Trasnacionales harán negocios en EU causando daño ambiental en México: Greenpeace

Sacrifica Fox bienestar por atraer inversiones al sector eléctrico

El gobierno no toma en cuenta otras fuentes de energía como la eólica o la solar, afirma

En cada planta de gas natural se inyectarán recursos de 500 a mil millones de dólares, dice

ROBERTO GONZALEZ AMADORENVIADO

El gobierno del presidente Vicente Fox Quesada, ansioso por atraer inversión extranjera al país, cedió el bienestar y la seguridad de amplios núcleos de población al comenzar a otorgar permisos para la construcción de plantas generadoras de electricidad y la instalación de centros de almacenamiento de gas en la frontera norte del país, advirtió Greenpeace, uno de los grupos ambientalistas más reconocidos en el mundo.

Las trasnacionales energéticas presionan con éxito al gobierno mexicano para obtener permisos de operación en territorio nacional, con la única oferta de realizar cuantiosas inversiones en el país, dijo Luis Arturo Moreno, encargado de la campaña de energía limpia de Greenpeace en México.

Fue en el actual gobierno, que entró en funciones en diciembre de 2000, cuando empresas extranjeras comenzaron a obtener permisos para construir en territorio nacional, principalmente en la frontera norte, plantas generadoras de electricidad y centros de almacenamiento de gas natural. El objetivo de esas transnacionales, entre las que se cuentan Shell, Chevron-Texaco, Sempra, El Paso Phillips, Union Fenosa y Marathon Oil, es generar electricidad en México para abastecer la demanda de energía en Estados Unidos.

Luis Arturo Moreno dijo que existen proyectos para que esas trasnacionales instalen en México al menos cinco plantas almacenadoras y procesadoras de gas natural licuado, el combustible empleado para la generación de electricidad en las instalaciones que firmas extranjeras construyen en Baja California.

"Las plantas de gas natural licuado son el más grande de los proyectos de construcción de infraestructura durante la administración del presidente Fox. Cada una de las plantas, en función de su capacidad, significará inversión de entre 500 y mil millones de dólares."

A cambio de lograr el ingreso de esas inversiones, el gobierno sacrifica la seguridad y la calidad de vida de los núcleos de población asentados en los lugares donde se desarrollan los proyectos energéticos para abastecer a Estados Unidos. "En los planes del gobierno no se está tomando en cuenta que existen otros medios de generación de energía limpios, como la eólica o la solar", dijo el especialista de Greenpeace.

Según el experto, el principal obstáculo para impulsar proyectos de generación de energía limpia es político. "Es posible que con fuerza eólica se genere igual cantidad de energía que con el uso de gas; el problema es que el gobierno no promueve la inversión en este sentido", expresó.

El uso de gas natural licuado en la generación de energía eléctrica ha cobrado auge en años recientes por el desarrollo de la tecnología criogénica, que aprovecha el comportamiento de los materiales a bajas temperaturas. Por medio de estos procesos es posible "congelar" el gas y transportarlo a grandes distancias desde los centros de producción hasta los lugares donde se genera electricidad a un costo menor.

"Antes, para transportar el gas se usaba un ducto desde el centro de producción hasta el lugar de consumo. En un metro cúbico de gas licuado natural se comprimen 600 metros cúbicos del combustible en estado gaseoso. Así, en el caso de Baja California, el gas congelado será traído desde Indonesia y Bolivia. Llega a la frontera norte en barco; ahí será descongelado y transportado a las plantas de generación de electricidad y los excedentes serán vendidos también a Estados Unidos".

Las plantas de generación de energía eléctrica que se construyen en Baja California, una de las cuales entró en operación la semana pasada, no van a producir electricidad para consumo mexicano, sino para venderse a Estados Unidos.

Lo que están haciendo las trasnacionales es colocar sus instalaciones en México, donde van a provocar el daño ambiental, pero el producto de esos procesos será vendido a Estados Unidos, apuntó el especialista de Greenpeace.