México D.F. Miércoles 27 de agosto de 2003
En el FIC, Diatriba de amor frente a un hombre
sentado
Un matrimonio feliz es lo más parecido al infierno
Pastor Vega pone en escena la obra de García
Márquez
CARLOS PAUL'
"¡No hay nada más parecido al infierno que
un matrimonio feliz!" Así inicia Graciela su monólogo-diálogo
interminable colmado de reproches, furia y tristeza sobre la dicha pública
y la infelicidad íntima, sobre el ascenso social y el crecimiento
del desamor en su matrimonio.
Diatriba de amor frente a un hombre sentado es
la primera y hasta el momento única obra de teatro conocida de manera
pública escrita por Gabriel García Márquez. Será
puesta en escena por el director cubano Pastor Vega e interpretada por
Daisy Granados, en el contexto del 31 Festival Internacional Cervantino
(FIC).
Para
el creador escénico, el magnífico texto de García
Márquez va más allá de las contradicciones que se
producen en una relación de pareja, pues "lo que creo que está
en discusión son los márgenes de la libertad".
Aquí "una pareja es presa de los cánones,
las convenciones, las reglas y las estructuras que han coartado las posibilidades
de realización individual y colectiva, en las que imperan la hipocresía,
la doble moral y las tradiciones que lo que hacen es limitar la posibilidades
de ser uno mismo. El texto es más una búsqueda de las cuestiones
que coartan esas libertades, las cuales no sólo tienen que ver con
la sexualidad, sino también con situaciones histórico-sociales".
Vega, considerado uno de los creadores más reconocidos
a escala mundial, fundó en 1979 el Festival Internacional del Nuevo
Cine Latinoamericano, en Cuba, y fue director de las primeras 12 versiones
del mismo.
También es fundador de la famosa Escuela Internacional
de Cine de la Habana, y con su compañía de teatro Luz Brillante
Producciones ha presentado en México La noche de los asesinos,
de José Triana, y El último poeta, de Aarón
Vega Granados.
En Diatriba de amor frente a un hombre sentado
de alguna manera se hace referencia a todas las sociedades que persiguen
más la ganancia económica individual que el bienestar humano,
explica Vega, pues este individuo sentado en un principio carecía
de poder, pero lo adquiere mediante felonías y canalladas.
En el monólogo "no existe un discurso feminista,
eso sería una disminución temática respecto a los
problemas históricos y sociales que hacen infelices tanto al hombre
como a la mujer. En el texto está muy claro que las actuales relaciones
sociales que vivimos impiden que el amor se realice, pues en la búsqueda
de un determinado estatus económico se pisa, aplasta, empuja, traiciona;
y eso cercena las posibilidades humanas de las personas, como es el caso
de esta pareja".
Pastor Vega conoce muy bien esos temas y lo comprueba
en sus cintas Retrato de Teresa, Habanera y Amor en campo minado.
Con la conciencia de que el lenguaje del cine y el teatro
son diferentes, el creador destaca: "el texto de Gabo, además
de ser una pieza poética magnifica, está lleno de irreverencias,
de rupturas, de denuncias, de enfrentamientos a esas estructuras de subordinación,
y sobre todo desmenuza la doble moral que inicia en la primera frase: '¡No
hay nada más parecido al infierno que un matrimonio feliz!', en
la que vemos que existen dos realidades. Una pública, que es el
matrimonio feliz, y otra íntima, que es el infierno.
"Esa situación, me parece, es la clave de la obra,
la cual se sustenta, por supuesto en la interpretación de Daisy
Granados, quien encarna a Graciela, protagonista de la historia.
"Va a ser una puesta en escena muy poco convencional.
He querido llenarla de sorpresas, y al igual que el texto, de irreverencias
inesperadas, de rupturas, de acusaciones, las cuales no sólo se
dirigirán al hombre sentado, sino también al espectador sentado
en la butaca del teatro.
"Muchas diatribas no serán sólo para el
marido, sino para los maridos. Y es posible que no sea uno solo el que
muera en el montaje, sino varios maridos de distintas culturas, ya que
el propio texto permite que la actriz salga del personaje y realice un
happening con el espectador. Daisy interpretará también
no una, sino varias canciones.
"Estamos tratando de que la obra esté viva, sincronizando
a veces el lenguaje escrito con el lenguaje-acción. Aunque muchas
veces el primero dirá una cosa y la acción la contradirá
o la reafirmará o la dimensionará. La intención es
explorar diversas posibilidades expresivas y que el espectador se sienta
involucrado a tal grado que tome partido por lo que se le presenta, ya
que una de las cosas que más me gustan del cine o del teatro es
que el espectador salga discutiendo. Y espero que con Diatriba de amor
contra un hombre sentado se provoque cierta polémica en la parte
íntima del espectador."
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