México D.F. Viernes 25 de julio de 2003
La cifra triplica lo ganado con la privatización de más de mil empresas desde 1982
Los fracasos de particulares han costado al país 109 mil 214 mdd
Por la banca el gobierno obtuvo 12 mil 355 millones de dólares y la deuda por el salvamento es de 89 mil 350 mdd Los recursos, destinados a cubrir débito público y no para crear infraestructura
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
En lo que constituye uno de los peores negocios para los contribuyentes mexicanos, la privatización de más de mil empresas públicas iniciada en 1982 ha generado para el fisco ingresos por 31 mil 538.1 millones de dólares, cantidad que equivale a sólo 28.8 por ciento de la deuda asumida por el Estado para financiar el fracaso de la gestión de los particulares que adquirieron parte de esas compañías, revelaron datos oficiales.
A la fecha, el costo de los rescates bancario, carretero, de ingenios y líneas aéreas alcanza 109 mil 214.71 millones de dólares, cantidad que equivale a multiplicar por 3.46 los ingresos obtenidos por privatización de empresas públicas de 1982 a la fecha y que incluso supera en 38 por ciento el saldo actual de la deuda externa del sector público, que es de 79 mil millones de dólares, de acuerdo con información del Banco de México, Secretaría de Hacienda y reportes de la Unidad de Desincorporación de Empresas Públicas.
El lunes pasado, el diario estadounidense The Wall Street Journal publicó que el Banco Mundial, otrora apóstol de la privatización, atraviesa una "crisis de fe" y actualmente duda en aconsejar a los países en desarrollo vender las empresas estatales. "La antigua idea de las privatizaciones ya no parece tan obvia", mencionó el rotativo.
Dos ex secretarios mexicanos de Hacienda, David Ibarra Muñoz y Jesús Silva Herzog Flores, entrevistados en el transcurso de esta semana por La Jornada, coincidieron en que la política de privatizar empresas públicas para buscar mayor eficiencia económica está agotada en el país y afirmaron que continuar por ese camino en el caso de la pretendida apertura al capital privado de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad conduciría al fracaso y a la pérdida de soberanía económica.
Datos oficiales dan cuenta de que el beneficio fiscal de la privatización de empresas públicas es menor que el costo que asumió el gobierno federal, principalmente a partir de la administración del ex presidente Ernesto Zedillo, para rescatar a entidades o sectores completos (como el bancario) de la quiebra en que cayeron al ser administrados por los particulares que los adquirieron del Estado.
Los recursos obtenidos por la venta de empresas públicas, tal como fue establecido desde el gobierno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari (1998-1994), han sido destinados al pago de deuda pública y no a la creación de nueva infraestructura ni para financiar el gasto gubernamental.
El proceso de venta de empresas públicas mexicanas se inició en 1982, cuando existían mil 152 paraestatales. La enajenación de estos activos fue parte del proceso de "cambio estructural" y de "ajuste" a que fue sometida la economía mexicana después de la crisis de la deuda externa que estalló ese año, cuando el país declaró una moratoria de pagos de sus compromisos financieros con el exterior. La privatización fue una de las condiciones impuestas por organismos internacionales para brindar asistencia al país y los recursos sirvieron en parte para hacer frente a la falta de divisas.
La mayor parte de las empresas estatales fue privatizada entre 1982 y 1993. Al cierre de este último año, el Estado sólo era propietario de 217 entidades, de las mil 152 que controlaba a principios de los años 80.
Entre 1982 y 1993, los ingresos obtenidos por el gobierno derivados de la venta de empresas paraestatales alcanzó 23 mil 731 millones de dólares, de los cuales 95.26 por ciento, esto es, 22 mil 605 millones de dólares, fueron captados entre 1988 y 1993, periodo en el que fueron privatizados Teléfonos de México, los 18 bancos comerciales que existían hasta 1992, Aeroméxico y Mexicana de Aviación, Altos Hornos de México, Grupo DINA, Fertilizantes Mexicanos, Aseguradora Mexicana y el paquete de medios de comunicación que eran propiedad pública, por citar los más relevantes.
Después de 1993, las privatizaciones más importantes han sido las relacionadas con los ferrocarriles, las autopistas, Satélites Mexicanos y la Aseguradora Hidalgo.
Información del Banco de México y la Secretaría de Hacienda indica que, convertidos a dólares al tipo de cambio promedio de cada año, los ingresos por privatizaciones que ha captado el país entre 1982 y 2001 sumaron 31 mil 538.1 millones de dólares. Esa cantidad representa sólo 28.8 por ciento de los 109 mil 214.71 millones de dólares a que equivalen actualmente las deudas asumidas por el Estado a consecuencia de los rescates bancario, de las autopistas concesionadas, las aerolíneas y los ingenios.
El caso que ilustra mejor el fracaso de las privatizaciones es el del sistema bancario. Por los 18 bancos vendidos en el sexenio del ex presidente Salinas entre 1991 y 1992, el gobierno obtuvo 12 mil 355 millones de dólares. Actualmente la deuda relacionada con el rescate bancario, según la Auditoría Superior de la Federación, es de 920 mil millones de pesos, unos 89 mil 350 millones de dólares.
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