México D.F. Domingo 31 de agosto de 2003
TERCER INFORME DE GOBIERNO
Según investigador empeora la distribución del ingreso
La política económica continuista de Fox profundizará la inestabilidad
JOSE GALAN
La continuidad en la estrategia de reforma económica heredada por Vicente Fox de los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León profundizará la inestabilidad. Y entre sus resultados están mayor fragmentación social, peores condiciones en la distribución del ingreso, incremento de la pobreza, y destrucción de las capacidades de producción del país, afirma Gregorio Vidal, investigador en economía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa.
En el estudio La economía mexicana 2000-2002: las continuidades del gobierno del cambio considera que hay continuidad en la política económica con respecto a los gobiernos priístas inmediatamente anteriores. "Un proyecto de estas características no genera los medios para alcanzar una reducción drástica de la pobreza y frenar la desintegración social", sostiene.
Como en las administraciones de Salinas de Gortari y de Zedillo, la política económica del gobierno de Vicente Fox tiene como objetivo inicial y sustantivo que el gasto público, incluido el que resulta del servicio de la deuda pública, no exceda al conjunto de los ingresos públicos, haciendo del equilibrio fiscal "un dato inobjetable", junto con la política de reducción de la inflación y, por tanto, la restricción monetaria.
En materia de energía eléctrica, el gobierno sigue sosteniendo la necesidad de contar con inversión privada y establecer los medios para que algunos productores puedan ser proveedores de grandes consumidores de energía. En el caso de la reforma laboral, el gobierno insiste en la necesidad de lograr la flexibilización de ese mercado, con el argumento de que se trata de un cambio "urgente" ante los aumentos en los costos laborales que nos restan competitividad internacional. En conjunto, reformas que hacen manifiesta la continuidad de la estrategia económica del gobierno de Fox con la de sus dos antecesores en el cargo.
En 2001, el producto interno bruto (PIB) tuvo una caída de 0.3 por ciento tras cinco años de crecimiento, y en 2002 se registró cero crecimiento. Las cifras alcanzadas están muy lejos de las metas planteadas en la campaña electoral de Fox por la Presidencia de la República. El ritmo menor de crecimiento del PIB se acompaña de una nueva baja del coeficiente de inversión, continuando la reducción del crédito como proporción del PIB.
Según las propuestas del Banco de México, en 2002 se tenía como objetivo una inflación de 4.5 por ciento, y de 3 por ciento para 2003. Salarios y otros precios debían ajustarse a estos cambios. Sin embargo, en 2002 se registró una inflación de 5.73 por ciento, y diversas estimaciones consideran difícil no rebasar el 3 por ciento para este año.
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