México D.F. Lunes 1 de septiembre de 2003
TERCER INFORME DE GOBIERNO
Que también nos digan si hay deficiencias,
pide Rivera
Proyectos concretos y datos reales, espera la Iglesia
JOSE ANTONIO ROMAN
En su tercer Informe de Gobierno, el presidente Vicente
Fox no sólo debe hablar con la verdad y ofrecer cuentas de lo hecho
hasta ahora, sino plantear proyectos concretos y presentar, dentro de la
realidad que se vive, hasta dónde puede llegar el país en
la segunda etapa de su gobierno, afirmó el arzobispo primado de
México, cardenal Norberto Rivera Carrera.
Entrevistado al término de su acostumbrada misa
dominical, el prelado se mostró renuente a hacer un breve balance
de los tres años del actual gobierno, e inclusive amagó a
los reporteros con terminar la breve entrevista en la que sólo respondió
tres preguntas. A cambio, Rivera prefirió alabar el frecuente llamado
del titular del Ejecutivo a la unidad.
''En
estos últimos cuatro meses hemos escuchado al Presidente cómo
ha sido conciliador, cómo ha llamado a las distintas fuerzas a colaborar
para que las grandes reformas se den y para que el país realmente
se transforme; eso es lo que esperamos, que esas cuestiones se hayan concretado'',
comentó.
Señaló que los mexicanos esperan que el
Informe presente los avances que ha tenido el país en estos años,
pero también ''que se nos digan aquellas deficiencias, lagunas y
retrasos que tiene nuestra patria; esperamos con toda puntualidad que nos
informe de la situación real del país''.
De manera personal, el cardenal Rivera deseó que
las ''sorpresas'' que el mismo mandatario ha anunciado para su informe
se refieran a la presentación de proyectos y planes concretos para
bien del país, pero que éstos ''no sean simplemente deseos
y anhelos, sino cosas que puedan convertirse en realidad''.
Destacó que, cuando menos en declaraciones, el
presidente Fox, el secretario de Gobernación, Santiago Creel, y
los dirigentes de todos los partidos muestran disposición por llegar
a acuerdos. ''Eso es lo que hemos visto en los últimos meses'',
expresó.
Durante su homilía, el arzobispo primado de México
se refirió, por una parte, a los ataques que recibe la vida a través
del hambre, la insalubridad, la pobreza, el aborto y la anticoncepción,
y por otra, a las penosas causas que generan la migración de millones
de personas en todo el mundo -ya sea por las guerras o por las necesidades
económicas- y que son objeto de discriminación.
Respecto al primer caso, el prelado mencionó que
la Iglesia no puede permanecer callada ante las amenazas a la vida humana.
Está llamada -agregó- a proclamar con toda libertad el proyecto
de Dios y a exhortar a los fieles católicos a ser coherentes con
su fe en público y en privado, y que no pueden traicionarse a sí
mismos favoreciendo acciones que atenten contra la vida; al contrario,
están llamados a favorecer todo proyecto que favorezca el desarrollo
de la vida humana en todas sus etapas y en toda circunstancia. Al referirse
a la situación de los migrantes, indicó que si bien hay quienes
llegan a su destino en busca de mejores condiciones de vida, la Iglesia
católica tampoco puede cerrar sus ojos a las situaciones difíciles
que deben afrontar y que en ocasiones les cuestan la vida, sobre todo cuando
se encuentran con polleros que aprovechándose de sus necesidades
ofrecen ''medios seguros'' de transporte que no son más que trampas
mortales.
Asimismo advirtió que no siempre el llegar a un
lugar es signo de que las penalidades de los migrantes hayan terminado,
pues en algunos casos apenas empieza el sufrimiento, que se da por desprecio
de los habitantes del lugar, el desconocimiento de la lengua o las costumbres,
el desarraigo familiar y la soledad.
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