México D.F. Viernes 25 de julio de 2003
Incredulidad de obreros, campesinos y empresarios
Crear empleos, llamado sin eco a sectores productivos
JUAN MANUEL VENEGAS
Nadie salió satisfecho de las reuniones a que convocó
ayer el presidente Vicente Fox en Los Pinos para ''decidir medidas adicionales''
que generen empleos. De parte de los empresarios se mantiene viva la exigencia
de que haya reformas a los sectores energético y laboral; por los
obreros, hasta el sindicalismo corporativo advirtió de la amenaza
de un ''estallido social'', y entre el sector campesino se oyó la
acusación de que el gobierno ha incumplido los compromisos del Acuerdo
Nacional para el Campo.
Inclusive, el gobernador del Banco de México, Guillermo
Ortiz, reconoció que la estabilidad económica es muy importante,
''pero no es suficiente para asegurar el crecimiento''.
Resaltó
el llamado de atención que hizo Fox al gabinete económico:
''¡Hay que tener sensibilidad social!'', les dijo. Y les advirtió
que no hay ''que esperar mucho de fuera'', por lo que ''la prioridad debe
ser el fortalecimiento del mercado interno y la generación'' de
fuentes de trabajo.
Por lo demás, las acciones que el Ejecutivo anunció
la víspera quedaron en una convocatoria a todo mundo a ''poner manos
en la obra'' para reactivar la economía: al Congreso, al jefe de
Gobierno del Distrito Federal, a los gobernadores, a los alcaldes, a los
empresarios, a la banca comercial, a los sindicatos... por llamados no
quedó, pero como dijo el presidente del Consejo Coordinador Empresarial
(CCE), Héctor Rangel, en caso de que esos acuerdos se produzcan,
''empezaremos a ver resultados en uno o dos años''.
Especial fue la referencia de Fox al Poder Legislativo:
''Una vez más reitero mi respetuosa solicitud al Congreso para que
aceleremos las resoluciones que promueven el empleo y la inversión,
la innovación y el crecimiento económico''.
Primero, por la mañana, Fox se entrevistó
con dirigentes empresariales, obreros y campesinos, el gobernador del Banco
de México y los secretarios de Agricultura, Javier Usabiaga; de
Economía, Fernando Canales; de Turismo, Leticia Navarro, y del Trabajo,
Carlos Abascal. Por la tarde llamó a los integrantes del gabinete
económico. El tema fue el mismo: buscar alternativas para la generación
de empleos.
Ambos encuentros fueron en privado. Del primero sólo
se conoció, íntegro, un mensaje del Presidente. ''Reconozco
la seriedad del problema'' del desempleo, enfatizó, y ofreció
a los sectores productivos del país ''tomar todas las acciones que
estén a nuestro alcance para garantizar el bienestar de los trabajadores
para generar empleos y ocupación productiva''.
Y de ahí pasó a las invitaciones: ''Invito
a los gobernadores a que unamos esfuerzos en la búsqueda de nuevas
políticas y estrategias para promover la inversión y el comercio
exterior (...) al jefe de Gobierno del Distrito Federal, para que trabajemos
juntos en generar empleos (...) a los alcaldes, a unirse al esfuerzo de
mejora regulatoria para construir un clima propicio a la creación
de empleos (...) a la banca le solicito apresurar su propuesta de otorgamiento
de crédito a las personas (...) a las familias y a las pequeñas
y medianas empresas (...) a los sindicatos, a resolver toda diferencia
por la vía del diálogo y la concertación (...) a los
empresarios, a refrendar su confianza en el potencial de México
y a redoblar su esfuerzo en materia de inversión (...) ''
Luego comparó la situación mexicana con
Estados Unidos y Europa, donde ''las tasas de desempleo también
son crecientes e igual pasa en los países latinoamericanos como
Brasil, con 13 por ciento; Venezuela, 19, o Argentina, con niveles de desempleo
de 20 por ciento''.
Se concentró luego en el proceso de mejora regulatoria
que ha emprendido su administración para ''construir un ambiente
empresarial competitivo y dinámico'', que se reforzará con
la iniciativa integral de reformas a las políticas de competencia
que ''en breve'' enviará al Congreso.
Finalmente, un anuncio concreto: los servicios de televisión
restringida, que constituyen ''una actividad dinámica y de alto
crecimiento para la generación de empleos'', quedará exenta
del impuesto especial sobre producción y servicios.
A los campesinos, les prometió: ''He tomado debida
nota de dar seguimiento puntual, preciso, a que cada una de las acciones
comprometidas en el Acuerdo Nacional para el Campo se lleven a la práctica
sin dilación''.
En esa reunión del Presidente con los representantes
de los sectores productivos del país nadie más tomó
el micrófono. Pero en diversas entrevistas fue evidente la molestia
e insatisfacción de los dirigentes empresariales, campesinos y obreros.
El secretario general de la Confederación de Trabajadores
de México y presidente del Congreso del Trabajo, Leonardo Rodríguez
Alcaine, soltó: ''Los obreros no vamos a aguantar (...) y si no
se hace algo va a haber una violencia rápida a escala nacional''.
Esa violencia se traducirá sin remedio, dijo, ''en estallidos sociales''.
Según dijo Agustín Rodríguez, uno
de los dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores, durante
la reunión privada Rodríguez Alcaine pidió a Fox ''fajarse
los pantalones'' y diseñar una estrategia que realmente ''beneficie
a los trabajadores''.
Del CCE, Héctor Rangel Domene rechazó que
pudiera haber violencia en el país, pero advirtió que no
podrá haber crecimiento sin las reformas fiscal y en los sectores
energético y laboral. En el mismo tenor se expresó el presidente
de la Confederación Patronal de la República Mexicana, José
Luis Barraza, quien añadió que los empresarios ''lo que queremos
también es que se agilice la inversión pública para
que no haya rezagos en el ejercicio mismo de la inversión y que,
obviamente, mejoren las condiciones de generación de empleos''.
El dirigente de la Confederación Nacional Campesina,
Heladio Ramírez López, acusó al gobierno de no haber
cumplido con nada de lo que ofreció en la firma del Acuerdo Nacional
para el Campo, signado hace unos cuantos meses.
Por la tarde, Fox convocó a los responsables de
la conducción económica del país (secretarios de Estado
y directores), a los que llamó a ''tener sensibilidad social para
comprender la angustia que supone el desempleo para las familias mexicanas''.
Los instruyó a ''revisar crítica y objetivamente
los programas y políticas diseñados para generar empleo'',
y les advirtió -según un comunicado de Presidencia- que las
cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática sobre desempleo ''son un foco rojo'', por lo que en
adelante la evaluación de cada dependencia ''dará prioridad
a la generación'' de fuentes de trabajo.
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