"Se requieren profesores preparados para enfrentar la desigualdad social en la región"

Urge impulsar escuelas de calidad en regiones pobres de AL: especialista

Sin una redistribución del ingreso difícilmente mejorará la enseñanza, dice Juan Tedesco

JOSE GALAN ENVIADO

Lima, 22 de julio. Ante las desigualdades sociales que persisten en Latinoamérica y las dificultades para una distribución equitativa del ingreso, las autoridades educativas deben impulsar en las regiones pobres escuelas de excelencia, que distribuyan conocimientos con calidad y que se constituyan en instrumentos para remontar la desigualdad, afirmó Juan Carlos Tedesco, director del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con sede en Buenos Aires, Argentina.

Sobre los resultados del más reciente examen sobre niveles educativos realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que presentó a los países de Latinoamérica prácticamente en último lugar, consideró que el dato más preocupante es el de Estados Unidos, ya que tiene un gasto promedio por alumno cuatro o cinco veces superior al de países latinoamericanos "y sin embargo no tiene resultados muy superiores a los nuestros; está a mitad de la tabla. Si conocemos la ineficiencia, pues es eso".

Insistió en que los países del área deben romper con la idea de que una escuela para pobres tiene que ser pobre, y las reformas educativas en varias naciones deben contemplar el reto de la desigualdad, que en el fondo refleja sólo la desigualdad en la distribución del ingreso, añadió Tedesco, en el contexto del tercer Seminario para Periodistas de Iberoamérica.

"No hay milagros para abatir el problema, y ante este fenómeno el poder de la escuela es muy débil, ya que por sí sola no puede remplazar la enorme desigualdad que existe afuera de ella", agregó. "Si no hay cambios importantes en términos de la distribución del ingreso, será muy difícil que la calidad educativa mejore homogéneamente.

"También es cierto que los países deben comenzar a analizar qué está pasando con la oferta educativa que ponen a disposición de la población de menores recursos. Si los niños de familias pobres no llegan a altos niveles de excelencia del conocimiento, no van a superar la desigualdad; es un hecho."

Para el experto en educación, las dimensiones culturales y pedagógicas de la oferta educativa requieren de "mucha atención", por medio de más textos, mejores escuelas y maestros mejor pagados. "La confianza que el mentor tiene en la capacidad de aprendizaje de sus alumnos determina buena parte del éxito escolar de éstos, por lo que debemos contar con profesores culturalmente preparados para enfrentar las condiciones de desigualdad".

De acuerdo con los resultados de una evaluación de las actitudes del profesorado, si el maestro cree y está convencido de que sus discípulos son capaces de aprender, así lo hacen, pero si el que trabaja con alumnos pobres cree que no van a aprender, entonces no lo hacen.

"Utilizamos grupos de alumnos homogéneos, con un mismo programa de estudios, y maestros del mismo nivel. La diferencia fue que a un profesor le dijimos que trabajaría con alumnos superdotados y a otro que lo haría con mediocres, y que hicieran lo que pudieran. Cuando analizamos los resultados, encontramos que los alumnos que trabajaron con el mentor convencido de que trabajaba con superdotados obtuvieron puntajes el doble de altos que los otros", indicó.

Respecto de los resultados de la evaluación de la OCDE, sostuvo que los países latinoamericanos obtuvieron las calificaciones en función de lo que invierten por alumno, pero advirtió que se debe analizar lo que sucede "dentro de esos promedios, porque esa es una medida engañosa, ya que refleja una realidad objetiva o bien una realidad distorsionada", dijo.

"Si uno compara, fuera de las desigualdades internas de Latinoamérica, los resultados de los niños ricos de Argentina, Chile y México con los de pequeños ricos de Francia y Alemania, son más o menos iguales."

Lo que sucede en Latinoamérica es que existe una gran distancia entre los promedios que logran los alumnos de familias ricas y los de familias pobres; "ese es el dato preocupante en la región: la desigualdad".