En 21 años creció a 16 millones la cifra de excluidos de la enseñanza, estiman investigadores

Mercantilismo y nulo avance en educación en tres años de Fox

Se impulsan escuelas patito para decir en los informes de gobierno que hay más espacios: Aboites

Durante estos casi tres años de administración foxista no se vislumbran avances en materia de política educativa, pero sí persiste el empeño en imprimir un carácter "mercantilista" a la educación y en promover su privatización, dejando de lado algo fundamental, que es subsanar la carencia de los espacios educativos públicos.

Esta situación quedó evidenciada con el rechazo de miles de jóvenes por las instituciones educativas medias y medias superiores para el actual ciclo escolar. Según estimaciones, "mientras en 1982 eran alrededor de 8 millones los jóvenes de entre 16 a 24 años los que no estaban en la escuela, hoy son 16 millones", y nada apunta a que en breve se incremente la oferta educativa gubernamental; por el contrario, "se promueve la aparición de escuelas patito, para luego en los informes de gobierno poder decir que han aumentado los espacios, pero no se menciona de qué calidad son".

Durante el desarrollo del foro político México después del 2 de julio, organizado por Casa Lamm y La Jornada con el tema La educación y el futuro de México, los panelistas Imanol Ordorika, Hugo Aboites y Roberto Rodríguez lamentaron que el autodenominado gobierno del cambio no haya efectuado ninguna transformación positiva en el rubro, por lo cual podría empezar a pensarse ya que, al menos durante este sexenio, "la educación en México no cambiará su sentido", pues se ha agudizado la visión "mercantilista".

"Ideas superficiales y recurrentes"

Para Ordorika el foxismo "ha sido incapaz de armar un proyecto público con el cual ganar la adhesión de la ciudadanía mexicana para establecer un nuevo proyecto de educación; sólo han manifestado unas cuantas ideas superficiales y recurrentes del papel que juega la educación en el mundo moderno".

En esta idea -precisó- se concibe la educación, no como fin en sí misma, sino sólo como medio para alcanzar el desarrollo y el bienestar económico, lo cual, según el catedrático Roberto Rodríguez, no se apega totalmente a la realidad, porque si así fuera muchos países ya habrían alcanzado el desarrollo.

"No creo que la educación por sí misma produzca desarrollo; éste también depende de cuestiones políticas, de políticas industriales más inteligentes. Actualmente se tiene una visión netamente instrumental de la educación; la educación no necesita justificación, se necesita la inversión pública, porque es un derecho y punto."

Para Ordorika el foxismo "no ha querido poner por escrito el conjunto de cambios" que requiere, pero sí se observa una marcada tendencia a "disociar la educación de la política, cuando la educación es un proceso, es un escenario eminentemente político de la sociedad, y si hay un país que comprueba esto es México. Nadie debe intentar negar que la educación es un espacio de disputa política, pésele a quien le pese".

Criticó el que se siga queriendo convencer de que el futuro de muchos está en la educación técnica, para así disimular la carencia de espacios para el desarrollo de profesionistas. "Nos dicen que los técnicos serán los más demandados, pero la mayoría de los estudiantes no quieren optar por esto, porque la educación técnica es casi siempre sinónimo de educación pobre en calidad y pobre en posibilidades económicas futuras."

Hugo Aboites, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), del departamento de Educación y Comunicación, fustigó la tendencia a la "privatización, mercantilización y conducción empresarial de la educación en el país, lo cual lo único que hace es enajenar y dejar grandes cantidades de jóvenes sin la oportunidad de acceder al nivel medio superior y superior".

Enfatizó que la privatización tiende a "sustituir a la educación pública por instituciones privadas caras y de pésima calidad que aumentan la brecha de acceso a la educación e incentiva, por ejemplo, la aparición de escuelas patito", pero "lo más crítico es que la mercantilización convierte a la evaluación de instituciones educativas en un mercado, donde lo que importa es vender servicios de evaluación y no preocupa si se cumple o no con los requisitos de calidad de la evaluación misma. Por eso ahora no sólo tenemos escuelas, sino también evaluaciones patito".