó
su acusación de que el gobierno de Blair "exageró" un informe
sobre la supuesta presencia de armas de destrucción masiva en Irak.
El informe, elaborado por los servicios secretos británicos,
aseguraba que Hussein estaba en condiciones de lanzar un ataque con armas
de destrucción masiva en sólo 45 minutos. El gobierno de
Blair se basó en esta y otras supuestas amenazas para justificar
la guerra contra Irak.
Blair negó haber autorizado que se revelara a la
prensa el nombre de Kelly, días antes de que fuera encontrado muerto.
"Mi punto de partida es que creo que hemos actuado apropiadamente", declaró.
"No autoricé la filtración del nombre de
David Kelly", subrayó el primer ministro a los periodistas que lo
acompañaban en un vuelo de China a Hong Kong.
Poco antes, Blair declaró en Pekín que no
lamentaba haber participado en la guerra contra Irak a pesar de las dudas
surgidas sobre su justificación tras la muerte del científico.
"No, no lo lamento. No tengo ninguna duda de que Irak estaba intentando
desarrollar esas armas. Creo, a pesar de lo difícil que fue, que
era lo correcto", indicó, tras responder a una pregunta de un estudiante
de la Universidad de Tsinghua, en Pekín.
El fracaso en el hallazgo de las supuestas armas de exterminio
en Irak ha dañado seriamente la popularidad de Blair y ha menoscabado
la credibilidad de su gobierno, y con la muerte de Kelly, aumentó
la presión para que dimita, según los analistas.
Un sondeo publicado en el periódico The Guardian
mostró que la confianza de la población en Blair cayó
12 puntos en el último mes, para quedar en 39 por ciento.
Un segundo sondeo publicado en el diario The Sun
mostró que 25 por ciento de los que sufragaron por él en
la elección de 2001 dicen que votarán por otro partido.
Por otro lado, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan,
indicó este martes que Hussein representaba una amenaza real y que
eso motivó la intervención militar angloestadunidense. "La
razón por la que actuamos es porque había una amenaza real
de parte del entonces régimen de Irak. Era una amenaza grave y creciente,
como lo hemos dicho, y el 11 de septiembre de 2001 la hizo aún más
concreta", agregó.
A su vez, Stephen Hadley, viceasesor de seguridad nacional
estadunidense, se culpó hoy por la polémica denuncia de que
Irak trató de comprar uranio en Africa, en otra vrsión de
cómo llegó la falsa acusación al discurso de Bush.
Hadley es el segundo funcionario del gobierno estadunidense
que asume la responsabilidad por el error en un importante discurso del
presidente.
Por otra parte, el gobierno español defendió
una vez más su apoyo a la invasión a Irak, basándose
en los informes de los inspectores de armas de la Organización de
Naciones Unidas (ONU) sobre la supuesta existencia de armas de destrucción
masiva en ese país.
La ministra de Asuntos Exteriores española, Ana
Palacio, declaró la víspera que Madrid no necesitó
datos de inteligencia para sostener que Irak poseía ese tipo de
armamento y que apoyó la guerra con base en los informes de los
inspectores.
Las palabras de Palacio causaron estupor en los medios
informativos y políticos, ya que los testimonios de los inspectores
de la ONU nunca reconocieron la existencia de las armas y pidieron más
tiempo para continuar en su búsqueda, a lo que se negaron Washington,
Londres y Madrid.
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