México D.F. Jueves 24 de julio de 2003
Los futbolistas, constantes víctimas
de los plagiarios, intentan pasar desapercibidos
Prevalece el temor por la ola de secuestros en Argentina
AFP Y REUTERS
Buenos Aires, 23 de julio. La liberación
del padre del ex futbolista Leonardo Astrada, ídolo de River Plate,
causó alivio tras 27 días de cautiverio, pero se mantiene
la inquietud por lo secuestros en Argentina, donde los ricos viven en barrios
amurallados y los jugadores intentan pasar desapercibidos.
Rubén
Astrada, de 61 años, fue dejado en libertad por sus captores la
madrugada del miércoles en la localidad bonaerense de Villa Adelina,
en la periferia noroeste.
La liberación sucedió luego de que el empresario
Juan Carlos Cirielli pudo escapar la noche del martes de una casa en otro
punto al noroeste de la ciudad, donde ambos habrían compartido un
tiempo de cautiverio, señaló el Ministerio de Seguridad.
"Se encuentra bien y sólo está golpeado
anímicamente; lo único que importa es que tengo de vuelta
a mi padre y que por suerte le dieron los medicamentos", indicó
Astrada refiriéndose al tratamiento médico de su padre por
hipertensión arterial, pero se negó a comentar si se pagó
alguna cantidad por el rescate.
Según fuentes policiales fueron detenidas dos personas
después de la liberación, pero tampoco se informó
acerca del pago de algún rescate.
Los futbolistas son los blancos predilectos de los secuestradores
en los últimos meses. Uno de los casos más sonados fue el
rapto, en abril de 2002, del hermano de 17 años de Juan Román
Riquelme, actual jugador del Barcelona de España, liberado luego
del pago de un rescate de 300 mil pesos (unos 100 mil dólares).
También han sido secuestrados el director técnico
Daniel Córdoba, el ex futbolista Raúl Iglesias y el hermano
del también jugador Víctor Zapata, además del padre
de Gabriel y Diego Milito, ambos del seleccionado argentino.
Los secuestros van desde los planeados por bandas organizadas
hasta los raptos al azar, donde los captores son atraídos por los
llamativos vehículos en los que se movilizan sus víctimas,
lo que también incluye a los futbolistas.
Esto sucedió a Alfredo Moreno, delantero de Boca
Juniors, secuestrado hace dos semanas cuando salía de su casa en
el barrio porteño de La Boca en un Audi junto con su novia, y liberado
poco después cuando los captores lo abandonaron al toparse con un
control policial.
Cinco días antes fue el jugador de River, Darío
Husaín, quien frustró un intento de robo o secuestro cuando
logró escapar en la localidad de Villa Luzuriaga, en la periferia
oeste.
Numersosos futbolistas admitieron haber cambiado de hábitos
para sentirse menos expuestos. Por ejemplo, ya no se exhiben en autos ostentosos
y dejaron de lado sus camionetas 4x4.
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