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México D.F. Lunes 15 de septiembre de 2003
Al sector rural cada vez se le exige más, pero recibe menos recursos: INIPAF
En jaque, la investigación agropecuaria por falta de apoyo de las autoridades
"Ya no existen los puentes entre los científicos y los productores del campo"
MATILDE PEREZ U.
Texcoco, Mex., 14 de septiembre. A 60 años del arranque de El Horno, primer campo experimental agrícola del altiplano, cuna de la "revolución verde" y orgullo del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), su cuerpo de investigadores sufre una "agonía" prolongada. La continua reducción del presupuesto para el sector y la falta de sensibilidad de las autoridades ha puesto prácticamente en jaque a la investigación institucional destinada a respaldar principalmente a los pequeños y medianos agricultores.
En El Horno, ahora Campo Experimental Valle de México (Cevamex), se han liberado 45 variedades mejoradas de maíz y 30 de frijol; se realizaron las cruzas que dieron origen a las primeras variedades mexicanas de trigo, del cual se han entregado a los agricultores 118 tipos. Con la tecnología desarrollada en dicho centro se elevó en 166 por ciento el rendimiento de la cebada en Hidalgo, Tlaxcala, Puebla y estado de México, y en 266 por ciento en el Bajío, región en donde inclusive se elevó en 100 mil hectáreas la superficie cultivada.
Dicho centro destaca, de entre los 85 campos experimentales que tiene el INIFAP, por ser el banco de germoplasma de maíz, frijol (el primero en Latinoamérica), cebada, trigo, arroz y oleaginosas. Pese a las restricciones económicas, el nivel de la investigación en el Cevamex es comparable con el que tiene Estados Unidos. Sin embargo, dentro del gobierno hay quienes consideran que "esa carga burocrática" debe terminar.
En el marco del aniversario del campo experimental que colinda con la Universidad Autónoma de Chapingo, el director del INIFAP, Jesús Moncada de la Fuente, convocó al Estado a no soslayar su responsabilidad de financiar la generación de los bienes públicos que la nación requiere. "La investigación, el desarrollo del conocimiento y la formación de capital humano son y deben ser una actividad estratégica, permanente y fundamental para el país".
La paradoja del sector rural, añadió, es que cada vez se le exige más: ya no sólo se le ve como fuente de alimentos, sino como generador de oxígeno, conservador de la biodiversidad, de los recursos naturales y del paisaje; sin embargo, cada vez se le asignan menos recursos para su desarrollo. Hasta ahora la sociedad no ha revalorado el papel del campo en el actual modelo de desarrollo, abundó.
Ante investigadores y trabajadores de El Horno, algunos de ellos ya en otros ámbitos académicos, como la doctora Evangelina Villegas, premio mundial de alimentación, el director del INIFAP confío en que "a pesar de esos agoreros que consideran que muy pronto los productores agropecuarios y forestales se convertirán en piezas de museo, la agricultura, ganadería, silvicultura seguirán existiendo".
Y si bien las investigaciones para desarrollar semillas mejoradas siguen avanzando, en el ánimo de los científicos agrónomos de El Horno pesa el que sean como "un objeto lujoso en aparador, inaccesibles para la mayoría".
Desde el surgimiento del milagro mexicano (mejor conocido como la "revolución verde"), sólo 22 por ciento de los productores accede a los avances tecnológicos, y ese porcentaje podría reducirse porque ya no existen los puentes entre los científicos y los agricultores, debido a que los extensionistas agrícolas y los subsidios están en picada.
Mientras, comentó Antonio Turrent Fernández, ex vocal del INIFAP, la estrategia del gobierno es la apertura comercial que persigue la eficiencia económica dentro del contexto de la soberanía alimentaria; la reducción drástica de los subsidios a la producción; la búsqueda de que el mercado defina el perfil de la producción nacional; la orientación hacia la exportación, y la despolitización de los programas oficiales de fomento a la producción.
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