Conferencia en la muestra Expolocaciones 2003 devino foro de protesta de directores nacionales

Lamenta Gurrola apoyo desmedido a las compañías de cine extranjeras

Se llevan la mayor parte del ingreso en taquilla con el beneplácito de las autoridades, agrega

Para Montero, los distribuidores y exhibidores están asesinando a las producciones mexicanas

JUAN JOSE OLIVARES

La conferencia Los autores de nuestro cine, que se realizó el viernes por la noche en el contexto de la muestra Expolocaciones 2003, en los Estudios Churubusco, y en la que participaron algunos directores de cine, devino foro de protesta contra los distribuidores y exhibidores, ya que, como lo comentó Alfredo Gurrola, "sabemos los estragos económicos y culturales que el modelo neoliberal -protegido por, o al menos intocable para nuestro gobierno- ha causado. Sabemos que, como en muchos otros renglones de la economía mexicana, se ha puesto en bandeja de oro la distribución y exhibición en territorio mexicano de cintas extranjeras, primordialmente de Estados Unidos, en un apabullante porcentaje. No tiene caso hacer un recuento de los errores que representaron la venta y desaparición de organismos como Operadora de Teatros y Películas Nacionales, entre otros, y que fueron preámbulo de la situación que sufre la producción mexicana ante los capitales estadunidenses que rigen a su antojo el llamado libre mercado. Esos errores, con la autoría y complicidad de los dos gobiernos anteriores, y heredado al actual sexenio del cambio, parecen no tener remedio".

El acto era para que los cineastas -Rafael Montero, Sergio Olhovich, Carlos Marcovich, el propio Gurrola y Antonio Serrano- comentaran sus experiencias y opiniones respecto al cine de autor, pero la grave situación que vive nuestra alicaída industria propició el grito de protesta de los realizadores, como Rafael Montero, quien aseveró: ''Creo que los que están asesinando al cine mexicano son los distribuidores y exhibidores. Son los que ganan el dinero, los que no arriesgan, y hasta que no cambiemos las reglas de la jugada, el cine mexicano no saldrá a flote".

Montero, documentalista y realizador de filmes como Cilantro y perejil y Corazones rotos, aprovechó para recordar lo que hará la cadena estadunidense Cinemark, de dedicar un día al cine mexicano. "Pienso que esta actitud de Cinemark es una limosna que nos están dando, es atole con el dedo. Por un lado se amparan ante todas las posibilidades que haya de apoyo al cine mexicano, y por otro, nos mandan su limosna. Debemos decirles que no nos interesa porque no lleva a nada; ellos se están lavando la conciencia, es una forma de estar tranquilos. Yo, por mi parte, voy a decirle a Videocine, que es la distribuidora que tiene los derechos de mi más reciente película (Dame tu cuerpo), que no estoy de acuerdo".

Cine changarrizado

Para Gurrola, quien dirigió cintas como Llámenme Mike y Días de combate, entre otros filmes, cortometrajes y algunas telenovelas, dijo que "los intereses económicos y políticos de extranjeros y la ancestral dependencia de nuestros gobernantes ante ellos, no dan la menor esperanza. En el inicio de su gestión, el Presidente actual no hizo nada por corregirlos y menos lo hará ahora, ya que en lo general su poder e intenciones han disminuido, y es seguro que dentro de un año o más, la debilidad sea mayor. Para los desmedidos capitales extranjeros, dos de tres exhibiciones y distribución no son suficientes. Se preparan para dar el definitivo empellón a nuestro cine. Para lograrlo tienen varias líneas de acción que ya han empezado a poner en práctica para su complacencia".

Gurrola dijo que las grandes compañías de cine extranjeras, en su mayoría estadunideneses, tratan de apoderarse de todas las pantallas, además, "les complace que el cine mexicano en su producción, distribución y exhibición se minimice lo más posible para que no represente amenaza alguna a sus proyectos expansionistas. Les complace también que las películas mexicanas tengan que hacerse cada vez más con menos presupuesto, si es que aspiran a ser el garbanzo de a libra que se salva de la desproporcionada repartición del ingreso en taquilla, del cual ellos se llevan la parte mayor con el beneplácito de nuestras autoridades de Economía y Hacienda".

A decir de Gurrola, a las compañías estadunidenses les encanta que muchos cineastas se refugien en otros formatos, lo que Sergio Olhovich vio con beneplácito, como el uso del video digital; aunque Carlos Marcovich dijo que con ese formato "habría sólo más películas, no más cineastas".

Pero la directriz de Gurrola siguió contra las compañías estadunidenses: ''Fomentan la denostación de los sindicatos reconocidos del cine, haciendo sentir a la comunidad como que son el 'eje del mal'. Los trabajadores del cine, desde su integración, han sido considerados eventuales, a quienes se les contrata por obra determinada, eximiendo al patrón-productor de los compromisos que le representarían por ley los empleados de planta, como son pagos de vacaciones y seguro social. Es la figura sindical la que asume esos compromisos con sus agremiados. El responsable de su salud, empleo, etcétera. Somos los trabajadores sindicalizados del cine mexicano los que nos oponemos a caer en las trampas abiertas del imperio del capital y las influencias apoyadas por los incondicionales. Nos oponemos a que nuestro cine se changarrice."

Ya no queremos quedarnos callados: Fernández Violante

Para Antonio Serrano es fatídica la situación de un mundo manejado por grandes corporaciones."No sé hasta qué grado los que nos dedicamos a esto tengamos la posibilidad de cambiar el rumbo. Siempre ha habido una mayoría oprimida y una elite que usa los medios. ƑCómo vamos a sobrevivir? No sé, porque por un lado no veo cómo cambiar todo eso. Cómo insertarse en ese maremoto de obstáculos. Por otro lado, no creo que haya que despreciar términos como comercial y masivo, porque el cine es eso. Nadie tiene el derecho para decir qué es bueno y qué es malo".

Marcela Fernández Violante, la moderadora, recordó a Buñuel, "quien tenía cine de encargo que volvía de autor. Si recordamos que Buñuel fue el cineasta del siglo, y si vemos que su obra francesa comparada con la mexicana es inferior, entonces por eso uno protesta. Ahora ya no queremos quedarnos callados".