México D.F. Domingo 31 de agosto de 2003
TERCER INFORME DE GOBIERNO
El programa sólo podría salir adelante
con un presupuesto suficiente para el sector
En medio de carencias, la Ssa insiste en las "bondades"
del seguro popular
ANGELES CRUZ
En medio de escándalos por presunto tráfico
de influencias y corrupción en que incurrió uno de sus funcionarios,
Guido Belsasso, y por la muerte de bebés en Chiapas, así
como paros y protestas en hospitales, la Secretaría de Salud (Ssa)
llega al tercer Informe de gobierno del presidente Vicente Fox con una
serie de necesidades económicas y carencias en los servicios, que
restarán eficacia al programa estrella del sexenio: el seguro popular.
Mientras, los institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS)
y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE)
se enfrentan a las embestidas de informes que resaltan su crítica
situación financiera y dejan ver la inminencia de importantes cambios
en su estructura.
La salud ha sido uno de los pilares del discurso foxista,
y el secretario del ramo, Julio Frenk Mora, se ha dedicado a concretar
el proyecto diseñado por él desde hace por lo menos 10 años,
para crear un sistema universal de salud.
Apenas en abril pasado, en el último periodo ordinario
de sesiones de la 58 Legislatura del Congreso de la Unión, Frenk
logró uno de sus mayores éxitos con la reforma a la Ley General
de Salud, por la cual se crea el Sistema de Protección Social en
Salud (SPSS) y se institucionaliza el seguro popular, dirigido a las personas
sin acceso a la seguridad social.
Frenk
realizó un intenso cabildeo con legisladores de cada una de las
bancadas, pero pasó por alto las carencias en infraestructura sanitaria
y el desabasto de medicamentos que hay en clínicas y hospitales
del país, motivo de constantes denuncias.
La reforma legal entrará en vigor el primero de
enero de 2004, pero se aplicará realmente cuando los diputados asignen
un presupuesto suficiente para ejecutar cada una de las estrategias planteadas
en el SPSS y con las cuales se supone habrán de superarse las deficiencias
del sistema sanitario.
En diciembre pasado alrededor de 30 recién nacidos
murieron en el Hospital Civil de Comitán, Chiapas. Las autoridades
atribuyeron esos decesos a las precarias condiciones de salud de las madres
y sus productos. Después admitieron que se registraron ausencias
de personal médico que nunca fueron cubiertas. A lo anterior se
sumó la constante escasez de insumos.
Algunos meses después los trabajadores del Instituto
Nacional de Pediatría (INP) denunciaron la insuficiencia de recursos
con la que trabajan (equipos médicos y medicinas). La inconformidad
nunca fue atendida, por lo que el 30 de junio pasado, cuando el presidente
Vicente Fox acudió al nosocomio para atestiguar la donación
de un tomógrafo computarizado, enfrentó el descontento de
las enfermeras, quienes con pancartas y a gritos le señalaron que
trabajaban bajo protesta.
Recientemente los médicos residentes del Hospital
Juárez de México estuvieron en paro de labores durante casi
un mes porque no contaban con el equipo indispensable en su aprendizaje.
Además padecían la carencia de medicamentos y material de
curación.
A la lucha se sumaron los médicos de base, en lo
que fue la primera vez que el gremio se organizó en el país
desde la protesta nacional de la década de los sesenta. La movilización
sigue latente, ya que las soluciones ofrecidas por la Ssa se han cumplido
parcialmente.
El debate
Frenk Mora ha señalado desde el comienzo de la
administración foxista el bajo nivel de inversión nacional
en salud, apenas 5.7 por ciento del producto interno bruto (PIB), cuando
el promedio latinoamericano es de 6.1 por ciento.
El SPSS establece la responsabilidad de los gobiernos
estatales de incrementar los recursos económicos destinados al rubro
sanitario, fortalecer la infraestructura médica y aportar dinero
para el Fondo de Gastos Catastróficos. También deberán
contribuir para la creación de los centros regionales de alta especialidad,
actualmente inexistentes y sin los cuales tampoco será posible ofrecer
a los usuarios del seguro popular la atención médica de especialidad
para controlar y, en su caso, aliviar males crónicos, como el cáncer
o insuficiencias que requieran de trasplantes de órganos.
Se supone que los servicios serán gratuitos para
los trabajadores no asalariados, los autoempleados y los desempleados y
sus familias. Sin embargo, la Ssa afirma que todos los usuarios aportarán
cuando menos 20 pesos al mes. El SPSS señala que las "cuotas familiares
serán anticipadas, anuales y progresivas", y se determinarán
con base en la condición socioeconómica de los afiliados.
A cambio, la dependencia les ofrece la consulta, los medicamentos y atención
médica de primer y segundo nivel para las enfermedades comunes,
sin importar su capacidad de pago.
En cada uno de los foros donde se presenta, el secretario
ha señalado el desequilibrio financiero en que se encuentra el sector,
ya que los enfermos reciben el servicio médico de acuerdo con su
capacidad económica. Por eso, ha dicho, hay en el país alrededor
de dos millones de familias que cada año incurren en "gastos catastróficos"
por atender sus enfermedades.
Bajo el nuevo esquema de financiamiento, el gobierno federal
se compromete a entregar a los estados una cuota social por cada familia
que las entidades logren afiliar al seguro popular.
En conjunto, las medidas servirán para corregir
desequilibrios económicos e inercias históricas de asignación
de recursos.
De acuerdo con el texto legal aprobado por los legisladores,
la incorporación de las familias al seguro popular será gradual
durante los próximos años, y en 2010 la cobertura será
total.
Las aspiraciones
En noviembre de 2002 el gobierno de la República
presentó la candidatura de Julio Frenk a la dirección de
la Organización Mundial de la Salud (OMS). Oficialmente el funcionario
dijo no estar ocupado en ganar el puesto, pero en realidad efectuó
un intenso trabajo de proselitismo con los países miembros de la
agrupación. Al final la votación no le favoreció.
Un escándalo que le ocupó una buena parte
de su tiempo al frente de la Ssa fue el presunto tráfico de influencias
en que incurrió el ex comisionado del Consejo Nacional contra las
Adicciones, Guido Belsasso, descubierto por una investigación periodística
de Jaime Avilés publicada en La Jornada (18 de agosto).
El reportaje originó el cese de Belsasso y el comienzo
de una investigación formal de la Secretaría de la Función
Pública, aunque también puso en entredicho la honorabilidad
con que se conducen los funcionarios de la Ssa, empezando por su titular.
Difícil situación
En su más reciente informe sobre la situación
financiera y los riesgos del IMSS, el Consejo Técnico de la institución
resaltó por segundo año consecutivo que de no darse alguna
solución a la estrechez presupuestal, en 2011 será imposible
la prestación de servicios a los derechohabientes.
Mientras tanto, la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público envió una iniciativa al Congreso para reformar el
sistema de pensiones del ISSSTE y, al igual que ocurrió en el IMSS
en 1997, establecer un esquema individualizado de cuentas para el retiro
de los burócratas. Plantea la posibilidad de invertir estos recursos
en la bolsa de valores.
Con esta propuesta, el gobierno federal pretende empezar
a dar salida a la crítica situación económica del
ISSSTE, cuya sobrevivencia depende desde 1993 del subsidio federal, el
cual asciende en este año a más de 20 mil millones de pesos.
El informe del IMSS resalta entre los factores de la problemática
que enfrenta el pasivo laboral en su carácter de patrón,
cuyo monto ascendía en 2002 a 352 mil 111 millones de pesos. El
constante aumento de los gastos médicos de pensionados también
es una presión a las finanzas institucionales.
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