La comisión de seguridad, preocupada por la actitud del ministro de Defensa

Determinan que el gobierno de Blair no falseó los informes en torno de Irak

AFP Y DPA

Londres, 11 de septiembre. Una comisión parlamentaria que investiga los motivos por los que Gran Bretaña se sumó al ataque contra Irak se declaró este jueves "turbada" por la actitud del ministro de Defensa, Geoff Hoon, respecto del polémico expediente sobre las armas iraquíes publicado en septiembre de 2002.

En un informe muy esperado que se publicó este jueves por la mañana, la Comisión de Servicios Secretos y de Seguridad (ISC) reprocha a Hoon no haber mencionado a esta comisión investigadora las ''inquietudes'' expresadas por algunos miembros de los servicios secretos en relación con el expediente.

La ISC estima por otro lado que el Ministerio de Defensa, al no revelar el malestar existente en el Servicio de Inteligencia Militar (DIS), había sido "de ninguna ayuda y potencialmente engañoso", según la presidenta de la ISC, Ann Taylor.

La comisión se encargó de estudiar el uso hecho por el gobierno británico de las informaciones que proporcionaron los servicios secretos antes del inicio de la guerra en Irak.

No obstante, la comisión exoneró al gobierno británico de la acusación de haber exagerado informes del servicio secreto para justificar la guerra. Sin embargo, el líder de la oposición conservadora, Ian Duncan Smith, calificó la posición de Hoon de "insostenible", aunque el ministro de Relaciones Exteriores, Jack Straw, declaró que el primer ministro, Tony Blair, conservará a Hoon en su puesto.

Esto fue confirmado por un vocero de Downing Street al afirmar que Blair tiene "plena confiansa" en su ministro de Defensa. Hoon, a su vez, aseguró que no renunciará a su cargo sólo porque los expertos de los servicios de inteligencia tuvieron diferendos "lingüísticos" con el dossier sobre armas iraquíes.

Pese a todo, la comisión señaló unánimemente que, en su informe sobre Irak, el gobierno de Blair interpretó correctamente el material que le proporcionaron los servicios de inteligencia. "No ha habido intervención política; el informe no fue abultado", dijo Taylor, exonerando así al gobierno británico de las famosas acusaciones que lanzó en su contra la cadena BBC.