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México D.F. Jueves 7 de agosto de 2003
''Aunque no esté yo, que haya música''
Jorge Velazco dejó programada su propia Marcha
Fúnebre. La última actividad del director fundador de la
Sinfónica de Minería fue la preparación del programa
que iba a dirigir en público el fin de semana en la Sala de Conciertos
Nezahualcóyotl. La culminación de tal concierto consistiría
en la ejecución de la Quinta Sinfonía de Gustav Mahler, cuya
brutal carga tanática percibía Velazco, si entendemos el
sentido de un comentario a manera de despedida que hizo esta misma semana
a uno de sus músicos: "aunque no esté yo, que haya música".
El inicio de la Sinfonía 5 establece con claridad las ideas: "Trauermarsch.
In gemessenem Schritt. Streng. Wie ein Kondukt (Marcha Fúnebre.
Con paso mesurado. Severamente. Como un cortejo funeral), según
las indicaciones manuscritas de Mahler en su partitura. Si bien no corrió
con la misma suerte de Giuseppe Sinopoli, quien falleció hace pocos
meses en pleno podio, dirigiendo, Jorge Velazco se fue de manera repentina,
antes de levantar la batuta frente a la partitura de Mahler. Dejó
preparado otro último gran proyecto, trabajado al alimón
con quien lo atendía de sus problemas gástricos, el doctor
Mario Arturo Ballesteros Amozorrutia: un Concierto Gala Barroca este miércoles
13 en Bellas Artes. En el medio musical persiste la consternación
por esta súbita partida, la de un músico cuyos detractores
señalaban su falta de pericia técnica y calidad de ejecución,
que trocaba en una constante actividad política, pero en el balance
final, la generalidad reconocía sus importantes aportaciones musicológicas.
PABLO ESPINOSA
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