México D.F. Domingo 31 de agosto de 2003
REPUBLICA DE PANTALLA
Jenaro Villamil
La telebasura política
El talk show continúa con Elba Esther
Gordillo
El escándalo de los laboristas en Gran Bretaña
QUE NO CUNDA el pánico,
es el título de la obra de sátira política que se
presenta cada noche en el cabaret de El Hábito. La trama es por
demás festiva e irónica. Dos polimorfas policías tienen
el encargo de averiguar un nuevo crimen político: el de la profesora
Elba Esther Gordillo. El guión de la obra recorre desde Lomas Taurinas
hasta las invenciones más hilarantes de una adivina, una monja y
una vendedora ambulante que conducen con sus "deducciones" a una de las
principales sospechosas del crimen.
EL ESPECTADOR SE RIE nerviosamente no por los guiños
a la actualidad de esta pieza, sino porque, con todo y su alta dosis de
absurdo, se queda corta frente a lo que, en los hechos, representa otra
forma de crimen político que se ha aplicado en la semana reciente
contra el mismo personaje, pero con un método menos irónico
y más cínico. El auténtico teatro de la política
se ha escapado de la carpa y se asemeja más a la telebasura.
LAS
TRAMPAS DE la telerrealidad contaminan ahora el escenario político
y se transforman en telebasura desvelada, como definió el especialista
Gustavo Bueno a aquellos productos que no son fabricados explícitamente
por la televisión, pero que se ofrecen, se "ponen a escena" con
todas las dosis de obscenidad, morbo y simulación por quienes "actúan"
la política. La trama del nuevo talk show de nuestra telebasura
política tiene como elemento central la edición apócrifa
de un libro con 43 llamadas telefónicas, convenientemente editadas
y producto del espionaje telefónico, en las que Elba Esther Gordillo
departe con sus interlocutores como si estuviera en la casa de Big Brother,
tramando complots por doquier.
EVIDENTEMENTE, lo condenable de esta práctica
de la guerra sucia se minimiza ante el inevitable espectáculo
donde el morbo cunde porque en la medida que se vacía el debate
político se exhiben el golpe bajo y la impunidad circular, esa sí,
auténtica Lady Macbeth de nuestro régimen. La sociedad
política se convierte en audiencia y a ella se le aplica la llamada
Ley de Greshman de la telebasura: la moneda mala desplaza a la buena.
LA TELEBASURA política forma parte de la
pantalla porque lo mediático se ha transformado en valor absoluto
de nuestra clase política. Entre este nuevo episodio y otros propios
de la telebasura fabricada explícitamente por la televisión
existen los mismos ingredientes:
1. SIEMBRAN la desconfianza pública porque
los concursantes de la arena política demuestran que, hasta en
las mejores familias, se vale cualquier método para desacreditar
a los demás y "triunfa" sólo quien resista los intentos del
desprestigio ajeno. Si la desconfianza es hermana gemela de la impunidad,
que no nos extrañen los altos índices de abstencionismo electoral,
la falta de credibilidad en los partidos y, específicamente, en
los cuadros dirigentes del PRI, que resultan tan exhibidos como la propia
secretaria general y lideresa de la fracción legislativa.
2. ELEVAN a categoría suprema la personalización
de la política. Lo importante no es el debate de programas o realizaciones
gubernamentales, sino el004f1 manejo de la imagen de los individuos que
se convierten en voluntarios protagonistas de su propio escarnio. Entre
Lucero, Diego Fernández de Cevallos y Elba Esther Gordillo, la ciudadanía
convertida en audiencia cautiva se pasa el tiempo en la hoguera de las
vanidades. Entre la primera dama que baila cha cha chá y el rampante
desempleo negado por el gobierno federal, lo más importante en la
telebasura política es lo primero, porque eso representa "manejo
de imagen". Para el imaginario colectivo, deseoso de expectativas cumplidas,
figuras como Ana Gabriela Guevara, extraordinaria deportista, son transformadas
en puntaje de rating que se disputan las televisoras. No estamos
lejos de que la telebasura política proponga a Guevara como la única
velocista sexenal que sí cumple sus tiempos récord. Incluso,
se puede convertir en la "imagen del éxito" que tanto requiere el
foxismo.
3. SIMULAN la realidad para opacar los problemas
que no tienen traducción en términos de telebasura. En estos
productos mediáticos siempre existe un guión oculto, falsos
conflictos o ambiciones de poca monta para captar la atención del
espectador por medio de engaños constantes. El guión oculto
nos dice: en este juego demoscópico, como en la casa de Big Brother,
el triunfador es aquel que impunemente hace gala de su cinismo, porque
nadie le va a reclamar coherencia, sino astucia; no se le pide integridad,
sino codicia para ganar; no se compite con la ética, sino con la
estética de su propia degradación.
4. CONVIERTEN el morbo en una moneda corriente,
porque en toda simulación de la realidad y en el culto vacío
a la personalidad, la exhibición de la intimidad es uno de los recursos
más utilizados para generar cercanía ficticia con la audiencia.
Es un morbo que, paradójicamente, se traduce en mensajes con alta
dosis de moralina y de victimismo, como se ha visto con la profesora Elba
Esther Gordillo, que un día sí y otro también construye
su propio drama, alimentando así el mismo exhibicionismo del fuego
amigo que ahora la eligió para recordarle el nombre del juego.
Las bajas de Tony Blair e Irak sin ley
EL PRIMER MINISTRO inglés, Tony Blair, quien
quiso encabezar la "tercera vía" de la centro-izquierda occidental,
vive también sus propios minutos de fango y escándalo mediático.
Sólo que, en su caso, no se trata de telebasura política,
sino de la investigación más acuciosa que se haya realizado
recientemente por un poder judicial contra todo un gobierno manchado tras
la muerte del científico David Kelly y enfrentado a la empresa de
medios más poderosa de Europa: la BBC.
SU COMPARECENCIA ante el juez Brian Hutton no lo
salvó de la pendiente. La primera baja de su gabinete, que no es
improbable que lo alcance a él mismo, se produjo el pasado viernes
con la renuncia de su ministro de comunicaciones y estrategia, Alastair
Campbell, el mismo funcionario que encabezó la guerra contra la
BBC, rechazó que el gobierno laborista hubiera exagerado o "vuelto
más sexy" el informe de inteligencia que justificaba el nivel de
peligrosidad del régimen de Saddam Hussein y que decidió
sacrificar públicamente al científico David Kelly, experto
en análisis de arsenales de armas, con la peregrina idea de desacreditar
a la BBC, aun cuando la mayoría de la opinión pública
inglesa siempre mantuvo su posición: Downing Street manipuló
la información para justificar la invasión a Irak.
ADEMAS DE LA baja de Campbell, la disminución
de los índices de apoyo al gobierno de Blair es otro de los efectos
colaterales de las audiencias del juez Hutton y de la sospechosa muerte
de David Kelly. 63 por ciento de los entrevistados por The Daily Telegraph
desaprueba la gestión de Blair y sólo 22 por ciento considera
que su primer ministro es "creíble y honesto". 47 por ciento de
los encuestados reconoció que su opinión favorable sobre
Blair cayó fuertemente durante la comparecencia ante el juez Hutton.
EL SINDROME BLAIR se agudizará en la medida
que no se encuentren las famosas armas de destrucción masiva que
en "45 minutos" Hussein era capaz de activar, al tiempo que la ocupación
angloestadunidense en Irak se convierte en una verdadera bomba de tiempo
para el laborista y su "socio" estadunidense George W. Bush.
DOS ATAQUES certeros y directos en menos de 15
días han demostrado la falacia del Irak "liberado": primero, contra
la representación de la ONU que, simbólicamente, además
de ser marginada y vulnerada antes y durante la guerra por el binomio Bush-Blair,
ha resultado bombardeada en la posguerra. Después, el atentado en
Basora, en el que murieron el principal líder chiíta de Irak,
el ayatola Al Hakim, y 125 personas fieles que se encontraban en el rezo
de una mezquita islámica. Este golpe certero mueve todos los fundamentos
geopolíticos del "nuevo orden" en el Golfo Pérsico: orilla
a Irán a tomar una posición en el escenario de la invasión
a Irak, alienta el belicismo chiíta, que no será más
un aliado circunstancial, y comprueba lo que distintos medios informativos
han reprochado a George Bush y a Tony Blair: no tienen el control del territorio
iraquí y mucho menos el apoyo de la comunidad internacional ni de
sus propias naciones en su "guerra contra el terrorismo".
El condon episcopal
LOS OBISPOS católicos mexicanos están
dispuestos a no perder un solo momento su peculiar "cruzada" cultural,
aun cuando la opinión pública los haya derrotado o la propia
realidad les demuestre que sus prejuicios se exhiben tarde o temprano.
EL OBISPO DE GUERRERO, Felipe Aguirre Franco, presionó
para que se suspendieran los espots de la campaña de prevención
de VIH-sida que se inició el 12 de agosto y en la cual se promovía
el uso del condón con la frase: "no te pongas de colores, mejor
ponte condón". Aguirre Franco se justificó señalando
que "está comprobado que el uso del preservativo y el sexo seguro
que tanto promocionan han traído muchos males a la humanidad". Y,
seguramente con conocimiento de causa, afirmó: "el sexo con condón
no es sexo real, ni es seguro... el llamado sexo seguro es señal
de decadencia y de libertinaje sexual".
AGUIRRE FRANCO se pone así a la vanguardia
de una contracampaña de prevención del VIH, en momentos en
que está por definirse la nueva dirección del Conasida, organismo
que en los últimos años ha preferido recular ante las presiones
de la jerarquía católica, aunque la pandemia avance.
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