México D.F. Domingo 31 de agosto de 2003
Les dan servicios de salud, educativos y alimentación
En 148 centros de atención de la Sedeso, 7 mil
hijos de jornaleros
Es la población migrante más joven del país.
Actualmente no rebasan los seis años, y a su corta edad ya han viajado
cientos de kilómetros. Cada año, atendiendo los ciclos agrícolas,
acompañan a sus padres a los campos del noreste de la República,
donde éstos se emplean en la cosecha de unas 20 mil hectáreas
de cultivos. Son los hijos de los jornaleros agrícolas, quienes
en ese tránsito aprendieron sus primeras palabras y letras, de acuerdo
con un modelo basado en centros de atención infantil manejados por
sus madres.
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Social
(Sedeso), el Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas
financia actualmente 148 centros de este tipo, en los cuales se ofrecen
servicios de educación, salud y alimentación, además
de actividades de formación cívica e intelectual, a más
de 7 mil niños menores de seis años.
La idea, explica Minerva Nava, directora de coordinación
institucional de dicho programa, fue desarrollada inicialmente para disminuir
la carga de trabajo que tienen las jornaleras, quienes por el día
son trabajadoras del campo y por la tarde-noche realizan labores domésticas.
La funcionaria rechaza, sin embargo, que se aplique el
término guardería para definir estos centros de atención.
"Se intenta que los niños no estén guardados -explica-,
sino que desarrollen capacidades sociales e intelectuales", vigilados muy
de cerca por sus madres, quienes están pendientes de su formación.
"Las madres cuidadoras"
Minerva
Nava refiere que ante la desconfianza de las madres para dejar a sus niños
con gente extraña, los centros de atención y educación
infantil manejados por la Sedeso son una alternativa "confiable", que evita
que las campesinas realicen sus labores con sus hijos en la espalda o los
dejen al cuidado de hijos mayores.
En ese proceso, agrega, fueron las propias jornaleras
quienes idearon la figura de "madres cuidadoras", que son también
campesinas y perciben un sueldo promedio de mil 200 o mil 500 pesos mensuales
por esa labor. "Buscamos que el pago que se le da a la madre trabajadora
sea equivalente a lo que hubiera ganado estando en el campo", precisa.
"La jornada de las madres comienza a las cinco o seis
de la mañana y termina por la noche, y los horarios y requisitos
de ingreso a los centros de atención se ajustan a las necesidades
de las familias jornaleras. La ventaja es que los padres pueden llevar
al niño a esa hora de la mañana, algo imposible en una guardería
común", señala.
En cada uno de los 148 centros hay un promedio de siete
madres cuidadoras, que se incrementa de acuerdo con la demanda. Señala
que el sueldo de las jornaleras que se quedan al frente de los centros
de atención es responsabilidad de los productores, aunque participan
en menor medida los ayuntamientos, el Banco Interamericano de Desarrollo
-en el caso de Baja California-, fondos creados por los campesinos y el
Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas.
El gasto aproximado en cada centro de atención
es de 37 mil 500 pesos mensuales, de los cuales 21 mil 500 son utilizados
para el sueldo del personal -incluidas las madres cuidadoras-, 11 mil para
la alimentación de los menores y 5 mil pesos para gastos generales,
aunque hay otros que no pueden cuantificarse, como los desayunos escolares
que proporciona el DIF, la leche que ofrece Liconsa y las revisiones médicas
del personal del Instituto Mexicano del Seguro Social.
"Entre lo destacado del modelo es que de esta forma se
atiende una problemática como la desnutrición, que debe atacarse
a temprana edad, porque luego no hay regreso. Este es un gran logro del
programa. El otro es solucionar el problema de las madres jornaleras",
afirma.
En cuanto a la enseñanza que reciben los niños,
expresa que hay similitudes con el sistema escolarizado de la Secretaría
de Educación Pública, sólo que en este caso el modelo
se basa en la participación de jóvenes instructores -que
cursan el bachillerato-, quienes imparten la educación prescolar
por la mañana o tarde, según las necesidades de los niños
migrantes.
Los centros de atención a menores se ubican en
Sinaloa (91), Baja California (16), Nayarit (13), Morelos (ocho), Baja
California Sur (siete), Durango, San Luis Potosí y Sonora (tres
cada uno), Hidalgo (dos) y Puebla y Veracruz (uno en cada estado). (JOSE
GONZALEZ MENDEZ)
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